Nuevo video muestra cómo el policía turco esperó el momento justo para asesinar al embajador ruso
En las imágenes se ve a Mevlüt Mert tranquilamente apostado detrás de la víctima, el diplomático Andrei Karlov, durante su discurso en una exposición fotográfica en Ankara. Cuando consideró que había llegado el instante preciso, sacó su arma y disparó
El video, registrado por uno de los asistentes a la muestra con la cámara de su teléfono, muestra algo que no se había visto hasta este momento: todo lo que hizo Mevlüt Mert Altintas antes de asesinar al embajador ruso en Ankara, Andrei Karlov.
El policía estuvo siempre detrás del diplomático, mientras éste hablaba y un colaborador traducía. Se fue moviendo apaciblemente de un lado a otro, con las manos en el vientre. Esperaba pacientemente.
Hasta que en el transcurso de tres segundos sacó la pistola de su saco, apuntó a Karlov y le disparó varias veces. Se aseguró de haberlo matado.
Un video anterior, grabado por las cámaras de la televisión turca, empezaba con el instante en que el embajador recibía los disparos. La grabación, tomada por el canal TRT y difundida por las redes sociales, no permitía ver al tirador hasta después de consumado el magnicidio.
Otras tres personas que habían ido a ver la apertura de la exposición fotográfica fueron heridas en la escena. Había aproximadamente 100 invitados.
El video de TRT registró todo el discurso que dio Altintas después del ataque, referido esencialmente a la guerra civil en Siria. "¡Allahu Akbar! ('Alá es grande')", fueron las primeras palabras que gritó el terrorista.
Luego, pronunció los aparentes motivos de su ataque: "¡No olviden a Siria! ¡No olviden a Alepo! ¡Mientras que no estén seguros, usted no estará seguro! ¡Los responsables de las atrocidades tienen que pagar el precio aquí!", gritó el hombre, identificado como miembro de las fuerzas de seguridad turcas.
El atacante, que había sido asignado a la custodia del embajador ruso, fue ultimado por fuerzas de seguridad minutos después de los disparos que dieron muerte a Karlov.
El último año, Rusia se involucró de lleno en la guerra civil siria. Allí, ayudó al régimen de Bashar al Assad a combatir a los rebeldes de su país, donde se ejecutó una verdadera matanza. Alepo es uno de los símbolos del conflicto.