Honrar a la Virgen de los presos, Iglesia pone en marcha la Semana de la Merced
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Éste, como cada año, la Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Saltillo celebrará a la Virgen de la Merced, patrona de los cautivos, con una serie de actividades.
Y el pasado fin de semana se llevó a cabo un foro en el que se abordó la problemática que enfrentan las personas privadas de su liberad en los diferentes centros de internamiento de Coahuila, así como la labor de la iglesia tras los mutros de las cáceles.
EN LA CASA DE SAN JOSÉ
Al evento, que tuvo lugar en la explanada de la Casa San José, asistieron el Obispo de Saltillo Hilario González, el sacerdote Robert Coogan, capellán de la Pastoral Penitenciaria, Daniela Hernández de Documenta A.C. y María Elena Estrada, coordinadora de este movimiento encargado de llevar el evangelio a quienes se encuentran tras de las rejas.
En su intervención el padre Coogan oró a la Virgen de la Merced por quienes están encarcelados, a fin de que sobrelleven su pena con paciencia y esperanza, pueden retornar cuando antes a los suyos y sean recibidos sin resentimientos en toda la comunidad.
AÚN PRESOS SON
PARTE DE LA IGLESIA
Por su parte María Elena Estrada, coordinadora de la Pastoral Penitenciaria, declaró que esta organización se dedica a mostrar a las personas que están tras las rejas que son parte de la iglesia, “y que independientemente de los errores que cometieron pueden tener una segunda oportunidad.
Nuestra labor acá afuera es que cada una de las personas se enteren de la situación en la que viven muchas personas allá adentro; y nuestra labor dentro de los centros penitenciarios es el que ellos vivan los sacramentos”, dijo.
Y habló de la necesidad de que la sociedad les abra las puertas a las personas que salen de las prisiones.
“Son personas a las que les tocó vivir una realidad diferente a la de nosotros, que desafortunadamente no corrieron con la misma suerte que nosotros y tal vez las condiciones de vida en las que estaban los orillaron a tomar una mala decisión en su camino”, comentó.
LO QUE CREAN LOS REOS
Durante el coloquio se realizó además una exposición de manualidades y obras pictóricas hechas por hombres y mujeres internos en los centros de readaptación social de la región.
A la Virgen de la Merced, cuyo nombre alude a la misericordia de Dios con sus hijos, se le honra cada 24 de septiembre con la llamada Semana de la Merced, que por razones de la pandemia ha restringido todas sus actividades masivas
Los festejos se cerrarán con una misa en honor de la Virgen de la Merced el próximo jueves 23 de septiembre en la Catedral de Santiago a las 6:00 de la tarde.
ALGO DE SU ORIGEN
Son muchas las cárceles donde se celebra la fiesta de su Patrona: la Virgen de la Merced y muchos siglos de tradición los que corroboran esta especial dedicación de los mercedarios y de la vocación de la Merced por los que sufren cautiverio.
Y es de los presos y los esclavos de quienes nace esta devoción.
Santa María de la Merced es una invocación antigua que expresa un aspecto esencial del misterio de María. Ella evoca su presencia maternal y misericordiosa a favor de los fieles cristianos “que se hallan en peligros y ansiedad, para que, rotas las cadenas de toda opresión, alcancen la plena libertad del cuerpo y del espíritu”.
ENTRE REJAS FÍSICAS
Y ESPIRITUALES
Es la patrona de los cautivos, no solo físicos, sino también cautivos espiritualmente y de todos aquellos que de una u otra manera son los más marginados de la sociedad.
Merced, en la Edad Media era sinónimo de misericordia, piedad o compasión, ejercida para con aquellos que se hallan privados de libertad y en peligro de perder su fe cristiana. “La misericordia mercedaria es efectiva y afectiva, no humilla a la persona humana, sino, por el contrario la redime y libera, la dignifica. De esta misericordia está necesitado el mundo actual”.
SAN PEDRO NOLASCO,
ES EL FUNDADOR
San Pedro Nolasco, inspirado por la santísima Virgen, funda la Orden de la Merced. Su misión particular era la misericordia para con los cristianos cautivos en manos de los musulmanes.
Hasta vísperas de la Revolución Francesa, los mercedarios llamados por la Virgen de la Merced, redimieron unos 70 mil cautivos. Estos religiosos profesaban un cuarto voto: “quedar en rehenes, si fuera preciso, en lugar de un cautivo, sobre todo si su fe peligraba”.
Éste, como cada año, la Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Saltillo celebrará a la Virgen de la Merced, patrona de los cautivos, con una serie de actividades.
Y el pasado fin de semana se llevó a cabo un foro en el que se abordó la problemática que enfrentan las personas privadas de su liberad en los diferentes centros de internamiento de Coahuila, así como la labor de la iglesia tras los mutros de las cáceles.
EN LA CASA DE SAN JOSÉ
Al evento, que tuvo lugar en la explanada de la Casa San José, asistieron el Obispo de Saltillo Hilario González, el sacerdote Robert Coogan, capellán de la Pastoral Penitenciaria, Daniela Hernández de Documenta A.C. y María Elena Estrada, coordinadora de este movimiento encargado de llevar el evangelio a quienes se encuentran tras de las rejas.
En su intervención el padre Coogan oró a la Virgen de la Merced por quienes están encarcelados, a fin de que sobrelleven su pena con paciencia y esperanza, pueden retornar cuando antes a los suyos y sean recibidos sin resentimientos en toda la comunidad.
AÚN PRESOS SONPARTE DE LA IGLESIA
Por su parte María Elena Estrada, coordinadora de la Pastoral Penitenciaria, declaró que esta organización se dedica a mostrar a las personas que están tras las rejas que son parte de la iglesia, “y que independientemente de los errores que cometieron pueden tener una segunda oportunidad.
Nuestra labor acá afuera es que cada una de las personas se enteren de la situación en la que viven muchas personas allá adentro; y nuestra labor dentro de los centros penitenciarios es el que ellos vivan los sacramentos”, dijo.
Y habló de la necesidad de que la sociedad les abra las puertas a las personas que salen de las prisiones.
“Son personas a las que les tocó vivir una realidad diferente a la de nosotros, que desafortunadamente no corrieron con la misma suerte que nosotros y tal vez las condiciones de vida en las que estaban los orillaron a tomar una mala decisión en su camino”, comentó.
LO QUE CREAN LOS REOS
Durante el coloquio se realizó además una exposición de manualidades y obras pictóricas hechas por hombres y mujeres internos en los centros de readaptación social de la región.
A la Virgen de la Merced, cuyo nombre alude a la misericordia de Dios con sus hijos, se le honra cada 24 de septiembre con la llamada Semana de la Merced, que por razones de la pandemia ha restringido todas sus actividades masivas
Los festejos se cerrarán con una misa en honor de la Virgen de la Merced el próximo jueves 23 de septiembre en la Catedral de Santiago a las 6:00 de la tarde.
ALGO DE SU ORIGEN
Son muchas las cárceles donde se celebra la fiesta de su Patrona: la Virgen de la Merced y muchos siglos de tradición los que corroboran esta especial dedicación de los mercedarios y de la vocación de la Merced por los que sufren cautiverio.
Y es de los presos y los esclavos de quienes nace esta devoción.
Santa María de la Merced es una invocación antigua que expresa un aspecto esencial del misterio de María. Ella evoca su presencia maternal y misericordiosa a favor de los fieles cristianos “que se hallan en peligros y ansiedad, para que, rotas las cadenas de toda opresión, alcancen la plena libertad del cuerpo y del espíritu”.
ENTRE REJAS FÍSICASY ESPIRITUALES
Es la patrona de los cautivos, no solo físicos, sino también cautivos espiritualmente y de todos aquellos que de una u otra manera son los más marginados de la sociedad.
Merced, en la Edad Media era sinónimo de misericordia, piedad o compasión, ejercida para con aquellos que se hallan privados de libertad y en peligro de perder su fe cristiana. “La misericordia mercedaria es efectiva y afectiva, no humilla a la persona humana, sino, por el contrario la redime y libera, la dignifica. De esta misericordia está necesitado el mundo actual”.
SAN PEDRO NOLASCO, ES EL FUNDADOR
San Pedro Nolasco, inspirado por la santísima Virgen, funda la Orden de la Merced. Su misión particular era la misericordia para con los cristianos cautivos en manos de los musulmanes.
Hasta vísperas de la Revolución Francesa, los mercedarios llamados por la Virgen de la Merced, redimieron unos 70 mil cautivos. Estos religiosos profesaban un cuarto voto: “quedar en rehenes, si fuera preciso, en lugar de un cautivo, sobre todo si su fe peligraba”.