Chats en WhatsApp de Guerreros Unido no son confiables en Caso Ayotzinapa, apunta GIEI
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Al presentar los peritajes, expertos detallaron que no es posible garantizar la autenticidad de los mensajes
El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) detalló en conferencia de prensa que existen inconsistencias en las conversaciones de WhatsApp supuestamente entre miembros de la organización criminal Guerreros Unidos sobre el paradero de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa desperecidos el 26 y 27 de septiembre de 2017 en Iguala, Guerrero; información recabada por la Comisión de Justicia del Caso en agosto.
Al presentar los peritajes sobre dichos textos, especialistas del GIEI detallaron que no es posible garantizar la autenticidad de los mensajes relacionados con la desaparición forzada de los normalistas.
“Tampoco es posible verificar el dispositivo donde está configurada la cuenta de WhatsApp”, apuntó Carlos Beristáin, integrante del GIEI. “Se muestran diferencias en la escritura en la aplicación de los mensajes; no pueden considerarse como una prueba digital y no garantizan la originalidad”, puntualizó el experto.
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Francisco Cox Vial, especialista chileno del GIEI, apuntó la existencia del doble ‘check’ azul en algunos mensajes presuntamente capturados en octubre de 2014; sin embargo, esta actualización fue incorporada en la aplicación hasta noviembre de 2014.
“Se puede evidenciar que hay mensajes omitidos en enero de 2015 (...) no existe confiabilidad en la imagen (...) y los mensajes analizados no pueden considerarse como una prueba digital”, explicó. “Las filtraciones o intentos de plantear como ciertas pruebas o versiones no contrastadas, corren el riesgo de generar en el futuro mayor impunidad en el caso”, destacó Cox Vial.
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Este peritaje se da después de que el medio de comunicación The New York Times publicara una entrevista con Alejandro Encinas, el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob) y encargado de la Comisión de la Verdad del caso Ayotzinapa, reconocí que muchas de las pruebas presentadas “no pudo verificarse como real” y “hay un porcentaje importante, muy importante, que está todo invalidado”.
