"Murieron abrazaditos", colombiano perdió a hijos en sismo de la Ciudad de México

Internacional
/ 24 septiembre 2017

"Se quisieron quedar en la casa y sucedió lo que sucedió. De un edificio de cinco pisos se les cayeron tres encima. Estaban asfixiados y lo más doloroso es que murieron abrazaditos", declaró Julián a medios colombianos.

El pasado 19 de septiembre, el colombiano Julián Astudillo perdió a sus dos hijos en el sismo de magnitud 7.1 que sacudió la capital del país. Él se encontraba en Cali en ese momento.

En declaraciones a medios colombianos, narró cómo empezó la pesadilla: Al enterarse del sismo, llamó a la madre de sus hijos, mexicana y quien vivía con ellos en la unidad habitacional Erasmo Castellanos, en la calzada de Tlalpan.

Ella le respondió que no estaba en casa, que los pequeños, Julián Andrés, de 11 años, y Jimena, de 6, se habían quedado ahí porque justo ese día no habían ido a la escuela, y que iba a ver cómo estaban. Fue cuando la angustia comenzó.

"Se quisieron quedar en la casa y sucedió lo que sucedió. De un edificio de cinco pisos se les cayeron tres encima. Estaban asfixiados y lo más doloroso es que murieron abrazaditos", declaró Julián a medios colombianos.

En un video difundido por el diario colombiano "El Tiempo" (GDA), Julián contó que los niños estuvieron bajo los escombros desde el momento del temblor y hasta las 11:00 horas del miércoles.

"Los niños se escuchaban, de dos a seis de la tarde -del lunes- todavía; se escuchaba que gritaban y todo, pero ya después no volvieron a escucharlos", dijo, mientras se preparaba para viajar a México, donde está previsto que los pequeños fueran enterrados este viernes.

Julián, quien vivió en México durante 15 años, estaba en Cali por trabajo y, según Noticias Caracol, viajaba a ver a sus hijos "cuando podía", pero hace cinco años que no los veía por problemas económicos.

Los amigos de Julián le ayudaron a reunir dinero para que pudiera viajar a México a despedir a Julián y a Jimena.

De haber estado en la escuela, los niños estarían vivos, dijo a Caracol, porque al colegio no le pasó nada. "Era el día que Diosito los llamó, los necesitaba a mis muchachos".

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