Gerardo Ylizaliturri y la pasión que ‘no se quita’
Las motos, los autos, las bicis... Todo gira en torno a las ruedas y la velocidad para el piloto regiomontano y saltillense que se quedó el segundo lugar en la Coahuila 1000
La constante más importante que destaca de la gente que decide dedicar su vida a una de las decenas de deportes que existen en el mundo, llámese futbol, beisbol, basquetbol, rugby, tennis, etcétera, siempre será la pasión y el amor por lo que hacen.
En el caso del automovilismo, tenemos un ejemplo muy cercano que viene de ganar un segundo lugar en la icónica carrera que ya se ha vuelto todo un referente en el país en modalidad offroad, la Coahuila 1000: Gerardo Ylizaliturri Garza.
TE PUEDE INTERESAR: ¿Qué sucedió en la derrota de Saraperos ante Toros? La polémica jugada que decidió el triunfo de Tijuana en el Madero
Si bien, Ylizaliturri puede presumir de un trofeo ganado en su primera vez que corre un automóvil side-by-side -comúnmente conocidos como “Razors”- el piloto originario de Monterrey, atribuye el éxito a todo su equipo así como al copiloto que viajó con él durante los mil kilómetros que conformaron la ruta, Jesús Márquez, que a su vez fue quien se encargó de hacer el último ensamblaje del coche.
Y, por supuesto, a su familia que siempre ha estado para él, apoyándolo y brindándole todas sus energías y su suerte para que en cada carrera y competición, más que con el podio, llegue con bien; como él lo mencionó son “la primera línea de batalla”.
Cabe mencionar que esta no fue la primera vez que el deportista de 47 años participó en el “Rally del Desierto”, pues, hace dos años lo hizo pero en motocicleta (además de las ocasiones donde ha asistido como copiloto). Y es que, las motos siempre habían sido su “mero mole”.
“Jerry”, como le llaman de cariño sus amigos y familiares, tiene 30 años corriendo motos; hace apenas alrededor de 7 comenzó a correr automóviles.
Ambas modalidades las ha hecho en modalidad endurance (competencias en autódromos) y offroad, como su nombre lo dice “fuera de la pista”.
NACIÓ ASÍ; NO SE HIZO ASÍ
Contrario a lo que muchos pensarían, aunque su papá tenía vehículos motorizados de dos ruedas, el gusto por ellos no fue de “herencia”. Gerardo nació con él.
En entrevista con EXTREMO confesó que a él siempre le llamaron la atención los autos, pero sobretodo las motos y las bicicletas:
“Aprendí a caminar como cualquier niño al año, dos tres meses, que es lo normal, y dos meses después ya andaba en bicicleta”, declaró.
Recordó la historia que le contaba su padre, quien, recientemente cumplió 83 años, sobre ese momento:
TE PUEDE INTERESAR: ¿Qué sucedió en la derrota de Saraperos ante Toros? La polémica jugada que decidió el triunfo de Tijuana en el Madero
“Nunca tuve triciclo, yo no me acuerdo pero tengo por ahí unas fotos que me dice mi papá ‘no, si tú empezaste a caminar y a los dos meses ya andabas en bici sin llantitas y sin nada’ es algo que a mí siempre me gustó”.
Explicó que si bien, su padre tenía motos, realmente no “era muy motero”, le gustaba “pero lo suyo era la caza deportiva”.
Una vez que estableció el primer contacto y supo que era lo que le gustaba, cuando tenía alrededor de 9 o 10 años, insistió mucho a sus papás hasta que los hizo ceder: le compraron su primera moto, una “pequeñita” por supuesto. Con eso empezó.
Sin embargo a los 12 o 13 años, el regalo se fue. Sus padres decidieron quitársela debido a que era una edad difícil y peligrosa. Gerardo, sin pensar en abandonar su pasión decidió “reemplazarla” (momentáneamente) con bicis de montaña; una vez cumplidos los 18 años, volvió a las motos y arrancó en el offroad.
A TODOS LADOS Y CON TODO, SIEMPRE EN RUEDAS
Otro de los caminos -literalmente- lo encontró en la moto de turismo. Realizó grandes viajes donde conoció gran parte de México “por brecha y por carretera”. Uno de sus logros más grandes dentro de esta modalidad, fue un viaje que realizó a Sudamérica a Tierra del Fuego.
Un talento más donde probó suerte fue corriendo “superbike”, sin embargo, “uno madura” y empieza a tener miedo a las caídas y golpes “que duelen durante años”, por lo que decidió iniciar con los autos en modalidad endurance (en ella existen carreras de 4, 6, 8, 12 y 24 horas).
Y como lo ha visto a lo largo de los años, un camino lleva a otro. Y así encontró la oportunidad de regresar al offroad lo que considera “son mis orígenes”, pero ahora en el side-by-side.
“Y aquí estamos, no es gripa, no se quita”.
LA COAHUILA 1000, EL RETO
El carro con el que compitió, aunque lo compraron hace algunos años, fue la primera vez que se utilizó en una carrera: fue el debut de ambos.
Ylizaliturri, en compañía de su copiloto y navegante, Jesús Márquez, se aventuraron a la gran misión y, aunque la competencia la terminaron con saldo blanco, hubo una situación que tuvieron que superar en conjunto y como pudieran.
El piloto destacó que, si bien, la preparación, la capacidad del piloto, del copiloto, el vehículo y las condiciones son componentes muy importantes, existe otro que lo es aún más: la suerte. “Se te puede atravesar una vaca, u otro piloto, se te resbala el carro, golpeas una piedra y lo dañas”, explicó.
El carro no sufrió ningún problema, pero el equipo de navegación si:
TE PUEDE INTERESAR: Michael Oher, exjugador de la NFL, asegura que la película ‘Un Sueño Posible’ es mentira; nunca fue adoptado por los Tuohy
“Traíamos una tableta con un GPS con el mapa y, más o menos a tres cuartas partes de la carrera del primer día, se apagó (...) íbamos viendo a un vehículo adelante, de los que habían arrancado antes de nosotros y se veía un poco lejos, pero se veía el polvo”.
El detalle aquí es que, después de horas manejando, cada minuto es importante; se puede ganar por uno o dos
Márquez puso sobre la mesa la opción de detenerse y ver si podían arreglarlo, pero llegaron al acuerdo de mejor seguir adelante viendo a quien iba adelante, y si en algún momento se quedaban atrás, pasaba algo o no veían a nadie más, pues aceptaban parar e intentar arreglar el aparato.
Y así lo hicieron, llegaron hasta el último checkpoint del primer día. No había mucho tiempo porque cuando uno se detiene, lo que busca primero es tomar agua, poner gasolina, volverse a amarrar y ponerse los arneses “todo eso toma tiempo”.
Fue ahí donde Jerry pudo sacar su teléfono donde también tenía el mapa que había descargado previo a la carrera (por suerte, porque no había nada de señal en el camino).
Les fue muy bien en la última etapa, especialmente porque él ya se sentía cómodo con el carro, ya tenía seis-siete horas manejándolo, por lo que pudieron cerrar muy fuerte y con mucha contundencia.
Es por todo eso que, Ylizaliturri recalcó: “Yo tengo que aclarar que, aquí no se llega solo, es realmente un trabajo en equipo. Es mi primer carrera en un carro, en ese y cualquier otro, y cuando pasamos al podio me decía un amigo ‘no, es que nomás pasa el piloto’ y yo le dije ‘espérate, pero pues el copiloto?’ Él estuvo conmigo toda la carrera”, agradeció.
¿QUÉ SIGUE?
Gerardo consideró que la Coahuila 1000 es parte de una lista que tienen quienes gustan del offroad en México. Entre ella se encuentra la Baja 1000, Dos Mares y la Coast to Coast. ”Cada vez es mejor. Siempre han sido buenos, pero cada año se han superado”.
Luego de agradecer el apoyo del Gobierno del Estado y recalcando que todo el tiempo se sintió muy seguro, sin una situación fuera de lugar o peligrosa en cuanto a la seguridad pública, compartió la que será su próxima hazaña.
Aunque reconoció que las motos fueron su primer amor, no cree volver a ellas, ya que las diferencias son muchas: la moto es más demandante, “más exigente en el aspecto físico. Es otro tipo de carrera, el motociclista la hace de piloto, mecánico y navegante”.
Dijo que es complicado y muy duro, por lo que no hay mucha gente que se anime a correr en moto y que quienes lo hacen (que además ganan lugares en el podio) dijo que son “gente muy muy recia”. Se va feliz de haber corrido la Coahuila mil una vez en moto pero realmente era un “cosas por hacer”, ahora está contento de haberse “hallado” con los autos.
TE PUEDE INTERESAR: La Formula 1 está de luto: Muere ‘Formulino’, el gato de la suerte del autódromo de Imola
Ahora su siguiente objetivo está puesto en correr una Baja 1000 que es el doble de demandante que el Rally de Coahuila, pues, no son días (ni kilómetros, son mil millas), es una carrera seguida donde no hay descansos y el tiempo es de 30 horas. En la coahuilense se les obliga a descansar 15 minutos, en la baja mil no; llegan a los pits y se van rápido.
“Como es una carrera que es doble de largo, se corre en equipo y cada 500, 600 km se cambia de piloto. Todo seguidito”.
Este deseo y oportunidad llega después de que quienes se quedaron con el primer lugar del podio, los campeones “Good News”, con quienes además hicieron una “bonita amistad” se acercaran a ellos para armar el equipo entre ambos y prepararse para el siguiente año, ya que la de este 2023 está muy próxima.
“Si ellos nos invitan, nos han de haber visto algo bueno”. Mencionó entre risas.
EL CONSEJO PARA LOS AMANTES DE LOS AUTOMÓVILES Y MOTOS
Finalmente, enviando un mensaje para todos aquellos que deseen incursionar o llevar su pasión y talento en los autos y motos más allá, pidió que “se cuiden mucho” y que traten de poner todas sus posibilidades y suerte a su favor:
“Yo siempre le digo a la gente: está bien si quieres andar en moto, en una cuatri, en un carro, en un side-by-side, en un avión, en lo que tu gustes, siempre piensen bien lo que hacen, vayan a que les den unas clases, nadie llega a este deporte sabiendo”.
Concluyó pidiendo que sean prudentes, que utilicen su equipo de protección, casco, que se diviertan mucho y “Que pongan un buen ejemplo para que atraigan a más gente al deporte, como todos, es un deporte muy bonito y más cuando uno se cuida y lo puede practicar y disfrutar por muchos años”.
COMENTARIOS