Andrés Buitrón, jinete de su pasión
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Andrés agradeció a su familia, por siempre estar apoyándolo y no quitar el dedo del renglón a pesar de los momentos difíciles.
Andrés Buitrón López, nació en Monterrey, Nuevo León, pero creció en la capital coahuilense. Andrés es jinete de reining, disciplina en la que domador y caballo demuestran sus habilidades para realizar una serie de maniobras juntos.
La pasión por los caballos ha estado con Andrés desde la cuna, “Me gustaba mucho acompañar a mi papá y mi abuelo, crecimos con los caballos y los animales como un hobby, siempre con el afán de seguir esa vida”, compartió en ahora jinete de 24 años de edad.
Sus primeras competencias fueron a la edad de 15 años, cuando empezaba a incursionar en este deporte de manera profesional. Al graduarse de la prepa en el Tecnológico de Monterrey, Andrés se mudó a la ciudad de Halifax en Nova Scotia, Canadá, para seguir con sus estudios en la Universidad de Saint Mary’s.
Estando allá, Andrés se despegaría de los caballos,
“Era una experiencia nueva, decidí enfocarme en mis estudios”, pero su pasión se mantuvo latente, “A mediados del primer año me entró la “pica” por volver a buscar los caballos, se me complica la universidad y empiezo a abrir camino por allá. Aunque decidas que lo vas a dejar por un tiempo, te queda la sensación de regresar”, dijó el jinete.
En Canadá, Andrés conoce a quien adoptaría como su segundo papá, Vaughn Melanson, personaje con el que trabajó por tres años, “Formamos una relación muy bonita, me enseñó a trabajar en muchas áreas diferentes, hasta ahora me apoya incondicionalmente”, expresó el joven jinete. Después, Andrés tomaría la decisión de ir a trabajar con Mat Hudson, un profesional del reining, con quien logra escalar y seguir aprendiendo en la disciplina.
El jinete reveló, que practicar una disciplina en la que califican que tan bien controlas a tu caballo, implica arduo trabajo diario, “Es un camino largo, pero al final de cuentas se siente muy bien cuando das un producto terminado”, señaló Andrés.
Además, compartió su ideal en la disciplina, “La mejor meta y lo más bonito es poder llegar a ser un buen “horseman”, poder entrenar casi que todas las diferentes personalidades de los caballos y poder hacerlo de manera inteligente, entrenar a un caballo y llevarlo a sus más altos niveles”, expresó Andrés Buitrón.
Finalmente Andrés agradeció a us familia, por siempre estar apoyándolo y no quitar el dedo del renglón a pesar de los momentos dificiles.