El origen de la escultura que pasó de contar la historia de Saltillo, a ser usada para expresar el hartazgo ante la violencia

Saltillo
/ 11 marzo 2022
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En la Plaza de la Nueva Tlaxcala se ubica un monumento que el 8 de marzo volvió a estar en el ojo público, tras 31 años de estar en ese lugar

Un indio tlaxcalteca, un español, un franciscano y una niña. Estas cuatro figuras integran la escultura ubicada en la Plaza de la Nueva Tlaxcala, por algunos saltillenses, mejor conocida como “la plaza que está atrás del Palacio de Gobierno”.

Mucha gente pasa por la esquina de las calles Benito Juárez e Ignacio Allende, y aunque la escultura está ahí, en pleno centro histórico, no la ven. “Forma parte de un conjunto escultórico que, como todos los de su tipo, está tan a la vista que acaba por volverse invisible”, escribió el investigador Jesús de León, en la Gazeta de Saltillo de octubre de 2006.

Pero el 8 de marzo pasado, cuando la manifestación feminista terminó en pintas, Saltillo volvió a ver la escultura y prestarle atención.

El 13 de septiembre del 2022, este monumento cumplirá 31 años. Aunque su significado recuerda un hecho que se remonta más de 431 años, cuando se fundó el pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala. Por eso la escultura de bronce, creada por el saltillense Erasmo Fuentes, representa los orígenes de la ciudad.

Como lo hemos narrado en otras historias de esta sección, originalmente Saltillo estaba dividido en dos poblados: la Villa de Santiago de Saltillo (1577) habitada por españoles; y el Pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala (1591), donde residían indígenas.

Fue hasta 1834 cuando ambos espacios territoriales, aunque ya con otros nombres, literalmente rompieron su frontera y se unieron para formar lo que hoy conocemos como Saltillo.

Amerita explicar brevemente que, como la Villa de Santiago de Saltillo se fundó 14 años antes que San Esteban de la Nueva Tlaxcala, por eso se considera que la fecha oficial de la fundación de Saltillo fue en 1577, cuando los españoles llegaron a estas tierras y se apoderaron de ella.

Los personajes de bronce

Retomemos el tema de la escultura. La niña que se ubica en la parte inferior derecha representa a los indígenas chichimecas (primeros habitantes de la zona).

La figura de la menor dirige su vista hacia un fraile franciscano que le responde la mirada. El religioso está inclinado hacia ella, “en actitud protectora”, así lo explica el escritor Jesús Arreola.

$!La escultura se conforma por cuatro personajes sobre una roca.

Junto al franciscano se observa a un indio tlaxcalteca en postura heroica, portando un bordón que en la punta lleva a una garza. El historiador Carlos Recio refiere que es un símbolo de Tizatlán, lugar de origen de los tlaxcaltecas que llegaron en 1591 para ayudar a poblar la región.

Aquí un dato. Cuando los tlaxcaltecas llegaron al norte fueron hábiles negociadores y lograron concretar con los españoles beneficios que ningún otro grupo de la Nueva España tenía. Entre ellos, otorgarles tierras para consumo.

Sobre el acomodo de los personajes en la escultura, al costado derecho del indio se encuentra un español que sostiene un estandarte que apunta al manantial que está debajo de él.

Toda esta escultura se sostiene por una roca con petroglifos chichimecas, de donde además sale un chorro de agua, que representa el recurso natural que fue un gran estímulo para el asentamiento de poblaciones.

La foto de la instalación

En una imagen captada en 1991 por el fotógrafo Germán Siller, se aprecia justo el momento en el que se instaló la escultura en la plaza con motivo de la conmemoración del 400 aniversario del pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala.

En la foto publicada en la Gazeta de Saltillo en 2006, se aprecia al mismo escultor Erasmo Fuentes dirigir la colocación del monumento. Viste gorra blanca y está montado sobre el indio tlaxcalteca.

Junto a Erasmo aparecen dos operarios que lo auxilian, uno de ellos lleva casco y ambos lentes.

Encima del espacio en el que se encuentran, parece haber una lona sostenida por un palo. Aunque no se refiere en ningún documento, se deja entrever que fue usada para protegerse de las condiciones climáticas durante la instalación. Quizá el sol.

Tres décadas después, esta escultura volvió a ser captada en fotografías por ser pintada, aunque no precisamente para una restauración como se había dado en otras ocasiones.

Las fotos de la pinta

El 8 de marzo pasado, las calles de Saltillo albergaron la manifestación con motivo del Día Internacional de la Mujer, misma que tuvo como sede principal el centro de la ciudad.

Durante dicha manifestación, en la que se exigió un freno a la violencia que se ejerce en México en contra de la mujer, centenares de mujeres se unieron para exigir justicia por aquellas que han sido víctimas de violencia e incluso feminicidio.

Las protestas trajeron consigo rayones en el suelo y paredes de la Plaza Nueva Tlaxcala, así como del Palacio de Gobierno, además de pintas en la escultura de la que hemos venido hablando en este texto.

$!El agua de la fuente que rodea la escultura también fue pintada de color rojo.

De acuerdo a declaraciones emitidas por los colectivos feministas que participaron en la manifestación del 8M, esta es una expresión ante el hartazgo por la falta de justicia y respuestas de las autoridades.

Esta situación, que algunos saltillenses en redes sociales señalaron como “vandálica”, generó polémica y desacuerdos entre la sociedad.

También historiadores locales se pronunciaron al respecto, uno de ellos fue Carlos Recio: “considero que toda agresión contra edificios o monumentos públicos es reprobable por el hecho de atentar contra el patrimonio cultural. Pero al mismo tiempo reconozco que es una manifestación del hartazgo de las mujeres ante la violencia cotidiana que viven la cual no parece ser cabalmente resuelta ni por la sociedad, ni por las autoridades”.

$!Personal del Gobierno Municipal utilizaron cepillos metálicos para remover la pintura.

Hoy, después de haber sido limpiada con ayuda de cepillos metálicos, la escultura permanece en su sitio. Además de los orígenes de la ciudad, ya tiene otra historia que contar.

*Con información de Carlos Recio, Jesús de León, Jesús Arreola y Archivo Municipal de Saltillo.

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