Drones ayudan contra enfermedades en zonas lejanas
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Una universidad en las afueras de Nueva York está utilizando drones para mejorar la salud de habitantes de zonas aisladas de Madagascar
MINEOLA, Nueva York — Una universidad en las afueras de Nueva York está utilizando drones para mejorar la salud de habitantes de zonas aisladas de Madagascar.
La Universidad Stony Brook, que ha estado trabajando en esa nación insular frente a las costas de Africa por casi tres décadas, combinó esfuerzos con una empresa de Michigan llamada Vayu Inc., a fin de trasladar especímenes biológicos para someterlos a pruebas de laboratorio.
El equipo realizó su primera prueba exitosa con los aviones teledirigidos a finales de julio.
Los diagnósticos de enfermedades como los gusanos parásitos que causan convulsiones y desnutrición en los pueblos de esa isla, se pueden realizar ahora en cuestión de horas, dijo el doctor Peter Small, director fundador del Instituto de Salud Mundial de la Universidad de Stony Brook.
Los drones son aproximadamente del tamaño de una mesa y poseen dos pares de alas. Despegan y aterrizan al igual que los helicópteros y tienen un rango de vuelo de unos 65 kilómetros. Las muestras de sangre u otros tejidos pueden ser introducidos en pequeños compartimientos en el cuerpo de la nave.
Los drones se están usando en gran parte del mundo en desarrollo a fin de llevar medicamentos y otros suministros a zonas remotas, pero Stony Brook asegura que su proyecto es el primero en que las aeronaves no tripuladas aterrizan en aldeas remotas y regresan rápidamente al laboratorio.
Para llegar a esas aldeas, los profesionales de la medicina a veces tienen recorrer largas distancia a pie, en zonas donde no hay sendero alguno, a veces caminando cinco o nueve horas. Usando el drone, pueden despachar los especímenes al centro ValBio de Stony Brook y tener resultados en una o dos horas, expresó Patricia Wright, la directora ejecutiva de ese local científico.
"Las muestras de sangre tienen un lapso de expiración, especialmente en el clima tropical", destacó Wright. "Esto es algo extraordinario, ver a este gente que ha sufrido tanto, con esperanza para el futuro. Algunos de mis mejores amigos murieron inexplicablemente. Ahora esas muertes no ocurrirán porque las enfermedades se podrán diagnosticar y curar, gracias a los drones".
Eventualmente, el objetivo es poder transportar los remedios a tiempo para evitar enfermedades y muertes.
Small dijo que los aldeanos, acostumbrados a su antiguo estilo de vida, recibieron charlas del personal de Stony Brook para que no se vayan a asustar de las naves teledirigidas.
"Eso era algo de lo cual no estábamos muy seguros, de cómo iban a reaccionar", explicó Small, añadiendo que "afortunadamente no le tiraron piedras".