Gitanas ‘cazan’ clientes
en plaza Manuel Acuña de Saltillo; si te niegas te llevas un mal augurio

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Mujeres de ojos grandes, bien delineados vistiendo faldas a media pantorrilla y blusas floreadas. Transitan por las calles de Aldama y Padre Flores. Abordan a los transeúntes, quieran o no.
Se dicen videntes y enseguida les toman la mano para “leerla”. A veces, las dos. Su tarifa es de 50 pesos por mano leída. Si no lo consiguen, entre dientes te murmuran el augurio de la mala suerte.
Ofrecen ver el futuro y “enganchan” a hombres y mujeres haciéndoles creer que en sus manos ven los números del premio mayor de la Lotería, pero les exigen más dinero para descifrarlos. Dan indicio de las malas compañías y de quienes su vibra les afecta.
Para los comerciantes del Mercado Juárez son una ofensa, una estafa, la seguridad pública las ignora y los creyentes pagan hasta 200 pesos para recibir pistas de continuar o no con la relación amorosa que recién iniciaron.
Son tres o cuatro mujeres, al parecer todas de una sola familia o conocidas, no se sabe de dónde vienen o se alojan pero cada temporada alta invaden las calles del centro, aseguran comerciantes, quienes las alejan de la entrada de sus tiendas.
Se concentran en la Plaza Acuña, de ahí se distribuyen, algunas son ofendidas, les arrebatan la mano dando las gracias con un “ahorita no, tengo prisa”, pero se quedan mirando sus labios leyendo el susurro de una oración incomprensible que aseguran es un mal deseo en su futuro.
“Una de esas ahí por la Central de Autobuses me dijo “dame 100 pesos y te quito la sal”, le dije: te doy 500 pesos si me quitas el azúcar que me anda llevando la chingada, y que se encabrona”, comentó un saltillense entrevistado ante la advertencia en redes sociales.
Comerciantes del Centro Histórico denunciaron que son a los adultos mayores a quienes más les piden dinero, toman los billetes sin dar cambio y luego caminan tan rápido entre la gente que es imposible alcanzarlas.
Además de aprovecharse de problemas sentimentales como mal de amores o peleas familiares, pero también de padecimientos mentales como ansiedad, insomnio, inseguridad personal o baja autoestima para dar esperanza o un par de palabras de aliento por un par de billetes.