Starbase, el poder de Musk que transforma la frontera y pone en riesgo la propiedad de residentes locales

Internacional
/ 31 mayo 2025

Este nuevo estatus le otorgará a Starbase poderes limitados: podrá imponer impuestos reducidos a la propiedad, otorgar permisos de construcción y crear un departamento de policía y los residentes podrían “perder el derecho” a usar sus propiedades

BROWNSVILLE- A un costado de la carretera, en un estrecho camino desgastado por el paso constante de camiones, se erige un busto dorado. El rostro maltrecho de Elon Musk, al que un acto de vandalismo le arrancó parte del cachete, marca el ingreso al territorio del hombre más rico del mundo.

En el sur de Texas, a las afueras de Brownsville, sobre la frontera con México; la empresa aeroespecial del maganate (SpaceX) tiene una ciudad propia: Starbase, que en español se puede traducir como ‘base de las estrellas’.

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Tras años de presionar para adquirir propiedades y terrenos en lo que antes era Boca Chica Village, una pequeña comunidad a orillas del Golfo de México y rodeada por una reserva natural, sumado a su influencia política y la inyección miles de millones de dólares en SpaceX, Musk logró que la sede de la empresa fuera reconocida como una localidad bajo las leyes estatales.

$!El cohete Starship despegando este martes, en Starbase, la base recién nombrada cerca de Brownsville, Texas.

Este nuevo estatus le otorgará a Starbase poderes limitados: podrá imponer impuestos reducidos a la propiedad, otorgar permisos de construcción y crear un departamento de policía.

La nueva ciudad se extiende por unos 4 kilómetros cuadrados, tiene poco más de 200 habitantes, la mayoría empleados por la compañía espacial, incluyendo el alcalde, y eligió ayer a sus primeros funcionarios en una reunión pública.

Tiene, por ahora, pocas calles: la avenida estatal, única entrada y salida del poblado, y varias vías paralelas que conforman los «barrios». Estos son una mezcla de casas prefabricadas, adornadas con céspedes verdes, pulcramente cortados, autocaravanas y edificios en construcción.

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Las oficinas corporativas de SpaceX se alzan en un enorme edificio cuadrado de cemento gris con ventanas negras. La carretera principal desemboca en el mar, donde, casi a orillas de la Playa de Boca Chica, está la plataforma desde donde despegan los cohetes.

Se ven más autos que personas: algunos Teslas esparcidos entre los ‘hogares’, camiones de carga y camionetas pick-up. En las calles, bajo el pesado sol tejano, solo hay de obreros de construcción pavimentando vías, levantando muros y cercando parcelas.

“CONOLIZACIÓN” DE LA REGIÓN

El desarrollo de Starbase y la expansión del poder de Musk sobre la zona ha puesto en alerta tanto a residentes del Valle del Río Grande como a activistas locales.

$!Natalia Salinas sostiene una piñata de Elon Musk durante una protesta en la playa de Boca Chica, Texas, la tarde del sábado 3 de mayo de 2025.

SpaceX y el condado de Cameron clausuran la entrada a la playa antes y durante los lanzamientos del Starship, el megacohete que Musk está desarrollando en Starbase. Los cierres pueden llegar a extenderse por varios días, si el despegue se retrasa.

Alda y René Merlano, un matrimonio de cuatro décadas, con raíces familiares extendidas por generaciones en la frontera, recuerdan con una mezcla de nostalgia y rabia sus excursiones a la playa de Boca Chica.

“Iba con mis padres; solo había que meter todo en un carro y salir”, cuenta Alda, profesora de Literatura jubilada, a EFE.

Entre los nuevos edificios, la plataforma de lanzamiento y los constantes cierres, el lugar donde crecieron cambió por completo. Desde dentro de su casa, a más de 25 kilómetros de la plataforma de despegue, se escucha cuando despegan los cohetes o hacen pruebas a los impulsores, relata.

Su experiencia es compartida por decenas de vecinos de Starbase, según corrobora Juan Mancías, líder de la tribuo Carrizo/Comecrudo, indígena de la región pero no reconocida por el gobierno federal.

Para él, la llegada de Musk es equiparable a un nuevo proceso de colonización que busca extraer recursos de la zona, arrebatándolos a los nativos: “Es lo mismo que hicieron aquí hace 500 años. Vinieron aquí por una sola cosa, y fue para llevarse las fuentes de vida de esta tierra”.

APOYO OFICIAL Y DISPUTAS DE DE PODER

Las autoridades de Cameron y la alcaldía de Brownsville respaldan los proyectos de Musk, argumentando que traen empleos y crecimiento económico.

La presencia de SpaceX, subrayó el juez del condado de Cameron, Eddie Treviño, en un informe publicado el año pasado, “ha afectado positivamente” a la región “mediante el aumento del turismo y nuevas oportunidades de empleo”.

En concreto, especificó el reporte, SpceX emplea a más de 3,400 personas y ha generado más de 800 millones de dólares en impuestos a nivel local y estatal.

A pesar de haber abandonado oficialmente el Gobierno de Donald Trump, Musk extendió sus redes favorables a SpaceX en puestos de alto mando dentro de la NASA y las Fuerzas Áreas, agencias del Gobierno que conceden contratos la empresa especial, de acuerdo con el diario New York Times. También conservará una relación estrecha con la Casa Blanca, según señaló el propio Trump.

Mancías, sin embargo, insiste en hacer un contrapeso a la influencia del magnate desde su rincón al sur de Texas: “no tiene ningún poder. Es la comunidad la que tiene poder y él está tratando de controlarlos”.

PONE EN RIESGO LAS PROPIEDADES DE LOS RESIDENTES LOCALES

Starbase, la ciudad sede de la compañía aeroespacial de Elon Musk, SpaceX, ha estado enviando alertas a residentes de la zona, avisando de que podrían “perder el derecho” a usar sus propiedades.

La localidad, ubicada al este de la ciudad fronteriza de Bronwsville, en el sur de Texas, se convirtió recientemente una “ciudad incorporada”, luego de una votación donde participaron los poco más de 500 residentes, la mayoría trabajadores de SpaceX.

$!Starbase, la ciudad sede de la compañía SpaceX, está enviando alertas a residentes de la zona, avisando de que podrían “perder el derecho” a usar sus propiedades.

En una carta, firmada por el recién nombrado gestor de la localidad, Kent Myers, y publicada en redes sociales, Starbase explica a los residentes que modificará la normativa de uso de suelo de la ciudad.

”La ciudad de Starbase celebrará una audiencia que determinará si usted perderá o no el derecho a seguir usando su propiedad como lo hace actualmente”, lee la masiva, que fue recibida por varios propietarios de la zona, según indicó el portal CNBC.

Esta reunión tendrá lugar el 23 de junio, según señala la carta, y en ella se escucharán “comentarios públicos” sobre los planes de Starbase para cambiar el mapa de la ciudad y las normas de planeación para permitir la construcción de “edificios residenciales, oficinas y comercios”.

Desde Starbase, la compañía del magnate de origen sudafricano Elon Musk realiza pruebas de su cohete Starship, con el que busca expandir los vuelos comerciales hacia el espacio y, en un futuro, “ocupar Marte”.

La empresa aeroespacial es uno de los principales beneficiarios de contratos federales de la NASA y ha recibido más de 20.000 millones de dólares en financiación pública.

Entre los servicios que provee al Gobierno está el envío de satélites a la órbita terrestre y el uso de Starlink, un sistema de comunicación satelital, por parte del Pentágono.

La creación de una nueva ciudad le otorgó a la empresa de Musk un mayor control sobre la zona, cerca de una reserva y parque nacional y ubicada a las orillas del Golfo de México.

El magnate y figura clave en el Gobierno de Trump ha buscado durante años deshacerse de las restricciones ambientales y federales que regulan los lanzamientos de cohetes desde SpaceX.

Varios grupos ambientalistas en la región han expresado su descontento con las actividades de Starbase, asegurando que atentan contra la población indígena de la zona y destruyen “decenas de acres de hábitat natural”.

Por Alejandra Arredondo, Agencia EFE

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