Protocolo de modificación corporal y cambio de sexo en Coahuila, sin presupuesto
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Desde el 2017, la Secretaría de Salud Federal emitió el Protocolo para que personas de la diversidad sexual tuvieran acceso a tratamientos hormonales y cirugías para modificar el sexo de nacimiento en las instituciones de salud públicas, entre otros beneficios médicos, y es fecha que, al menos en Coahuila, los lineamientos establecidos no han sido aplicados.
El “Protocolo para el Acceso sin Discriminación a la Prestación de Servicios de Atención Médica de las Personas Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Trasvesti, Transgénero e Intersexual y Guías de Atención Específicas”, se quedó en el papel, aunque el documento fue actualizado en el 2019 y 2020, pero sin hacerlo realidad porque no hay presupuesto.
El documento, revisado el 11 de marzo del año pasado, refiere que las mujeres trans solicitan tratamientos hormonales, medicamentos y cirugías para implantes mamarios, glúteos y vaginoplastía, es decir, retiro del aparato reproductor de nacimiento, para construir una vagina, entre otras modificaciones corporales.
Los hombres trans solicitan ser sometidos a mastectomía y faloplastía, lo que significa construir un pene que sustituya a la vagina, entre otros tratamientos, incluidos hormonales para su transformación física.
La Guía Protocolizada para la Atención de Personas Transgénero, diseñada para atender la salud de transexuales y transgénero, incluye el tratamiento para cambiar la expresión o rol de género en consonancia con la identidad de género de la persona; la terapia hormonal para feminizar o masculinizar el cuerpo; cirugías para cambiar las características primarias y/o secundarias.
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También, plantea el Protocolo, tendrán acceso a tratamiento de salud mental para evitar cuadros depresivos o ideas suicidas ante la discriminación y marginación de las que pueden ser objeto. De igual manera, el documento debería difundirse dentro de clínicas y hospitales y entre la sociedad, para sensibilizar al personal hospitalario y a la comunidad, entre otras acciones.
El objetivo es “garantizar el acceso efectivo y sin discriminación a los servicios de salud de las personas LGBTTTIQA+, mediante el establecimiento de criterios orientadores y acciones específicas a ser observadas en la prestación de servicios de atención médica en los establecimientos que componen el Sistema Nacional de Salud”.
Karla Llana Gómez, representante de Jóvenes Prevenidos, señaló que en Coahuila las clínicas y hospitales ni siquiera han capacitado de manera adecuada al personal hospitalario, ni han difundido el Protocolo entre los derechohabientes, mucho menos han realizado ninguna cirugía de cambio de sexo o de modificación corporal, todo queda en buenas intenciones.
El documento, explicó, presenta diferentes tipos de atención de acuerdo a las necesidades de las personas que siguen sufriendo discriminación y se menoscaban y niegan sus derechos, como a la no discriminación y acceso a la salud, garantizados en los artículos 1 y 4 de la Constitución Mexicana.
“Hablamos de acceder a la hormonización, a una modificación corporal. Sí existe la posibilidad, como lo plantea el Protocolo, pero si los sistemas de salud están colapsados para dar medicamentos ¿Crees que van a ser prioridad las mujeres trans que requieren implantes mamarios, que las van a anteponer a mujeres con cáncer que necesitan esos implantes?”.
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“Para las mujeres trans es necesario la administración de hormonas, acceder a estos cambios estéticos, pero no podemos dejar de lado las necesidades principales de otras poblaciones que también lo necesitan”, y de esto la comunidad LGBTIQA+ es consciente, pero ni siquiera hay campañas de orientación y sensibilización.
El problema, indicó, es la ausencia de presupuesto, la Federación no asigna recursos para atender estas demandas sociales. No solo se trata de tratamiento hormonal y cirugías, incluye brindar servicios médicos amables, de trato respetuoso y digno, pero siguen siendo denigradxs y discriminadxs.
“Ninguna instancia de salud ha lanzado una campaña de sensibilización y mucho menos han realizado operaciones de cambio de sexo, el Protocolo no obliga, es solo de buenas intenciones. Tiene 6 años, sin embargo, hasta hoy ninguna instancia de salud ha implementado programas de atención específicos para esta población.
“Las personas LGBT se pueden ir por la vía de las denuncias, de las quejas, pero tardan, son cansadas, costosas y prefieren no hacerlo”, dijo, al indicar que incluso esta misma información puede originar más escarnio y discriminación hacia la diversidad sexual, por la falta de programas sociales que sensibilicen a la comunidad en general en estos temas específicos.