Morena propone cárcel contra terapias de conversión sexual
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Atentan contra el libre desarrollo de la personalidad, afirma la diputada Lizbeth Ogazón Nava
ERNESTO ACOSTA
La diputada Lizbeth Ogazón Nava (Morena) presentó la iniciativa de reforma al Código Penal para castigar con cárcel las terapias de conversión o ECOSIG (Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género).
Propuso incorporar el Artículo 238 Bis “Atentar por identidad de género”, y establecer que quien imparta u obligue a otro a recibir terapia de conversión de género se le impondrán de 2 a 5 años de prisión y de 50 a 100 horas de trabajo en favor de la comunidad, delito que se perseguirá por querella.
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Se entiende por terapias de conversión de género, las prácticas consistentes en sesiones psicológicas, psiquiátricas, métodos o tratamientos que tengan por objeto anular, obstaculizar, modificar o menoscabar la expresión o identidad de género, así como la orientación sexual de la persona, en las que se emplea violencia física, moral o psicoemocional.
Esto, mediante tratos crueles, inhumanos o degradantes que atenten contra la dignidad humana. Si la terapia de conversión se hiciera en un menor de 18 años de edad o persona que no tenga capacidad de resistir la conducta, la pena se aumentará en una mitad y se perseguirá por oficio.
La legisladora explicó que las terapias de conversión emplean métodos distintos, como la religión y medicamentos, y a base de rezos y consumo de medicamentos usados para desórdenes sicológicos o neurológicos, creen que pueden “curar” la homosexualidad, vista como un trastorno mental.
“En 1973, la Asociación de Psiquiatría Americana eliminó a la homosexualidad de las páginas de su manual sobre trastornos mentales. Sin embargo, existen registros de que los ECOSIG derivan en maltrato físico, privación de la libertad, violencia económica y hasta violaciones grupales”, recordó la diputada.
Asimismo, existen las llamadas terapias de aversión, las cuales consisten en inyectar a los pacientes cantidades de adrenalina para provocar un miedo extremo, posterior a esto, se proyectan imágenes homoeróticas para que de esta forma se provoque un rechazo por parte del paciente.
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“Así como éstas, existen diversas formas de terapias de conversión, que pueden incluir desde pláticas y terapias hasta la castración química, habiendo registros de que se han llegado a presentar situaciones que incluyen la privación de la libertad, tortura, violaciones correctivas, medicación y rechazo en el entorno familiar y social”.
Estas terapias interfieren en el libre desarrollo de la personalidad y atentan contra las garantías individuales, y generan agresión psicológica y hasta física.