‘No es reapertura, es regulación del nado’: así explican empresarios y autoridades el regreso controlado a Las Playitas de Cuatro Ciénegas

Coahuila
/ 13 abril 2025

La nueva autorización para nadar en Las Playitas aplica solo a una laguna de recepción, diseñada para evitar afectaciones a especies endémicas que habitan en cuerpos de agua más profundos

CUATRO CIÉNEGAS, COAH.- Aunque algunos medios anunciaron que Las Playitas reabrieron tras casi 20 años, los responsables del sitio aclaran que el acceso al parque se permitió desde hace tiempo. Lo que cambió recientemente fue la autorización para nadar, bajo lineamientos específicos, vigilancia ambiental y control estricto de visitantes.

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En días recientes se reportó que Las Playitas, uno de los cuerpos de agua más conocidos de Cuatro Ciénegas, habían sido reabiertas tras años de clausura. Sin embargo, Luis Gilberto González Arocha, copropietario del predio e integrante del grupo Eco, aclaró que la reapertura como tal ocurrió hace varios años, y que lo nuevo es que ahora se permitió oficialmente el ingreso para nadar, una actividad que se encontraba restringida por motivos ambientales.

No es una reapertura de Las Playitas, es una reapertura para poder nadar”, señaló. En entrevista, explicó que durante los últimos cuatro o cinco años se permitió el acceso para actividades como kayak, senderismo y visitas guiadas, pero no para el nado. Esta nueva autorización, dijo, fue resultado de una gestión constante con dependencias como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), que tras evaluar la propuesta del grupo otorgaron los permisos bajo un esquema regulado y con condicionantes específicas.

Arocha detalló que la zona designada para nadar se ubica en una laguna de recepción, es decir, un cuerpo de agua superficial que no conecta directamente con los mantos freáticos profundos donde habitan especies endémicas. Subrayó que esta delimitación forma parte de las medidas de conservación. Agregó que el área total del parque rebasa las tres mil hectáreas y que, además del cuerpo de agua, incluye espacios como el museo Génesis, el complejo Tierra María y la ruta del Camino de San José, que combinan turismo, educación ambiental y enfoque religioso.

La autorización para nadar está limitada a 60 personas por día, cifra establecida por las autoridades ambientales con base en la capacidad de carga del sitio. González Arocha indicó que el grupo cuenta con personal capacitado en manejo sustentable y conservación, y que todas las actividades se realizan bajo lineamientos oficiales. Hay homicidios imprudenciales también en conservación. Cuando no conoces el entorno, puedes dañar sin querer. Por eso capacitamos a nuestra gente”, explicó.

Desde la Oficina de Convenciones y Visitantes del Desierto, Enrique Ayala coincidió en que la decisión representa un avance, pero subrayó que el disfrute del espacio debe ir acompañado de responsabilidad. “Estamos contentos porque la gente podrá volver a nadar, pero hay que hacerlo de forma ordenada y sin dañar”, señaló. También reconoció que, por años, la comunidad local y los turistas habían solicitado recuperar esa experiencia, aunque bajo condiciones distintas a las de hace dos décadas.

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Ambos entrevistados insistieron en que la conservación ha sido una prioridad. Ayala afirmó que los concesionarios “siempre han sido cuidadosos con sus caminos, con sus normas y con el tipo de acceso que permiten. Mencionó que, incluso antes de esta autorización, en recorridos anteriores ya existía señalización clara sobre los senderos permitidos y zonas restringidas, además de personal que orientaba a los visitantes.

Sobre el costo de acceso —aunque no precisó precios— Arocha defendió la tarifa señalando que se trata de un espacio único en el mundo por sus condiciones biológicas y su antigüedad geológica. “Nosotros enseñamos el inicio de la vida”, dijo, al comparar la experiencia con otros recintos museográficos. Añadió que Cuatro Ciénegas es un laboratorio natural viviente que requiere mantenimiento constante. De manera extraoficial se sabe que el paquete VIP cuesta 650 pesos e incluye acceso a zonas techadas, recorrido en ecobici, kayak y nado; mientras que el paquete de 350 pesos cubre únicamente senderismo y observación guiada del ecosistema.

El tema de la vigilancia ambiental también fue abordado por ambos. Ayala explicó que, según su conocimiento, hay personal de base asignado al monitoreo constante de las áreas naturales protegidas, no solo inspecciones esporádicas. También comentó que, tras el operativo de seguridad aplicado durante el eclipse solar, se aplicará una logística similar para Semana Santa, coordinada desde el municipio y con la participación de la Guardia Nacional, Protección Civil, policía municipal y otras autoridades.

Además del debate ambiental, Ayala señaló que Cuatro Ciénegas enfrenta un nuevo reto: la saturación hotelera sin una oferta proporcional de actividades turísticas. Seguimos creciendo en número de hoteles, pero nos falta desarrollar nuevos espacios que se puedan visitar. Si no diversificamos, los mismos puntos se saturan”, comentó. Advirtió que, aunque hay buena ocupación en fines de semana y temporadas altas, entre semana el flujo de turistas sigue siendo bajo, lo que implica una distribución desigual del beneficio económico.

Ambos reconocieron que el turismo ya representa hasta un 80 % del empleo en el municipio, lo cual, según dijeron, ha generado una mayor conciencia sobre la necesidad de proteger los sitios naturales. “Ya vivimos del turismo. Nadie quiere arriesgarse a que lo cierren otra vez”, mencionó Ayala, en referencia a experiencias pasadas como el cierre de la Poza de la Becerra. Por lo pronto, Las Playitas regresan al mapa turístico bajo un modelo regulado que, según afirman sus operadores, busca un equilibrio entre disfrute, aprendizaje y preservación ambiental.

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