Fallece Vinicio, el hombre enfermo de neurofibromatosis que fue consolado por el Papa Francisco

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/ 11 enero 2024

Originario de Isola Vicentina, falleció en el hospital de Vicenza, padecía neurofibromatosis

Vinicio Riva, el hombre que el 6 de noviembre de 2013, protagonizó junto al papa Francisco una imagen que impactó al mundo entero, falleció a los 58 años de edad.

Entonces, en plena Plaza de San Pedro, un muy emocionado Bergoglio abrazó sobre su pecho su rostro desfigurado por la enfermedad de von Recklinghausen. Así, durante varios segundos, acarició con sus dos manos y besó los marcados bultos tumorales que llenaban la cabeza del hombre y que marcaban todo su cuerpo.

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Originario de Isola Vicentina, falleció en el hospital de Vicenza, compartió su testimonio a los pocos días en una entrevista con ‘Daily Mail’. En ella reconoció que, en este instante, “mi corazón latía tan fuerte que pensaba que moriría”.

“YO NO CONTAGIO PERO ÉL NO LO SABÍA”

En una entrevista concedida a la revista italiana Panorama, el italiano de la localidad de Vicenza contó que al encontrarse con el Papa Francisco primero le besó la mano, “mientras él con la otra me acariciaba la cabeza y las heridas”.

“Luego me acercó y me abrazó fuerte, me dio un beso en el rostro. Mi cabeza estaba contra su pecho y sus brazos me acogían. Me abrazó fuerte, fuerte”.

“Intenté hablar, decir cualquier cosa, pero no pude: la emoción era muy fuerte. Ha sido poco más de un minuto, pero a mí me ha parecido una eternidad. Luego he girado para ver a mi tía y le he dicho: aquí dejo las penas, aquí se quedan las penas”, añadió.

El italiano agregó en esa ocasión que las manos del Papa Francisco “eran suaves, suaves y bellísimas. Su sonrisa era limpia y abierta”.

Luego recordó el emotivo abrazo con el Papa: “No se puso a pensar si abrazarme o no. Yo no contagio pero él no lo sabía. Lo ha hecho y ya: me ha acariciado todo el rostro y mientras lo hacía solo sentía amor”.

Con una voz casi de susurro a causa de una operación que le hicieron en la garganta, Vinicio recordó con emoción ese día y aseguró que el gesto del Papa Francisco le ayudó a luchar contra la enfermedad de Recklinghausen, un extraño mal conocido como neurofibromatosis de tipo 1.

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