Madre e hija, sin rastro y sin nada que celebrar
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Lo último que se sabe es que Liliana y su hija partieron por la mañana del 7 octubre de 2017 de la colonia Latinoamericana a la colonia El Tajito en Torreón, a casa de su ex suegra.
TORREÓN, COAH.- El domingo ocho de octubre de 2017 despertaron a Karla Daniela Ríos. Liliana y Laura Valeria, madre e hija, tenían un día desaparecidas. Karla, la hermana menor, pensó de primera instancia que era un secuestro porque su hermana Liliana iba a bordo de una camioneta Sierra Denali con vidrios polarizados. “Pensé que en cualquier momento nos iban a llamar”, recuerda Karla. Pero nadie les llamó y parece, desde entonces, que no despierta de una pesadilla.
Lo último que se sabe es que Liliana y su hija partieron por la mañana del 7 octubre de 2017 de la colonia Latinoamericana a la colonia El Tajito en Torreón, a casa de su ex suegra. Pero madre e hija nunca llegaron a su destino.
Este es el primer día de las madres que la familia estará incompleta. Liliana es una de cuatro hermanos. La pequeña Laura Valeria desapareció de un año y dos meses. Apenas daba sus primeros pasos. Liliana tiene 26 años y este 18 de mayo cumplirá 27.
Karla y su familia buscaron por todos lados: hospitales, Cruz Roja, centro de detención. “Lo que pudimos hacer por nuestra cuenta”, recuerda Karla. Denunciaron la desaparición de Liliana y Laura el 9 de octubre en el área de desaparecidos de la Fiscalía del Estado.
Karla, la menor de los hermanos, es la que está al frente de la búsqueda. Habla con medios, da entrevistas, acude con funcionarios. “Mis papás están tratando de luchar contra esto. Nunca pensamos que esto nos pudiera pasar a nosotros. Pero ni modo aquí vamos para el frente y seguir luchando y presionando para localizarlas”, platica Karla.
NOS ARRANCARON LA FAMILIA
En Torreón hay un par de anuncios espectaculares que exhiben la desaparición de Liliana y su hija. De Liliana se describe: estatura 1.60 metros, tez blanca, complexión delgada, cabello teñido de color castaño a la altura de los hombros. Señas particulares: cicatriz en la frente, lunar bajo ojo derecho. Tatuaje en dedo “números romanos”, tatuaje en la espalda baja de la figura de un tribal, tatuaje en muñeca “Alejandro”. Vestía short de mezclilla y playera gris de Aeropostal. De Valeria: cabello corto castaño ondulado, lunar café claro en la pierna derecha y otro lunar en uno de sus hombros.
La otra descripción, la que conoce Karla: “Mi hermana es una persona buena, de carácter fuerte. Su hija era su sueño, era lo que veía de ella. Se dedicaba a cuidar a Laura. Como toda muchacha de 27 años, le gustaba estar en fiestas, pero era muy familiar. Nos gustaba estar reunidos en familia, hacer carnes asadas”.
De hecho, el domingo anterior la familia había estado reunida. Fue la última vez que la vieron. “Por el trabajo y la semana, no tuve contacto con ella hasta que nos avisaron que no la encontraban”, dice Karla.
Para Karla, la desaparición de su hermana y su sobrina les ha arrancado ese momento de estar reunidos en familia, la dicha de ver andar a Laura Valeria caminar por sí sola. “Estamos incompletos. Nos falta algo, nos falta ella y la pequeña”, dice.
SIN RASTRO
Karla Ríos menciona que se han hecho todos los protocolos de búsqueda, desde la alerta pre amber, la alerta alba, hasta el reporte de robo por la camioneta y búsquedas nacionales en distintas instancias. “Pero todo ha sido fallido”, platica.
El lunes se cumplieron siete meses de la desaparición y familiares y amigos realizaron una marcha hasta la Fiscalía de Desaparecidos en Torreón, donde exigieron la localización de Liliana y su hija.
Karla denuncia que la Fiscalía no tiene ningún avance ni pista del paradero de sus familiares. Se queja porque a siete meses, la autoridad no ha podido conseguir la sábana de llamadas.
“Nos dijeron que un mes se tardaba pero hasta el momento no se ha obtenido la más importante que es la de ella. No sabemos cuándo fue su última ubicación, queremos saber algo que nos lleve a seguir la búsqueda”, platica Karla.
FISCALÍA EXPLICA SITUACIÓN
Fernando Vela Tafoya, coordinador en La Laguna de la Fiscalía de Personas Desaparecidas, explica que ya fueron enviados dos oficios a la compañía telefónica pero que no han respondido.
Asegura que inclusive ya han emitido apercibimientos y multas por no acatar la orden del juez. Dijo que la obtención de la sábana de llamadas no depende de la Fiscalía sino de la compañía telefónica. “Se considera una obstrucción de la justicia”, afirma el funcionario.
Refiere que una de las complicaciones es que todas las solicitudes de registros telefónicos se hacen una oficina central de la compañía en México. Comenta que este tipo de retrasos son comunes con las compañías telefónicas.
“La sábana de llamadas es una herramienta de trabajo en la investigación. Si no la tenemos se dilata el tiempo. Nos interesa la geolocalización, los datos de internet, el registro de llamadas”, añade Vela Tafoya.
SITUACIÓN
A siete meses de la desaparición, la familia todavía desconoce la última ubicación de Liliana y su hija. En 2017, según el Registro Nacional de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED) desaparecieron tres mujeres en Coahuila. Aparece el registro de Liliana, pero no el de su hija.