El Holocausto, olvidado por las escuelas; en 14 países ni lo mencionan
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En un estudio, la UNESCO encontró que hay países que no incluyen en los planes de estudio de sus escuelas referencias al genocidio perpetrado por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
En las escuelas, un mismo hecho se enseña de diferente forma. La UNESCO hizo un análisis de los planes de estudio de 135 países para comparar la compresión histórica del Holocausto. En 14 de ellos, como Bolivia, Nepal o Tailandia, no existe ninguna referencia al genocidio perpetrado por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
En las escuelas mexicanas se enseña de manera “parcial”, como un ejemplo de las violaciones de los derechos humanos, según concluye el informe La situación internacional de la enseñanza del Holocausto, realizado por laUNESCO y el Instituto Georg Eckert de Investigación Internacional sobre Manuales Escolares.
El informe, presentado este miércoles 13 de abril, hace una serie de recomendaciones para que los países elaboren planes y programas de estudio que enseñen de manera contextualizada y evite la reproducción de estereotipos.
En la mayor parte de los casos, se presenta en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, aunque también figura en las lecciones sobre las violaciones de los derechos humanos.
En algunos planes de estudios solo se menciona explícitamente como víctimas a los judíos y se menciona poco a los gitanos, las personas con discapacidad, los opositores políticos, los homosexuales u otros grupos socialmente marginados.
De acuerdo con la investigación, existen cuatro clasificaciones para la revisión del hecho. La primera es la “referencia directa”, en la que se incluye la enseñanza del Holocausto en los planes de estudio. En esta categoría están países como Albania, Australia, Dinamarca, Etiopía y Polonia, Alemania, Argentina y Suiza.
En otros países se hace una referencia directa al Holocausto aunque utilizando términos como “la singularidad del genocidio de los judíos” (España), “la política de exterminio nazi” (Andorra), entre otros.
Las “referencias parciales”, es cuando se incluye manera indirecta, es decir, cuando el objetivo de aprendizaje no es Holocausto, sino que sirve para “ilustrar un tema”, como la educación en materia de derechos humanos. En ese caso está Argentina, Belice, Colombia, Ecuador, Eslovenia y México se presenta el Holocausto como un ejemplo de las violaciones de los derechos humanos.
En tanto, en Estados Unidos, los alumnos deben “explicar los hechos que condujeron al inicio de la Segunda Guerra Mundial” y “analizar la respuesta del Gobierno de los Estados Unidos de América ante el descubrimiento del Holocausto y las políticas de inmigración en relación con los refugiados”.
La tercera clasificación es para países como Botswana, Burkina Faso, Kenya, Malasia, Ni?ger, Noruega, Pakista?n, Peru?, Senegal y Uruguay “que mencionan únicamente el contexto”, es decir, la Segunda Guerra Mundial o al nacionalsocialismo sin mencionar explícitamente el Holocausto.
En los planes de estudios de la India y Sri Lanka figuran expresiones como “repercusiones del nazismo” o “consecuencias de la Segunda Guerra Mundial” y en Costa Rica sólo se menciona como parte del “antisemitismo y superioridad racial: el caso de los judíos, los musulmanes, los eslavos y los gitanos”.
Mientras que los países que no hacen ninguna referencia tienen planes de estudios que no determinan los contenidos específicos de la enseñanza de la historia.
Como parte del análisis, la UNESCO hace recomendaciones para que los países incluyan el Holocausto en sus programas de estudio atendiendo a estos parámetros:
Mencionar explícitamente el Holocausto e incluir en el plan de estudios de la asignatura de historia el aprendizaje histórico sobre ello.
Examinar cómo se conceptualiza y se contextualiza el Holocausto en los planes de estudios y en los objetivos de aprendizaje. Establecer un diálogo abierto y colaborativo entre encargados de la formulación de políticas, autores de manuales escolares y educadores.
Reconocer la larga escalada de la exclusión y la persecución desde comienzos de los años 1930, el contexto social e ideológico arraigado desde finales del siglo XIX y las trascendentales consecuencias que llegan hasta la actualidad.
Reducir el espacio dedicado a Hitler y, al mismo tiempo, subrayar los múltiples factores o causas (ideológicos, políticos, psicológicos o económicos) que pueden explicar los hechos.
Aportar información (mediante citas de documentos) sobre las decisiones cotidianas a las que se enfrentaban los protagonistas, abordando sus esperanzas, miedos y dudas.
Usar la voz activa en lugar de la pasiva; evitar el lenguaje emotivo; concienciar sobre los estereotipos que provoca el uso de nombres colectivos como “los alemanes”, “los nazis”, “los judíos” y “los gitanos”.
Indicar la relevancia, tanto individual como colectiva de los hechos históricos dentro del contexto de sus causas y consecuencias, a corto y a largo plazo y de sus múltiples dimensiones espaciales (local, nacional, internacional o “universal”).