Pasión por ayudar: con vocación de servicio, paramédicos de Cruz Roja salvan la vida de saltillenses

Una llamada alertó a la radioperadora de Cruz Roja de una emergencia, ella a su vez pasó el reporte a los paramédicos de guardia quienes se alistaron, subieron a la ambulancia y encendieron los códigos y las sirenas. Salieron a toda velocidad de las instalaciones de Carlos Abedrop, en el Centro Metropolitano de Saltillo, y en cuestión de minutos llegaron a donde se requería su ayuda.

Esto ocurre mañana, tarde y noche los siete días de la semana, los 365 días del año en las instalaciones de la benemérita institución.

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Los Técnicos en Urgencias Medicas (TUM) son quienes atienden los reportes, hombres y mujeres quienes durante un año y medio se capacitaron en el curso de formación de Cruz Roja Saltillo para ser TUM nivel básico.

Actualmente hay 120 personas que forman parte de la institución.

26 AÑOS COMO VOLUNTARIO

Algunos ya tienen muchos años como paramédicos. Como el caso de Ramón Robles Zavala, apodado “El Rayo”, quien tiene 26 años como voluntario, de hecho el pasado 24 de junio, Día del Paramédico, Cruz Roja Saltillo le entregó un reconocimiento por sus años de servicio en las guardias de los sábados por la noche, de las cuales ya es encargado.

Él, como muchos más que forman parte de Cruz Roja Saltillo, llegaron por el sentimiento de ayudar, llegaron con vocación de servicio, pero al adentrarse en las guardias, en los servicios, se dieron cuenta lo qué es realmente un paramédico, que se trata realmente de ayudar sin importar raza, sexo o religión, sin importar las condiciones, en muchos casos de riesgo o insalubres.

‘NIÑOS ACCIDENTADOS, LOS QUE MÁS NOS MARCAN’

Francisco Corpus, quien tiene ocho años en la institución, dice que los servicios que más los marcan son los accidentes en donde se involucran niños.

“Fue hace años, por el hospital Magisterio, reportaron un accidente en el cual un niño de cuatro años salió proyectado en un choque... lamentablemente el niño perdió la vida, yo creo que ese es el servicio que más me ha marcado, por ver al menor, a su familia inconsolable”, comentó el paramédico.

A este sentir se suma Alejandro Fabela, quien desde el 15 de marzo del 2001 forma parte del equipo de paramédicos de Cruz Roja delegación Saltillo, y menciona que cuando inició en todos los servicios en donde se involucraban menores se imaginaba a sus hijos o a sus sobrinos.

Esto complicaba su labor, incluso en más de una ocasión estuvo a punto de renunciar, pero en su familia encontró la fuerza que necesitaba para salir adelante y continuar brindando ayuda.

“Es algo muy difícil, la verdad, uno de mis pilares para poder lidiar con esto es mi familia, platicarlo con ellos; no se platica al 100 por ciento porque a veces lo principal es sacar ese sentimiento que puede estar resguardado y así sentirte liberado de esas emociones que se viven en los servicios”, comenta el paramédico.

HISTORIAS TRÁGICAS

Porque cuando les toca estar de guardia están a expensas de lo que salga, a veces pueden ser días tranquilos pero otros son días marcados por la tragedia, como el 10 de mayo del 2012 cuando se reportó un accidente en la carretera a Zacatecas, a la altura del ejido carneros, en donde hubo cuatro personas sin vida de los cuales tres eran menores, entre ellas una bebé de 9 meses.

Ese servio fue atendida por Lili Robledo Valdez, quien actualmente es la radiooperadora de ambulancias en el turno nocturno. Lili recuerda que esa tarde ella y su compañero recibieron el reporte de un accidente con personas lesionadas, por lo que se trasladaron al lugar a toda velocidad para brindar el apoyo.

Pero al llegar quedaron en shock, en el lugar tres personas, una mujer y sus dos hijos menores de edad, perdieron la vida, cuando su esposo y padre condujo en estado de ebriedad y se metió debajo de un tráiler, acabado con su familia, mientras él quedó ileso.

Pero esta tragedia aún no terminaba, ya que la menor de nueve meses que fue atendida por Lili, y a la que trasladaron de urgencia a la Clinica del Magisterio, perdió la vida horas después, aumentando más el impacto de este accidente en la memoria de ella.

Sin embargo, esto no ha disminuido su pasión por servir, sus ganas de ayudar ni las de sus compañeros, quienes no consideran que son héroes, sino solo personas que les gusta ver por los demás, por lo que hasta el momento no se arrepienten de formar parte de la Cruz Roja Saltillo.