Lo que sabemos sobre la disputa diplomática entre Canadá e India por el asesinato de un activista sij
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Canadá expulsó el lunes a seis diplomáticos indios, incluido el Alto Comisionado de India en Canadá
Por Anupreeta Das y Matina Stevis-Gridneff
La brecha diplomática se ha agudizado repentinamente a medida que Canadá amplifica sus acusaciones de que India dirige operaciones letales en el extranjero.
Canadá expulsó el lunes a seis diplomáticos indios, incluido el Alto Comisionado de India en Canadá, acusándolos de formar parte de una amplia red criminal para intimidar y acosar a los sijes canadienses. India respondió expulsando a seis diplomáticos canadienses.
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Las expulsiones intensificaron una disputa entre los dos países que comenzó con el asesinato de un ciudadano canadiense en Columbia Británica el año pasado. El primer ministro Justin Trudeau acusó a India de orquestar el audaz asesinato, lo que desencadenó una cadena de denuncias y enfrentamientos diplomáticos entre ambos países.
Esto es lo que sabemos —y lo que no sabemos— sobre la complicada cadena de acontecimientos que ha roto las otrora amistosas relaciones entre India y Canadá.
¿Cómo empezó todo?
Hardeep Singh Nijjar, presidente de un templo sij en Surrey, Columbia Británica, fue emboscado y asesinado a tiros por tres hombres enmascarados el 18 de junio de 2023. Era un activista sij que pedía una nación independiente separada del norte de India.
En septiembre de 2023, el primer ministro canadiense dijo a los legisladores que “agentes del gobierno de India” estaban relacionados con el asesinato de Nijjar, lo que provocó la indignación del gobierno indio.
El 3 de mayo, tres hombres indios fueron detenidos en Canadá y acusados del asesinato.
El gobierno indio ha negado enérgicamente las acusaciones de estar implicado en el asesinato de Nijjar, afirmando que Trudeau está complaciendo a la numerosa comunidad sij de Canadá para obtener beneficios políticos.
¿Quién era Hardeep Singh Nijjar?
Nijjar nació en el norteño estado indio de Punjab. Se trasladó a Canadá a mediados de la década de 1990, tras un periodo de represión india del movimiento sij.
En Canadá, Nijjar trabajó como gasfitero, se casó y tuvo dos hijos. Obtuvo la nacionalidad canadiense en 2015. En 2020, Nijjar se convirtió en presidente del Guru Nanak Sikh Gurdwara, el templo sij de Surrey.
Nijjar se autoproclamaba “nacionalista sij que cree y apoya el derecho de los sijs a la autodeterminación y la independencia del Punjab ocupado por India a través de un futuro referendo”, según una carta abierta que escribió al gobierno canadiense en 2016. Fue una figura clave en Columbia Británica a la hora de recabar votos para un referendo en Canadá que apoyara el establecimiento de una nación llamada Jalistán que incluiría partes del estado de Punjab.
El gobierno indio declaró terrorista a Nijjar en 2020, décadas después de que abandonara India. Lo acusó de planear un ataque violento en India y de liderar un grupo terrorista llamado Fuerza Tigre de Jalistán. En Punjab, sin embargo, políticos y periodistas afirmaron que, a pesar de las acusaciones, muchos lugareños nunca habían oído hablar de él ni de su movimiento.
¿Quiénes son los separatistas sijes?
El sijismo es la quinta religión organizada del mundo, con unos 26 millones de fieles en todo el planeta, de los cuales unos 23 millones viven en el Punjab. Los sijes representan menos del 2 por ciento de los 1400 millones de habitantes de India.
En las décadas de 1970 y 1980, el movimiento por un estado independiente ganó adeptos entre los sijes del Punjab y la diáspora sij mundial. El movimiento acabó inspirando una insurgencia armada que duró más de una década. India respondió con la fuerza, recurriendo incluso a la tortura, las detenciones ilegales y las ejecuciones extrajudiciales para reprimir el movimiento.
En 1984, la entonces primera ministra india, Indira Gandhi, ordenó a los soldados que asaltaran el Templo Dorado, el santuario más sagrado del sijismo, en Amritsar, para detener a los insurgentes que se escondían allí. En aquella incursión murieron cientos de personas.
Ese mismo año, Gandhi fue asesinada por dos guardaespaldas sijes. Esto provocó una violencia generalizada contra los sijes en el norte de India. Miles de sijes fueron masacrados en pogromos organizados.
Hoy, el gobierno indio afirma que la actitud laxa de Canadá hacia el extremismo entre sus sijes políticamente influyentes representa una amenaza para la seguridad nacional de India. Pero analistas, líderes políticos y residentes afirman que en el Punjab hay poco apoyo a una causa secesionista que alcanzó su punto álgido de violencia mortal hace décadas y fue sofocada.
Sigue siendo un grito de guerra entre algunos de los aproximadamente tres millones de miembros de la diáspora sij, sobre todo en Canadá, Australia y Reino Unido.
¿Por qué Canadá?
Muchos sijes han emigrado a Canadá. Según el censo canadiense de 2021, los sijes representaban el 2,1 por ciento de la población, lo que convertía al país en el hogar de la mayor población sij fuera de la India.
India dijo que había advertido a Canadá de que extremistas sijes canadienses como Nijjar estaban tramando actos de violencia en Punjab, con la esperanza de convertir el estado en una nación sij separada.
India ha acusado a Trudeau de simpatizar con los separatistas sijes porque los sijes apoyan mayoritariamente a su Partido Liberal.
Los funcionarios también han acusado a sus homólogos de Reino Unido, Estados Unidos y Australia de inacción, alegando que los secesionistas sijes han vandalizado misiones diplomáticas indias y amenazado a diplomáticos indios.
Estas acusaciones fueron objeto de un nuevo escrutinio cuando se frustró por poco otro plan de asesinato contra un activista sij, esta vez en Estados Unidos.
¿Qué ocurrió en Estados Unidos?
En noviembre, la fiscalía estadounidense acusó a un ciudadano indio, Nikhil Gupta, de asesinato por encargo y conspiración para cometer asesinato por encargo. El objetivo, dijeron las autoridades, era Gurpatwant Singh Pannun, consejero general del grupo Sikhs for Justice, que apoya la secesión del Punjab de India.
Los fiscales relacionaron el intento de asesinato con el homicidio de Nijjar en junio. Y dijeron que un funcionario del gobierno indio, cuyo nombre no se dio a conocer, orquestó el intento de asesinato.
El complot fracasó: el hombre que planeaba el asesinato contrató a un asesino a sueldo que, en realidad, era un agente de la ley encubierto.
¿Por qué Canadá dijo que los diplomáticos indios formaban parte de una red criminal?
La Real Policía Montada de Canadá dijo en una conferencia de prensa el lunes que creía que los seis diplomáticos formaban parte de una amplia red criminal implicada en homicidios, intimidación, acoso y extorsión dirigida a los sijes canadienses.
Dijo que las operaciones se extendían por todo el país, dondequiera que hubiera comunidades sijes. Entre otros detalles, dijeron que el grupo de agentes indios recopilaba información de inteligencia para amenazar e intimidar a los sijes, ya fuera a través de informantes a sueldo o extorsionando y amenazando a personas de las comunidades.
Después de que Canadá detuviera a tres hombres por el asesinato de Nijjar, la CBC, la radiotelevisión pública canadiense, informó de que los sospechosos pertenecían a una banda criminal india.
La CBC informó que la banda con la que estaban relacionados los sicarios estaba dirigida por Lawrence Bishnoi, quien fue acusado de varios casos de asesinato, extorsión y tráfico de estupefacientes. Las autoridades afirman que ha orquestado gran parte de ellos desde una cárcel india, donde se encuentra recluido desde 2014.
Bishnoi ha demostrado un enorme poder desde detrás de las rejas, incluso concedió una entrevista televisiva desde la cárcel el año pasado para presentarse como un guerrero nacionalista y no como un cerebro criminal.
“Soy nacionalista”, dijo Bishnoi en aquella entrevista. “Estoy en contra de Jalistán. Estoy en contra de Pakistán”.
Analistas y exfuncionarios dijeron que la agencia de espionaje exterior de India, el Ala de Investigación y Análisis —o RAW, por sigla en inglés— es sospechosa desde hace tiempo de aprovechar las redes criminales para llevar a cabo operaciones mientras mantiene la negación.
¿Qué pasará después?
La relación entre India y Canadá está en punto muerto. Los dramáticos acontecimientos significan que ambos países necesitarán algún tiempo para restablecer sus vínculos diplomáticos.
Mientras tanto, Canadá se verá presionada para revelar más detalles sobre su investigación en curso de lo que ha descrito como redes criminales operadas por el gobierno indio en Canadá, en particular la afirmación de que agentes del gobierno indio han estado implicados en “homicidios”.
El lunes, las autoridades canadienses se negaron a decir quién más, aparte de Nijjar, había sido asesinado en el marco de estas operaciones.
¿Cómo afecta esto a los asuntos mundiales?
Aparte de las implicaciones inmediatas para la aplicación de la ley, esta desavenencia es también significativa desde el punto de vista geopolítico. Canadá e India son dos países importantes en la escena mundial, cada uno a su manera, y la ruptura de sus relaciones perturba los asuntos mundiales.
Canadá es miembro de la OTAN y de las naciones más ricas del Grupo de los 7 y del Grupo de los 20, así como del grupo de los Cinco Ojos, formado por países occidentales que comparten información de inteligencia, incluido Estados Unidos. Aunque Canadá tiende a mantener un perfil más bajo que otros países de estas agrupaciones, está presente en todas las grandes decisiones geopolíticas mundiales como potencia media tradicional.
India no es una potencia media de perfil bajo: está en auge. Es el país más poblado del mundo, una potencia económica y un socio comercial clave, y un aliado codiciado por Estados Unidos, la Unión Europea y otros países.
Pero al cortejar a Narendra Modi, otros gobiernos están optando, en mayor o menor medida, por apartar la mirada de las acusaciones de que está llevando a India por una senda autoritaria y abusando de las minorías del país mientras él y sus aliados persiguen una agenda nacionalista hindú.
Incluso cuando las autoridades de EE. UU. han ayudado a Canadá en sus esfuerzos por acabar con lo que ha descrito como una red criminal dirigida por indios que opera en su suelo, el gobierno de Joe Biden ha sido discreto sobre sus propias preocupaciones con Modi, quien recibió una calurosa bienvenida en la Casa Blanca el año pasado.
No obstante, los gobiernos occidentales se verán sometidos a una mayor presión tras la última disputa entre Canadá e India para que adopten una postura contra la represión transnacional, es decir, la intimidación y el asesinato de personas en territorio de otras naciones.
c. 2024 The New York Times Company