Así quedó ligado el futuro financiero de Donald Trump a Trump Media
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Trump ahora se encuentra en una posición extraña, pues su futuro financiero depende de un proyecto que en algunas ocasiones pareció ver con indiferencia
FLORIDA- En Mar-a-Lago un miércoles por la noche el mes pasado, Donald Trump departió con los asistentes a una fiesta, saludó a sus simpatizantes y habló de cosas sin importancia. La estrella del country Lee Greenwood cantó “God Bless the U.S.A.” y el hijo mayor del expresidente, Donald Jr., dio un discurso.
El mayor de los Trump fue el anfitrión de una recepción tipo coctel para unos 150 invitados reunidos para celebrar la salida a bolsa de Trump Media & Technology Group, controladora de su aplicación de redes sociales, Truth Social. El precio de las acciones de Trump Media se disparó el primer día de su cotización, lo que le sumó miles de millones de dólares al patrimonio de Trump.
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Pero la fiesta en sí no fue nada fastuosa. Los invitados comían galletas adornadas con las letras DJT, la clave de pizarra de la empresa. Las invitaciones se enviaron a través de la aplicación gratuita Paperless Post y se indicó específicamente que los invitados no debían ir con acompañantes, según consta en una copia de la invitación.
Trump no intentó disimular en lo más mínimo tal frugalidad. Una de las ventajas de Truth Social, según les comentó a los invitados, es que “su operación no es muy cara”.
Desde el momento en que se fundó Trump Media en 2021, Trump la ha considerado un proyecto de bajo costo y poco esfuerzo. Aunque fungió durante algún tiempo como director ejecutivo y es titular de casi el 65 por ciento de las acciones de la empresa, su participación en las operaciones diarias ha sido mínima; en general, se ha dedicado a publicar en Truth Social y les ha delegado el negocio a otros. En algunas ocasiones ha considerado involucrarse en proyectos de la competencia, según algunos escritos presentados ante tribunales, registros de la compañía y cinco exempleados y otras personas enteradas de lo que ocurre en la empresa.
Trump ahora se encuentra en una posición extraña, pues su futuro financiero depende de un proyecto que en algunas ocasiones pareció ver con indiferencia. El debut en Wall Street de Trump Media en marzo transformó la participación de Trump en una fortuna de más de 5000 millones de dólares. Triplicó su valor neto, lo que le ha dado un posible salvavidas monetario ahora que está en campaña por la presidencia y debe cubrir cuantiosos honorarios legales en relación con los casos de lo civil y de lo penal promovidos en su contra.
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Por desgracia, su nueva fortuna es precaria. Trump Media, fundada por dos exconcursantes de “The Apprentice”, durante años fue objeto de una investigación de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por su sigla en inglés) y de otra sobre uso de información privilegiada. Su único producto es Truth Social, que cuenta con una audiencia reducida y generó ventas por 770,000 dólares en el primer trimestre del año, pero perdió 328 millones de dólares. No obstante, su valor de mercado supera los 7,000 millones de dólares.
“De todos los valores que he visto en mi vida, es uno de los que es más evidente que no tiene ningún valor’’, opinó Alan Jagolinzer, profesor de contabilidad en la Universidad de Cambridge en Inglaterra.
La prosperidad de Trump solo es el valor en el papel de sus activos. El precio de las acciones de Trump Media es volátil, impulsado por vendedores aficionados que, en general, ignoran por completo las nociones básicas de los negocios. Además, Trump no puede vender sus acciones hasta septiembre, pues una disposición común en los contratos de fusión y ofertas públicas establece restricciones para que él y otros inversionistas importantes vendan de inmediato sus acciones. Si Trump vende acciones, los accionistas con menos acciones pueden interpretar esa decisión como una señal de que deben deshacerse de su inversión en la empresa.
“El riesgo de la fortuna de Trump Media es muy muy alto”, comentó Mike Stegemoller, profesor de finanzas en la Universidad Baylor. “Se trata de una fortuna que está un tanto desconectada de la realidad”.
Ningún representante de Trump respondió nuestras solicitudes de comentarios. Shannon Devine, vocera de Trump Media, señaló que el artículo de The New York Times sobre la empresa estaba “lleno de insinuaciones engañosas y francas falsedades, además de contar con el respaldo de supuestos expertos que por casualidad comparten los sesgos de los autores”.
¿COMPROMETIDO O NO?
Trump Media no fue una idea de Trump.
Después de la salida de Trump de la Casa Blanca en 2021, dos concursantes de la segunda temporada de su programa de telerrealidad “The Apprentice”, Wes Moss y Andy Litinsky, le presentaron la idea de crear una plataforma de redes sociales basada en su marca.
A Trump lo acababan de bloquear en Twitter tras la invasión del 6 de enero al Capitolio. Moss y Litinsky indicaron que, si el expresidente creaba su propia empresa de redes sociales, nunca más podrían dejarlo fuera de su plataforma.
En febrero de 2021, Trump suscribió un convenio con el par para arrancar Trump Media. Recibió una participación del 90 por ciento en la empresa, además del cargo de director ejecutivo. Solo tuvo que darle su nombre.
Moss y Litinksy se encargaron de contratar ingenieros para construir Truth Social, que les daría servicios principalmente a conservadores, y se fijaron como meta poner en marcha la aplicación en aproximadamente un año.
Pero Moss y Litinksy pretendían sacar a bolsa a Trump Media antes de que siquiera se construyera la aplicación mediante una fusión con una “empresa con propósito especial de compra”, o SPAC por su sigla en inglés. Las SPAC son empresas fantasma que ofrecen acciones en Wall Street a fin de recaudar fondos y luego buscan empresas privadas para establecer fusiones, de tal manera que esas empresas evitan el escrutinio normal al que quedan sujetas las empresas que planean una oferta pública inicial.
Trump le dejó los detalles al dúo de concursantes de “The Apprentice”. Litinsky, una personalidad de radio de ideología de derecha, se comunicó con cientos de SPAC para concretar un acuerdo. Fue “casi como levantar el teléfono para vender seguros”, declaró durante su testimonio ante un tribunal federal el mes pasado, en un caso legal vinculado con el proceso de fusión.
Después de mucho buscar, encontró a Patrick Orlando, antiguo negociador del Deutsche Bank que estaba en el proceso de establecer una SPAC llamada Digital World Acquisition Corp.
Moss y Litinsky invitaron a Trump a algunas reuniones para suscribir un convenio de fusión. En febrero de 2021, Orlando llegó a Mar-a-Lago para dialogar con el expresidente. Trump venía de jugar golf con Jack Nicklaus, campeón de golf, según muestran los registros de la empresa.
Pero conforme avanzaron las negociaciones, Trump consideró la posibilidad de abandonar Trump Media, según una bitácora diaria de las actividades de la empresa que llevaba un antiguo ejecutivo. Sostuvo pláticas con una empresa emergente rival llamada Gettr, una plataforma de redes sociales conservadora dirigida por un antiguo asesor de campaña, Jason Miller.
En septiembre de 2021, Litinsky y Moss convencieron a Trump de suscribir un contrato de licencia y hacer constar su compromiso con Trump Media. Según las disposiciones de ese contrato, Trump convino en publicar mensajes en Truth Social antes de hacerlo en cualquier otra plataforma. Trump no obtuvo ningún pago adicional por firmar el contrato, pero este incluía disposiciones que le permitían olvidarse de sus compromisos si la fusión tardaba demasiado en concretarse.
UNA NUBE LEGAL
En la mañana del 20 de octubre de 2021, los documentos correspondientes a la fusión entre Trump Media y Digital World estaban listos para la ceremonia de firma correspondiente en Mar-a-Lago. Entonces Trump recibió una llamada.
Quien le llamaba era Miller, el encargado de operar Gettr. Miller le pidió de nuevo a Trump que se uniera a su aplicación, según el testimonio de Litinsky dado en abril. Trump pareció indeciso y le pidió a Litinsky ir a su oficina de Mar-a-Lago, donde le pidió que le explicara por qué convenía la fusión con Digital World. Litinsky comentó que le preocupaba que el expresidente decidiera no firmar el convenio.
A fin de cuentas, Trump decidió no establecer una alianza con Gettr. Más tarde ese mismo día, suscribió con Orlando el contrato de fusión durante una reunión en Mar-a-Lago.
El siguiente paso para Trump Media era lanzar Truth Social, cuyo debut oficial fue el 21 de febrero de 2022. “El presidente quería un Ferrari, así que le construyeron un Ferrari”, declaró en ese entonces Lori Heyer-Bednar, directora del departamento jurídico de Trump Media. Por desgracia, el sitio en un principio sufrió muchísimas fallas técnicas, lo que provocó quejas.
Muy pronto surgieron trabas legales que retrasaron la aprobación de la fusión por parte de los reguladores. A finales de 2021, la SEC abrió una investigación sobre la fusión, además de que un grupo de fiscales comenzó a preparar cargos independientes de uso de información privilegiada contra un grupo de los primeros inversionistas de Digital World (no se acusó a ninguna persona de Trump Media de ningún delito). La salida a bolsa de Trump Media no podía proceder en tanto no se resolvieran esos problemas legales.
Con el acuerdo en peligro, Trump tomó medidas para fortalecer su control sobre Trump Media. A finales de 2021 y principios de 2022, le pidió a Litinsky que le diera acciones de la empresa a su esposa, Melania, según registros de tribunales y una persona enterada del asunto.
Litinsky se negó a hacerlo. En la primavera de 2022, Trump lo despidió, según consta en un procedimiento que Litinksy y Moss promovieron más adelante contra Trump Media. Moss salió unos meses después. En su lugar quedó Devin Nunes, antiguo miembro republicano del Congreso, que se convirtió en director ejecutivo de Trump Media. El cargo de Trump cambió a presidente y Donald Trump Jr. se integró al consejo.
Pero Trump Media batallaba para mantenerse a flote. En documentos exigidos por los reguladores, la empresa advirtió que podría verse obligada a suspender operaciones si no se aprobaba pronto la fusión.
En julio, Digital World convino en pagarle 18 millones de dólares a la SEC para resolver el cargo de que había engañado a los inversionistas en relación con el convenio con Trump Media. El acuerdo dispersó una nube legal. Trump recibió una clase nueva de acciones que le daban mayoría de voto en la empresa y Trump Media confirmó su compromiso con la fusión.
El 14 de febrero, la SEC aprobó el convenio de fusión. La empresa avanzaba de nuevo en su camino hacia el mercado bursátil.
Cuando la empresa empezó a cotizar en bolsa el 26 de marzo, el precio de sus acciones subió un 32 por ciento en los dos primeros días y cerró a alrededor de 66 dólares.
Tras una infusión de acciones nuevas derivadas de la fusión, la participación de Trump del 90 por ciento en Trump Media se redujo a aproximadamente el 65 por ciento. De cualquier manera, sigue siendo el mayor accionista con alrededor de 115 millones de acciones, contando 36 millones que recibió el mes pasado como una especie de bono por el buen desempeño de las acciones en el mercado bursátil.
Trump también se retiró de todo cargo como funcionario o consejero de la empresa. No explicó sus motivos, pero el código de ética de Trump Media estipula que los empleados y consejeros que se dediquen a “actividades políticas deben hacerlo en calidad de ciudadanos privados”.
En septiembre, Trump podrá comenzar a vender sus acciones de Trump Media o utilizarlas como colateral para obtener préstamos. Si vende en el mercado abierto, los inversionistas podrían tomarlo como una señal negativa y deshacerse de sus acciones, lo que afectaría el precio por acción. Para evitar tal situación, Trump podría intentar negociar una venta privada y obtener efectivo por algunas de sus acciones sin causar pánico en el mercado.
“Tendría que haber un gran descuento”, dijo Jagolinzer. “Las señales de alarma son de lo más claras”. c.2024 The New York Times Company.
Por Matthew Goldstein y David Yaffe-Bellany, The New York Times.