Negligencia mata a su hija en Saltillo

Saltillo
/ 29 septiembre 2015

Descuido médico acaba con muchacha; no entregan cuerpo hasta que paguen

Saltillo, Coahuila. "Tuvo un final triste", es lo único que atinó a decir Francisco Javier Navejar sobre la muerte de su hija, un calvario que el Hospital Universitario agrandó al no querer devolverle el cuerpo por no poder cubrir los gastos médicos generados.

Zuri Guadalupe, de 18 años, había pisado por primera vez una clínica hace tres meses, cuando la internaron por espacio de una semana, según recuerda su papá. "La dejaron salir, que se fuera unos días a la casa y luego la volvieron a internar", explicó Francisco, quien vive en la colonia Santa Teresa.

La enfermedad que tuvo postrada a la joven tomó tintes trágicos la madrugada del domingo 13 de octubre, cuando fue internada en el área de urgencias del Hospital General, donde le dijeron que tenía una infección en el cerebro.

Al día siguiente, al ver que no había ningún tipo de mejoría en el estado de Zuri, su papá buscó de manera desesperada a los médicos de cabecera para exigir saber qué era de lo que padecía su hija, pero el personal del hospital sólo le daba largas.

"Anduve preguntando que dónde estaba el médico y me decían `No, no está, anda en urgencias' y nunca pude encontrarlo", comentó Francisco, quien poco a poco comenzó a ser presa de la desesperación.

Finalmente, durante la madrugada de éste martes, Francisco decidió sacar a su hija del Hospital General, donde recibió un mal trato, firmando un papel de que abandonaba el nosocomio de manera voluntaria.

A las 4:00 de la mañana, y sin ninguna mejoría en su estado de salud, Zuri ingresó en el área de cuidados intensivos del Hospital Universitario, donde los médicos dieron un diagnóstico muy diferente: no era el cerebro, sino el páncreas donde se encontraba la enfermedad ya muy avanzada.

"Fui en la mañana al Seguro Popular, el que está en Victoria, pero me trataron muy déspotas, que ellos no se iban a hacer cargo de nada porque yo firmé de voluntario para sacarla del General", dijo con pesadumbre Francisco, quien se dedica a la albañilería y no tiene un sueldo fijo.

A las 3:00 de la tarde, la enfermedad venció a Zuri, quien dejó de existir llenando de pesar a Francisco, quien incrédulo escuchó al personal médico decirle que no podían entregarle el cuerpo hasta que cubriera los gastos que medio día de servicio le habían generado, cantidad que ascendía a los 36 mil pesos.

"Yo no traigo ni un centavo, nomás traigo para la pura caja",  comentó Francisco a las afueras del Hospital Universitario, donde cerca de las 8:00 de la noche se congregó en compañía de sus amigos y parientes buscando llegar a un convenio con la institución.

"Voy a firmar unos papeles, para ver cómo les voy a pagar, pero aún no me dicen si me van a entregar o no el cuerpo", finalizó Francisco, quien no dejaba de repetirse el triste final que había tenido su hija.


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