‘Un plato de comida también es humanidad’: Facultad de Ciencias Sociales abre centro de acopio para Casa del Migrante de Saltillo

La Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila abrió sus puertas como centro de acopio para respaldar a la Casa del Migrante de Saltillo, ante las dificultades que enfrenta el albergue por la reducción de fondos internacionales.

“Desde su fundación, la facultad ha sido aliada de la Casa del Migrante, y ahora atendimos el llamado que nos hizo nuestro amigo José Luis Rodríguez, ‘Joselo’, para sumarnos nuevamente con una colecta”, dijo la directora, Machely Flores Reyna.

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El acopio está abierto de 8:00 a 20:00 horas, de lunes a viernes, en las instalaciones de la facultad. Se reciben principalmente alimentos no perecederos como arroz, frijol, aceite, harina y atún, aunque cualquier apoyo será bien recibido.

Flores mencionó: “Si alguien pasa por aquí, con mucho gusto lo atendemos y recibimos lo que traiga para ayudar a nuestros hermanos y hermanas en movilidad”. Una vez que reúnan un lote considerable, los productos serán entregados directamente en la Casa del Migrante.

Además, la directora lamentó que aún persistan comentarios de rechazo hacia la población migrante y enfatizó que el fenómeno no depende de los individuos, sino de circunstancias globales.

Agregó que la migración ha acompañado a la humanidad desde sus orígenes: “Las personas se han mudado de sus lugares desde tiempos en los que surge la humanidad. Es inevitable, imparable, un fenómeno global que no nada más atañe a México”.

“Es muy triste. Lo mínimo que podemos hacer es ofrecerles un vaso con agua, una comida”, añadió Flores. Recordó que mientras muchos pueden llegar a casa y descansar frente a la televisión, las personas migrantes “están constantemente sobreviviendo; ¿tú crees que alguien en movilidad puede ponerse a ver Netflix al final del día?”

Así mismo, comentó que la ayuda no solo responde a una necesidad práctica, sino a valores fundamentales. “Lo mínimo que podemos hacer como personas que vivimos bajo las premisas de la igualdad, los derechos humanos, la ciudadanía y además de tradiciones religiosas, es ayudar a solventar sus necesidades materiales”.

En ese sentido, Flores invitó a la ciudadanía a sumar también con tiempo y cercanía. Recordó lo que les dice José Luis Rodríguez a los donadores: si no hay posibilidad de comprar víveres, basta con darse una vuelta a platicar 15 o 30 minutos con quienes están en el albergue. “Eso también es una muestra de humanidad enorme”, dijo Flores Reyna.

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Finalmente, mencionó que cada viernes el voluntariado organiza actividades recreativas en la Casa del Migrante, abiertas a quienes quieran sumarse para compartir juegos y momentos de convivencia.

“Todos podemos hacer algo, aunque sea poquito: donar un kilo de arroz, regalar tiempo o simplemente escuchar. Ese mínimo gesto ya es un acto de humanidad”, concluyó Flores.