¿Saltillo fue la primera ciudad de México que se declaró independiente?
Quizá no al nivel de Dolores, en Guanajuato, donde el cura Miguel Hidalgo dio “El Grito”, pero Saltillo también tuvo intervenciones importantes en lo que a la Independencia de México se refiere, tanto al inicio como en la consumación.
De hecho, según referencias históricas, Saltillo fue la primera ciudad de México en declararse independiente del gobierno español, y Coahuila el primer estado en hacerlo.
El 2 de julio de 1821, 10 años, nueve meses y 15 días después del inicio de la Independencia de México, en Saltillo el entonces alcalde José Domingo Castañeda, junto con el Cabildo, declararon que esta ciudad ya era independiente de la Nueva España.
Ocurrió durante un evento realizado en la actual Plaza de Armas, donde el edil frente a los saltillenses, sentenciaron su libertad. Esto obedeció a que ya estaba en desarrollo el Plan de Iguala, documento que oficialmente puso fin a la Guerra de Independencia el 27 de septiembre de 1821.
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Entonces, ¿por qué hacer el adelanto en Saltillo? Según la interpretación de historiadores, ante la inminente separación, se decidió que se debía proteger la recaudación de impuestos lo más pronto posible, pues así se evitaría que los españoles se quedaran con el control de la Hacienda Pública.
FECHA CÍVICA
El 26 de noviembre del 2021, con Miguel Riquelme como gobernador de Coahuila, se estableció que el 2 de julio forme parte del calendario cívico estatal como: “Día de la Proclamación de Independencia de la América Septentrional en la Villa de Santiago de Saltillo”.
La fecha quedó en el decreto número 106, publicado en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado.
Por su parte, quien en ese tiempo era alcalde de la capital coahuilense, Manolo Jiménez Salinas, celebró el Bicentenario de la Proclamación de la Independencia de México y en un evento público comentó: “¡Saltillo fue la primera ciudad libre del México independiente! Qué orgullo ser de esta tierra”.
EL RUMOR EN SALTILLO
En total, el movimiento independentista duró 11 años y 11 días. Pero Saltillo tuvo relación con este hecho armado incluso antes de que este iniciara, gracias a su feria.
Durante los siglos XVIII y XIX, Saltillo llegó a tener una de las ferias más importantes de la Nueva España, su ubicación privilegiada siendo punto de cruce entre el centro, El Golfo y el norte, era de lo más atractivo para los comerciantes.
Al recibir a tantas personas, y de diferentes lugares, la villa no solo significaba una referencia para los negocios, sino también para “el chisme”.
En la feria de 1810, los mercaderes guanajuatenses que llegaron aquí trajeron un mensaje que tomaba fuerza, hablaron sobre que el cura Hidalgo tenía en planes levantarse en armas para iniciar un movimiento.
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El objetivo de difundir el rumor en Saltillo, fue precisamente que este se expandiera y tomara fuerza en la zona norte del territorio, y por supuesto, se consiguió.
Cuando comenzó la lucha por la Independencia de México en septiembre de 1810, Saltillo era una pequeña población compartida entre españoles y tlaxcaltecas. A las localidades solo las dividía una acequia que corría por donde hoy cruza la calle Ignacio Allende, en la Zona Centro.
En aquella época, los habitantes rondaban a penas entre los ocho mil y los diez mil, y Saltillo pertenecía a la Provincia de Coahuila, teniendo a Monclova como capital.
SALTILLO PREVIO A LA CAPTURA
En enero de 1911, el contingente insurgente, que era el que luchaba a favor de la independencia, entró a Saltillo comandado por el militar Mariano Jiménez, quien logró posicionarse aquí prácticamente sin resistencia de los contrarios.
El 24 de febrero de ese año, también ingresó Ignacio Allende con otro grupo de personas. Ambos tenían como objetivo movilizarse hacia el norte buscando apoyo, ampliar su grupo y abastecer su armamento.
Días después, llegó Miguel Hidalgo, quien se hospedó en una casona ubicada en la acera poniente del cruce de las actuales calles de Hidalgo Aldama.
Tras algunos días de estancia, toda la agrupación inició su viaje al norte, pero fueron aprehendidos en las Norias de Baján, para luego ser trasladados a Monclova y finalmente a Chihuahua, donde les dieron muerte.
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Las cabezas de Hidalgo, Allende, Jiménez y Aldama, fueron exhibidas en la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato, como una suerte de amedrentación para todos aquellos que optaran seguir con la lucha. No funcionó.
*Con información de Esperanza Dávila, Archivo Municipal de Saltillo, Gobierno Municipal de Saltillo y Vanguardia.