Cuando la Plaza Tlaxcala (Manuel Acuña) era sede de la Feria de Saltillo
En los siglos XVIII y XIX se trataba de una de las ferias más importantes de la Nueva España; competía con las de Acapulco, Xalapa y Chihuahua.
¿Qué le pasó a la feria de Saltillo que fue rebasada en importancia para el país? Mucho tuvo que ver que con el paso del tiempo fue cambiando la esencia de las ferias.
En los siglos XVIII y XIX, las ferias en los poblados tenían el principal objetivo de servir como punto de trueque a través del comercio.
Ahora, suele tener más auge en el país la que trae en su cartelera a los artistas musicales con mayor renombre o fama en el momento. Y en Saltillo, no siempre es el caso.
En lo que a la Nueva España se refiere, las mejores ferias eran las más favorecidas en su ubicación, y entre ellas estaba la de Saltillo, por su conexión con el centro y Estados Unidos.
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Otra de las más concurridas fue la de Xalapa, por su cercanía con el puerto de Veracruz, siendo este un punto clave para el desembarque de productos provenientes de Europa.
Una más era la de Acapulco, precisamente por ser puerto y punto de arribo de mercancía y por ser cercana al centro de la Nueva España.
¿CÓMO ERA LA ANTIGUA FERIA DE SALTILLO?
En lo que a la feria de Saltillo se refiere, su primera ubicación fue la actual Plaza Manuel Acuña, que anteriormente se llamaba Plaza Tlaxcala. Ubicada en la esquina de Allende y Aldama.
Según cálculos, en el terreno de dicha plaza caben casi seis mil personas. “Imposible hacerse a la idea de la animación que se presenta durante un día de feria (...) se acumula la muchedumbre de los vendedores”, escribió un visitante extranjero en su diario a finales del siglo XVIII.
Los meses de realización eran a finales de septiembre e inicios de octubre. Además de la instalación de una plaza de toros para llevar a cabo corridas, se colocaron circos y se hacían juegos de azar.
En lo que al comercio se refiere, era común la instalación de carpas móviles sostenidas con barrotes de madera.
La congregación de comerciantes locales, nacionales y extranjeros, representó una derrama económica para sitios de hospedaje como el mesón localizado en el tramo entre las calles Nicolás Bravo y Arteaga.
Ahí los comerciantes llegaban a dormir, luego de arduas jornadas ofreciendo productos como paños, sedas, alfombras, porcelana, joyas, especias, aceites, azúcar, café, arroz, tabaco, cacao, té, herrajes, entre otros.
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En lo que a productos de la región se refiere, destacaron el trigo, sarapes, jorongos, pieles, harinas, vinos, ganado y frutas.
Se volvió normal también encontrar mercancía, distinta de la que había llegado al puerto de Veracruz, proveniente del Nuevo Reino de León y Nuevo Santander. Estas dos últimas, zonas aledañas, pero que no tenían fuerza en el comercio, como sí Saltillo.
LA SUSPENSIÓN DE LA FERIA
Atravesado un par de siglos complejos en lo que a guerras y movimientos políticos se refiere, la feria de Saltillo se vio afectada en su realización en varias ocasiones.
Mientras la feria se llevó a cabo en la Plaza Tlaxcala, la misma fue interrumpida por la revolución derivada del Plan de la Noria, en 1871, y luego por el Plan de Tuxtepec, en 1876.
El primer movimiento tenía que ver con la publicación de Porfirio Díaz en la que él y otros militares desconocían el gobierno de Benito Juárez.
El segundo, hablaba de la derrocación de Sebastián Lerdo de Tejada de la Presidencia de la República.
Conforme fue avanzando la importancia de la feria y se requerían otras condiciones de espacio por el mismo crecimiento también de la ciudad, la feria fue cambiando de sede.
Se dejó de lado la Plaza Tlaxcala, siendo en 1917 cuando se movió a los terrenos de la huerta del Curato del Pueblo, el lugar donde hoy es el estacionamiento San Esteban.
En la década de 1950, la feria se trasladó a los terrenos del hoy Instituto Tecnológico de Saltillo, cerca del bulevar Venustiano Carranza.
Tiempo después se mudó a la parte oriente de la Ciudad Deportiva, a un costado del Parque Madero. De hecho le tocó atestiguar la construcción del mismo, en 1970.
Corriendo 1979, fue la última vez en la que la feria se colocó en el lugar en el que se dio la tragedia de los voladores de Papantla, historia que hemos contado en esta sección.
Finalmente, a partir de 1986 se acordó que la feria se albergara en los espacios aledaños al Centro de Gobierno, localizado al oriente de la ciudad.
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Recordando que el aforo aproximado de la Plaza Tlaxcala es de seis mil personas, en los terrenos donde hasta hoy se recibe a la feria tienen la capacidad de albergar a más de 20 mil personas, siendo esta la cifra más elevada que ha logrado alcanzar un artista en el Teatro del Pueblo, refiriéndonos a Bronco.
Si bien ahora la Feria de Saltillo no es la número uno en México, la gente de la ciudad la mantiene en pie a pesar de las inconsistencias y problemas administrativos que para este 2024 llevaron al Gobierno del Estado a tomar las riendas de la misma.
*Con información de Esperanza Dávila, Carlos Recio, Ismael Ramos, Vito Alessio Robles, Archivo Municipal de Saltillo, El Coahuilense, MapChecking.
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