¿Eres aval en Banco Azteca? ¡Cuidado! A ti también te pueden embargar: estos son los mitos y realidades

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/ 18 junio 2024

¿Te han pedido ser aval para un crédito en Banco Azteca? Aquí te contamos los mitos y realidades que debes saber antes de aceptar

Probablemente en algún momento de la vida te hayan pedido ser aval de un amigo, familiar o pareja para solicitar un crédito o una tarjeta. Como acto de buena fe, muchas personas aceptan sin medir los riesgos que podrían enfrentar. Si eres aval de alguien con una cuenta en Banco Azteca, aquí te presentamos una lista de mitos y realidades que te pueden suceder.

En ocasiones, por querer ayudar a una amistad o a un familiar a conseguir un crédito, no pensamos en las consecuencias a futuro. A continuación, mostramos algunos mitos y verdades sobre ser aval.

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MITOS Y REALIDADES SOBRE SER UN AVAL EN BANCO AZTECA

Mito: No pueden embargar a un aval.

Verdad: La posibilidad de un embargo es muy probable. La ley ampara el pago de la deuda e incluso puede llegarse a un embargo en contra del aval en caso de que carezca de recursos para enfrentar sus obligaciones. Ser aval no te exime de responsabilidades legales si el deudor incumple con el pago.

Mito: Solo quien no paga se va al Buró de Crédito.

Verdad: Tanto el aval como el deudor se reportan al Buró de Crédito. Otra consecuencia negativa en caso de impago por parte del deudor es que ese atraso se reporta para ambos ante el Buró de Crédito, disminuyendo la posibilidad de acceder a posibles créditos en el futuro. Esto puede afectar tu historial crediticio, incluso si tú no fuiste el que solicitó el préstamo originalmente.

Mito: Si ya no quiero ser aval, solo tengo que avisar a la persona deudora.

Verdad: No, aunque existen algunas alternativas para deslindarse de esta responsabilidad, no es un proceso sencillo. La institución que otorgó el préstamo o crédito es la única encargada de autorizar este cambio. No basta con avisar al deudor; se requiere un proceso formal y la aceptación por parte del banco o la entidad financiera.

Mito: Referencia es lo mismo que aval.

Verdad: No. Si funges como referencia, ninguna obligación fiscal, económica o de deuda será tuya. Las referencias son solicitadas para el otorgamiento de tarjetas de crédito o departamentales o al momento de solicitar algún trabajo, y es para verificar que la persona es alguien confiable. Un aval, en cambio, implica una responsabilidad financiera directa en caso de incumplimiento por parte del deudor.

CONSIDERACIONES QUE DEBES DE TENER ANTES DE SER AVAL DE ALGUIEN

Antes de aceptar ser aval de alguien, considera lo siguiente:

1. Verifica que sea alguien responsable y formal: Asegúrate de conocer bien a la persona y su historial financiero.

2. Infórmate sobre el tipo y monto del crédito que va a contratar: Entiende los términos y condiciones del crédito para evaluar el riesgo.

3. Toma en cuenta que la deuda podría llegar a ser tuya: Estás asumiendo una responsabilidad financiera que puede afectarte directamente.

4. Checa que tenga solvencia económica: Es primordial asegurarte de que el deudor tenga la capacidad de pago necesaria para cumplir con sus obligaciones.

¿QUÉ ES UN AVAL?

Un aval es un contrato mediante el cual una persona física o jurídica, llamada avalista, se compromete a garantizar el pago de una obligación contraída por otra persona, denominada avalado, ante un tercero, llamado beneficiario. En otras palabras, el avalista actúa como una garantía para el beneficiario, asegurándole que, si el avalado no cumple con su obligación, el avalista se hará cargo de pagarla.

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¿CÓMO FUNCIONA UN AVAL?

El avalista se compromete a pagar la deuda del avalado de forma solidaria o subsidiaria.

- Solidaria: En este caso, el beneficiario puede reclamar el pago de la deuda al avalado o al avalista indistintamente. Es decir, el avalista tiene la misma responsabilidad que el avalado.

- Subsidiaria: En este caso, el beneficiario solo puede reclamar el pago de la deuda al avalado en primer lugar. Si el avalado no paga, entonces el beneficiario puede reclamar el pago al avalista.

¿EN CUÁLES CASOS SE SUELE PEDIR UN AVAL?

Los avales se suelen pedir en situaciones en las que el avalado no tiene suficiente solvencia para obtener un crédito por sí mismo. Por ejemplo, cuando una persona solicita una hipoteca, un préstamo personal o un alquiler. En estos casos, el avalista proporciona una garantía adicional que asegura al prestamista que la deuda será pagada, incluso si el deudor principal no puede hacerlo.

Ser aval es una responsabilidad significativa que implica riesgos financieros y legales. Es crucial entender las implicaciones y estar plenamente informado antes de aceptar este rol. La decisión de ser aval no debe tomarse a la ligera, ya que puede tener consecuencias duraderas en tu situación financiera y tu historial de crédito.

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