Expertos forenses de EU concluyeron que el perro Max, fue sometido a un trato cruel e inhumano
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Con base a las pruebas científicas, el perro no es agresivo
Exámenes practicados por expertos en medicina forense de Estados Unidos, determinaron que Max el perro pit bull, rescatado por la fundación “Raúl Julia Levy”, fue sometido a tortura durante su reclusión en el centro antirrábico de Saltillo, Coahuila.
De acuerdo a los resultados de los exámenes de medicina forense practicados por expertos como el doctor William Cole, del Departamento de Policía de los Ángeles, California, concluyo con base a las pruebas científicas, que el perro no es agresivo, y en cambio que, desde el momento de su captura, fue azotado al grado de provocarle fractura de cráneo y laceraciones en diferentes partes del cuerpo.
En un oficio que dirige la fundación del filántropo y actor, Raúl Julia, a la licenciada María del Rosario Lomas, encargada de la defensa en México del perro Max, de dos años de edad, establece que desde el día 4 de febrero del presente año, se le realizaron una serie de exámenes en el que se le diagnosticó un cuadro severo de desnutrición.
“Tuvo que ser atendido de inmediato debido a una fuerte infección causada por una bacteria alojada en los riñones, a la cual solo se puede contraer por el consumo de animales en descomposición o por ingesta de agua contaminada, además de presentar múltiples golpes en 4 extremidades, heridas simétricamente idénticas”, subraya la cara.
Añade que también se le sometió a pruebas de resonancia magnética, en el que se le detectó una fractura de un centímetro en el cráneo, en la parte frontal, producto de haber sido azotado contra la pared o piso, además de encontrar laceraciones en las dos orejas, mientras que en la cola presentaba daños en la piel.
El experto, concluyo que el perro fue sometido a un alto grado de tortura, al atarlo del hocico y extremidades, con una soga o alambre, además de haber sido levantado de la cola, azotándolo en repetidas ocasiones lo que le ocasionaron las heridas.
El diagnostico está basado en las diferentes pruebas, estudios y exámenes que se le realizaron, lo que concluyo que el perro Max fue expuesto a un trato brutal e inhumano, durante su estancia en el centro antirrábico de Saltillo, Coahuila.