Historia de las parroquias que dieron inicio a la evangelización en La Laguna

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TORREÓN, COAH.- Las parroquias Nuestra Señora del Refugio, en Matamoros, y Santiago Apóstol, en Viesca, son las más antiguas de la Diócesis de Torreón. Ambas desempeñan un papel fundamental, pues en sus tierras comenzó la evangelización de un extenso territorio, conformado por una comunidad laical tenaz y ejemplo de fortaleza espiritual. Así lo expresó el obispo de Torreón, Luis Martín Barraza.
La Parroquia Nuestra Señora del Refugio cumple 150 años de vida. Su acta de erección, al igual que la de Santiago Apóstol, fue emitida el 5 de abril de 1875. En el libro de Gobierno de Viesca, el documento aparece registrado el 17 de abril de ese mismo año.
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En el caso de Matamoros no se cuenta con un registro exacto de la fecha de ejecución, por lo que tradicionalmente se reconoce el 5 de abril como el día de erección y ejecución del decreto.
A pocas décadas de la conquista de México, el actual territorio de la Diócesis de Torreón pertenecía al Obispado de Guadalajara, erigido en 1560. Posteriormente, pasó a depender del Obispado de Durango, creado en 1620. En 1891, tanto Durango como Monterrey fueron elevados a la categoría de arzobispados, y se erigieron las diócesis de Chihuahua y Saltillo.
Desde entonces, la región se integró a la Diócesis de Saltillo y al Arzobispado de Monterrey, formando parte de la provincia eclesiástica regiomontana.
Los años posteriores a la Independencia de México (1810-1821) fueron particularmente difíciles para la Iglesia, pues tuvo que enfrentar cambios ideológicos, políticos, sociales y económicos. En este contexto, hacia 1860, en Matamoros ya existía una capilla dedicada a San José y a Santa María del Refugio, donde los colonos y sus familias acudían a orar y fortalecer su fe.
Tras 1870, algunos documentos mencionan la existencia del templo católico de Matamoros como sede de la Viceparroquia de Nuestra Señora del Refugio. Finalmente, por mandato del obispo de Durango, Vicente Salinas, el 5 de abril de 1875 se erigió formalmente la Parroquia de Nuestra Señora del Refugio en esta localidad.
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En esa época, los sacerdotes enfrentaban un gran desafío: la indiferencia religiosa de gran parte de la población, el desprecio hacia el clero y las restricciones impuestas por las autoridades civiles. A esto se sumaron las dificultades derivadas de la Revolución Mexicana, que en 1920 dejó muchas parroquias en el abandono, saqueadas y sin documentación oficial que acreditara su erección canónica o los registros sacramentales.
El obispo de Saltillo, en su informe “Ad Límine” de 1920, describió la situación: “Todo quedó destruido. Muchas parroquias quedaron sin sacerdotes, ya que unos tuvieron que emigrar y otros murieron. El seminario fue suprimido, los profesores desterrados, el edificio tomado por el gobierno y los seminaristas dispersados, perdiendo sus vocaciones”.
Por su parte, el delegado apostólico en México, Tommaso Pio Boggiani, reportó a Roma la precariedad en que quedó la Iglesia mexicana tras la promulgación de las Leyes de Reforma. Factores como el ateísmo oficial, la falta de clero, la pobreza, la ausencia de infraestructura vial y la extensión territorial de las diócesis dificultaban enormemente la labor evangelizadora.
A pesar de estos desafíos, la Parroquia Nuestra Señora del Refugio ha perdurado gracias a la fe inquebrantable de sus feligreses y al compromiso de los sacerdotes que, desde los inicios de la evangelización en La Laguna, han entregado su vida al anuncio del Evangelio.