Serena Williams, se despide del tenis como una de los mejores tenistas de la historia
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La leyenda de la raqueta, Serena Williams deja las canchas siendo una de los mejores tenistas de la historia, con 23 Grand Slam, este es el mayor número tanto en el campeonato masculino como femenino.
“Nunca me gustó la palabra retiro”, se lee en el texto que publicó en “Vogue”. “No me parece una palabra moderna. He estado pensando en esto como una transición, pero quiero ser sensible sobre cómo uso esa palabra, que significa algo muy específico e importante para una comunidad de personas. Quizá la mejor palabra para describir lo que estoy haciendo es evolución”.
La transición o evolución a la que Williams hace referencia la llevará del tenis a otras cosas que son importantes para ella, entre ellas, la familia. “Quiero hacer crecer esa familia”, escribió.
ELEGIR ENTRE EL TENIS Y LA FAMILIA
“Pero he sido reacia a admitir ante mí misma o ante cualquier otra persona que tengo que dejar de jugar al tenis”. Es consciente, dice, de que, al contrario que los tenistas masculinos que siguen jugando y ganando mientras sus esposas están embarazadas, esto impacta directamente en su vida profesional. “Creanme, nunca quise tener que elegir entre el tenis y la familia. No creo que sea justo”.
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Por delante tiene nuevos objetivos y motivaciones fuera de las pistas. Detrás de sí, deja una huella imborrable en ellas. Williams nació en Saginaw, en el estado de Michigan el 23 de septiembre de 1981, y creció en Compton, una zona de Los Ángeles, por aquel entonces, en los ochenta, considerada conflictiva.
Que acabase con una raqueta en la mano no fue fruto de la casualidad, sino del afán de su padre que había diseñado un plan para convertirla, a ella y su hermana Venus, en estrellas del tenis. “Toda mi vida, hasta ahora, ha sido el tenis”, se lee en la revista. “Mi papá dice que cogí una raqueta por primera vez cuando tenía tres años, pero creo que fue incluso antes. Hay una foto de Venus empujándome en un cochecito en una cancha de tenis y no podía tener más de 18 meses”.
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Al principio fueron sus padres quienes las entrenaron; Richard, su padre, enseñó a su madre, Oracene, y juntos enseñaron a las hermanas. “Nuestro padre no recibe reconocimiento suficiente. Él nos enseñó a sacar y nosotras tenemos los mejores servicios en el tenis femenino”, dijo Williams en 2003 en la revista de O, The Oprah Magazine.
SU PRIMER SLAM, A LOS 17
Williams dio el salto al tenis profesional en 1995, el año que cumplía 14 años y ganó su primer Gran Slam cuatro después, el Abierto de Estados Unidos de 1999.
“A los 17 gané mi primer Gran Slam y supe que había más en mí. De hecho, estaba tan segura que cuando empaqueté mi vida y dejé la casa de mi padre para mudarme con mi hermana Venus, le dije que podía quedarse con mi trofeo del US Open. ’No te preocupes’, le aseguré. Conseguiría otro para mi casa.”, escribió en 2019 en Harper’s Bazaar. Acabó ganando seis.
En los años sucesivos Williams siguió sumando títulos a su palmarés. En los Juegos Olímpicos de Sídney, ganó una medalla de oro en dobles junto a su hermana Venus, medalla que consiguieron nuevamente en 2008, en los Juegos de Pekín. En 2002, se hizo con Roland Garros, Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos, esta vez con su hermana como rival. Su primer Open de Australia llegó un año después.
En 2009, celebró su Grand Slam número de diez. Cinco años más tarde, ya había conseguido 18, igualando a Martina Navratilova y Chris Evert. Al final de la siguiente temporada ya contaba con 21 victorias en estos torneos y, en 2016, sumó el 22º en Wimbledon. En 2017 y sobre la tierra batida de Australia conquistó su 23 Grand Slam, una marca aún no alcanzada por ningún otro tenista desde el comienzo de la era abierta.
UN PARTO DIFICIL QUE LA APARTÓ DEL TENIS
Cuando se alzó con la victoria en la pista australiana, Williams estaba embarazada de dos meses de su hija Olympia, fruto de su relación con su ahora marido, el empresario Alexis Ohanian. “Casi muero después de dar a luz”, escribió la tenista en CNN al año siguiente.
Tras la cesárea de urgencia que requirió, padeció una embolia pulmonar, que le causó una tos fuerte que hizo que se abriesen los puntos de la incisión. Cuando volvió al quirófano los médicos encontraron un hematoma en su abdomen. Tras recibir el alta tuvo que guardar reposo total durante un mes y medio. Y en 2018, regresó a las pistas.
Cuatro años después, ha decidido que es momento de bajar la raqueta. No le gusta particularmente pensar en su legado, escribió, pero sí le gustaría pensar que ha contribuido a que las atletas sientan que puedan ser ellas mismas en las pistas, fuertes, agresivas y levantar el puño.
“Soy terrible para las despedidas, la peor del mundo. Pero, por favor, sabed que estoy más que agradecida por vosotros de lo que nunca podré expresar con palabras”, relató en su publicación en Vogue. “Me llevaste a tantas victorias y tantos trofeos. Voy a extrañar esa versión de mí, esa chica que jugaba al tenis. Y os voy a extrañar a vosotros”.
Serena participa en el Abierto de Estados Unidos, lo que será con toda probabilidad el último torneo de su carrera: Y lo hará también en dobles junto a su hermana Venus. Una victoria de ambas sería un gran broche a sus carreras.
DESTACADOS:
+ La transición o evolución a la que Williams hace referencia la llevará del tenis a otras cosas que son importantes para ella, entre ellas, la familia. “Quiero hacer crecer esa familia”, escribió.
+ Que acabase con una raqueta en la mano no fue fruto de la casualidad, sino del afán de su padre que había diseñado un plan para convertirla, a ella y su hermana Venus, en estrellas del tenis. “Toda mi vida, hasta ahora, ha sido el tenis”, se lee en la revista Vogue.
+ Cuando se alzó con la victoria en la pista australiana, Williams estaba embarazada de dos meses de su hija Olympia, fruto de su relación con su ahora marido, el empresario Alexis Ohanian. “Casi muero después de dar a luz”, escribió la tenista en CNN al año siguiente.
Por Mateo Castillo EFE/Reportajes.