‘Mira esta bandera, míranos a nosotres, aquí estamos porque merecemos estar’, dice colectivo Orgullo y Dignidad Saltillo
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En este mes del Orgullo, la bandera de arcoíris sobre el Cerro del Pueblo no es solo un símbolo de la lucha por los derechos LGBT en Saltillo, sino un recordatorio de que la verdadera inclusión requiere un esfuerzo continuo y valiente
En un amanecer que resonará en la memoria colectiva de Saltillo, la comunidad despertó con una visión inusual y poderosa: una bandera LGBT de 180 metros cuadrados ondeando en lo alto del emblemático Cerro del Pueblo.
Esta acción, orquestada por el colectivo Orgullo y Dignidad Saltillo, ha generado un profundo impacto y suscitado reflexiones sobre la inclusión y la igualdad en este mes de junio, dedicado al orgullo LGBT.
La iniciativa, que marca la XV edición de los festejos del Orgullo en la ciudad, no solo es un símbolo de celebración, sino también un acto de reivindicación. El comunicado enviado por el colectivo a los medios es una defensa apasionada del uso del cerro para colocar la bandera de arcoíris, subrayando la importancia de visibilizar y normalizar la diversidad sexual en todos los espacios públicos.
“Hoy, en la XV edición de los festejos del Orgullo de nuestra ciudad amanece una bandera de la diversidad de 180 metros cuadrados a la vista de todes. Se extiende y descansa orgullosa sobre un cerro particular, con un nombre particular”, reza el comunicado del colectivo.
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La madrugada del sábado fue testigo del ascenso de miembros de Orgullo y Dignidad, quienes escalaron el cerro para colocar la bandera en la cara norte de la montaña. Esta acción se desarrolla en un contexto en el que el cerro, que es parte integral de la identidad saltillense, ha estado marcado durante los últimos 15 años por la presencia de una insignia de la organización religiosa Cristo Vive en su cara oriental. La bandera LGBT, por tanto, no solo añade un nuevo símbolo a este paisaje, sino que también genera un diálogo entre diferentes visiones del mundo y del ser humano.
El comunicado del colectivo profundiza en el significado simbólico del Cerro del Pueblo: “El nombre del cerro no es un nombre sin carga. No es cualquier cerro, no está vacío de intenciones, no sucede porque sí. El nombre del cerro nos dice lo que todes queremos reivindicar. Es un recordatorio de la lucha histórica por hacernos de un espacio, por plantarnos sobre un territorio que nos soporta, que nos da cabida, que nos permite permitirnos. El Cerro del Pueblo es del pueblo, para el pueblo, por el pueblo”.
Y continúa: “¿Debemos entonces hablar de una apropiación del espacio? ¿Estamos las disidencias sexodiversas apropiándonos del cerro? Eso significaría que no nos pertenece todavía, que no hemos llegado al mismo nivel de reconocimiento que otros más normativos, más apegados a unas reglas que todes, disidentes y no, necesitamos cuestionar”, se cuestiona el colectivo en su comunicado.
La comunidad LGBT de Saltillo, a través de Orgullo y Dignidad, se reivindica en este espacio. “Sí, nos apropiamos del cerro, y no porque intrínsecamente no seamos pueblo, personas, individues en sociedad; sino porque hay algunos que han decidido por nosotres, que nos han empujado fuera, que nos quieren mantener al margen, marginalizades, perifériques, desterrades y con la cabeza agachada. Nosotres, quienes hemos sido les otres mucho tiempo, levantamos una vez más la cabeza y reclamamos con esta bandera el lugar que también es nuestro”, afirman con determinación.
Este acto de colocar la bandera es un grito de resistencia y de esperanza, un llamado a la sociedad para reconocer la diversidad y celebrar la pluralidad que enriquece a cualquier comunidad. “Mira esta bandera, míranos a nosotres, aquí estamos porque merecemos estar. Nosotres también somos Pueblo, el cerro también es nuestro”, concluyen, en un mensaje contundente.