Fernando Torres: "El Atlético es el sitio donde soñé conseguir mis éxitos"
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El futuro del delantero rojiblanco se está decidiendo estos días. El club, duda; la afición lo tiene claro: siempre Torres. Él, siente demasiado adentro los colores...
No había cumplido los 18 cuando jugó por primera vez en el Vicente Calderón. Aquel futbolista con cara de niño enamoró a los aficionados y pronto se convirtió en emblema del club hasta que abandonó Madrid rumbo a Liverpool. Ocho años después, Fernando Torres (Fuenlabrada, Madrid, 1984) defiende de nuevo la camiseta de su Atleti. El muchacho de mirada traviesa y descaro en el área es hoy un hombre de 31 años sereno, feliz y casado y con tres hijos (de 6 años, 5 y cuatro meses). Su gol a Alemania en la final de la Eurocopa 2008 cambió para siempre la historia del fútbol español. Algo por lo que se siente orgulloso. Y muy querido. Le falta marcar el gol 100 con el Atlético y que se decida si seguirá en la entidad rojiblanca. En esta entrevista realizada en octubre, meses antes de la sanción al Atlético por la que no puede fichar en un año (la cesión de Torres termina este año; pertenece al Milán), se muestra confiado en seguir siendo el '9' del Vicente Calderón. El club, duda; la afición lo tiene claro: siempre Torres.
Se fue muy joven de España, pero, después de muchos años jugando en otros países, regresó al Atlético de Madrid. ¿Lo echaba de menos? Al principio no, estaba muy volcado en vivir aquella experiencia tan enriquecedora en Inglaterra. Los primeros meses, nada más salir del club, hasta me hacía daño ver los partidos del Atleti por televisión. Me sentía extraño siguiéndolo desde fuera como cuando era pequeño.
Los aficionados le añoraban, y vivieron su vuelta como un gran acontecimiento. Difícil no conmoverse ante similar acogida. Del día de la presentación guardo uno de los mejores recuerdos de toda mi carrera deportiva. Fue algo muy especial y emotivo. La gente, sobre todo la que vive lejos de España, pudo comprobar que nuestros aficionados son de otra pasta. Los detalles de cariño han sido constantes desde que me fui del club hace ocho años.
¿Recuerda alguna reacción de los seguidores que todavía hoy le sorprenda? El día que regresé al Atleti, un aficionado me confesó que, más que una presentación, mi vuelta había sido un reencuentro que llevaban años esperando y que por fin se hizo realidad. Fue precioso porque me lo dijo con mucha emotividad. Estoy muy agradecido a todos.
¿Qué significa para usted el Atlético de Madrid? Es una parte muy importante, diría que fundamental, de mi vida. El club me ha dado una educación y unos valores que han servido para convertirme en la persona que soy. Sin esa base quizá hoy no tendría nada de lo que tengo en la vida, y eso es algo que no lo cambiaré nunca. Por el Atleti siento una mezcla de agradecimiento eterno y de pasión, a partes iguales.
Se ha referido a la afición del Atlético. Su aliento incansable a los jugadores durante los partidos es único. Usted jugó en Anfield. ¿Se parece en algo a la hinchada del Liverpool? Sí, son muy similares y comparten muchas cosas en común. Estoy enormemente orgulloso y me siento un privilegiado por haber pertenecido a estos dos clubes.
Liverpool, Chelsea, AC Milan... ¿Qué tiene su Atleti que no tengan los demás? Cada aficionado tiene una casa, un sitio que siente suyo, un espacio único y especial. Por mucho que viajes, que conozcas o experimentes, nunca lograrás llenar el vacío que sientes por no estar allí. El Atleti es ese lugar para mí. Es el sitio donde soñé conseguir mis éxitos.
Precisamente su contrato acaba el próximo mes de junio. ¿Quiere seguir en el club a partir de esa fecha o le atraen otros escenarios futbolísticos? Sería una sorpresa no seguir en el Atleti. El club conoce mi situación y está totalmente en sus manos que siga de rojiblanco muchos años.
¿De qué dependerá su continuidad? Solamente del Atleti, mi postura está clara.
¿Le gustaría colgar las botas aquí o el romanticismo no existe en el fútbol? No veo ese momento cerca, no tengo planes a tan largo plazo. Es algo que ni me he planteado.
Hablemos de Diego Simeone, su entrenador. ¿Cómo es su relación con él? Fuimos compañeros de vestuario varios años y ahora es mi entrenador. Es difícil encontrar la distancia entre las dos situaciones, pero mi relación es de total profesionalidad. Estoy aprendiendo mucho de él, le tengo un enorme respeto.
¿Tiene más de exjugador o de entrenador? Es uno de los mejores entrenadores que hay en la actualidad. Para lograr eso, sin duda, su experiencia como jugador le habrá ayudado.
¿Cómo lo hace para mantener, después de tanto tiempo, esa motivación en el vestuario? No hay secretos. Precisamente esa es una de sus virtudes.
Una curiosidad. ¿Es más fácil la amistad en el fútbol con 30 años que con 20? La amistad se fragua y llega cuando llega, nunca se condiciona por la edad. Al menos eso es lo que creo.
Pasarán los años, pero usted siempre será el autor del gol de la final de Viena en 2008. ¿Lo piensa con frecuencia? ¿Qué importancia le da? Nunca pensé que podría tener mi nombre escrito en la historia de España. Es un regalo que el fútbol me ha dado. Aquel gol a Alemania en la Eurocopa marcó a una generación entera. Yo solo fui el ejecutor.
El seleccionador de aquella escuadra campeona era Luis Aragonés. ¿Qué faceta de su personalidad le viene a la mente? Son tantas... Recuerdo el cariño casi paternal que me tenía, y que solo me confesó una vez.
De todas las que ha escuchado, ¿cuál es la frase que más le ha calado en el mundo del fútbol? “Niño, usted no aprenda a hacer rabonas, ni bicicletas raras ni mierdas de esas. Usted clin, clin, caja. A hacer goles”. Me lo dijo Luis Aragonés.
El aficionado de otros equipos, ¿es respetuoso con usted o se ha sentido alguna vez agredido? Todo ha cambiado desde la Eurocopa de 2008. Ahora noto respeto y admiración a todo lo que he conseguido.
¿Le surgen muchas ofertas o solicitudes de ayuda a causas ajenas al fútbol? Sí, claro. Siempre me gusta ayudar a quienes más lo necesitan. Tener la capacidad de provocar alegría en la gente me hace muy feliz, pero por desgracia hay que ser selectivos porque no se puede atender a todo el mundo.
Es un gran aficionado a la moda. En este aspecto, ¿qué es lo que más le ha llamado la atención en sus estancias en ciudades como Liverpool, Londres o Milán? Cada sitio es un mundo a la hora de vestir. Me encanta que en ciudades como Londres o Milán la gente viste como quiere y nadie se gira para mirar. Todos respetan que los demás vayan diferentes y no les señalan por eso. En la moda todo vale mientras tengas buen gusto.
Por Paco Latorre / El País