Vladímir Putin busca reivindicarse en Ucrania tras ser humillado en Siria
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La caída de Bashar al Asad ha mostrado los límites del poder militar del Kremlin. Pero para el Putin, presidente de Rusia, podría ser solo un revés temporal en su búsqueda de un premio geopolítico mayor: Ucrania
NUEVA YORK- La caída del presidente de Siria, Bashar al Asad, ha humillado a su principal patrocinador, Rusia, y ha puesto de manifiesto los límites del poder militar y la influencia mundial del Kremlin.
Sin embargo, para el presidente de Rusia, Vladimir Putin, la pérdida de su aliado más cercano en Medio Oriente puede ser solo un revés temporal en su búsqueda de un premio geopolítico mucho mayor: el triunfo en Ucrania.
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Analistas militares y políticos dijeron que ganar la guerra en Ucrania se ha convertido en un objetivo integral para Putin. Ese resultado, dijeron, justificaría para el líder ruso las tremendas pérdidas humanas y económicas del conflicto, salvaguardaría la condición de Estado de Rusia y su estatura global y compensaría los fracasos estratégicos en otras partes, como en Siria.
“La apuesta de Putin en la guerra de Ucrania es tan alta que una victoria allí reportaría a Rusia un pago de proporciones históricas: es todo o nada”, escribió Aleksandr Baunov, analista político del grupo de investigación Carnegie Russia Eurasia Center. “Si cree que el destino del mundo se está decidiendo en el Donbás, entonces el futuro de Siria también se decidirá allí”.
A corto plazo, mientras Moscú maniobra para mantener sus bases militares en Siria, Putin podría intensificar su costosa ofensiva en Ucrania para recuperar algo de prestigio. Los comentaristas rusos que apoyan la guerra han pedido a Putin que haga precisamente eso, al tiempo que exigen condiciones de paz más duras en Ucrania para evitar el tipo de alto al fuego inconcluso que en última instancia condujo a la caída de Al Asad.
Ambos escenarios complicarían la promesa del gobierno de Trump de poner fin rápidamente a los combates en Ucrania.
Mientras el régimen de Al Asad se desmoronaba, el presidente electo Donald Trump se mofaba de Rusia por no haber salvado a su aliado y pedía a Putin que llegara a un acuerdo sobre Ucrania, sin explicar cómo podría ser.
Rusia está “en un Estado debilitado en este momento”, escribió Trumpen su plataforma de medios sociales, Truth Social, el domingo, “debido a Ucrania y una mala economía”.
“Conozco bien a Vladimir. Este es su momento de actuar”, añadió Trump.
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Los analistas han señalado que una de las características más constantes de los opacos 25 años de gobierno de Putin es su aversión a actuar desde posiciones tan obvias de debilidad o ceder a presiones externas.
Las descripciones del propio Putin sobre cómo sería una victoria rusa en Ucrania siempre han sido vagas. El año pasado, el ejército ruso abandonó sus intentos fallidos de organizar grandes ofensivas que pudieran derrocar al Estado ucraniano. En su lugar, se ha concentrado en el este de Ucrania, presionando de manera simultánea a las fuerzas de Kiev en múltiples partes del frente y bombardeando ciudades e infraestructuras críticas ucranianas.
Los expertos militares han interpretado esta estrategia como un intento de agotar al ejército y la sociedad de Ucrania y obligar a Kiev a sentarse en la mesa de negociaciones.
Putin ha dado a entender que cualquier acuerdo de paz debe permitir a Rusia conservar al menos el territorio que ya ha ocupado, y garantizar la neutralidad militar de Ucrania, lo que significa no ingresar en la OTAN. Rusia también quiere suprimir la capacidad militar de Ucrania.
“No debemos hablar de un alto al fuego de media hora o medio año, para que puedan reabastecerse de municiones”, dijo Putin en un foro en el sur de Rusia el mes pasado, refiriéndose a Ucrania.
El gobierno ucraniano ha rechazado reiteradamente cualquier condición de paz que formalice la pérdida de su territorio o impida al país aspirar a ingresar en la OTAN.
A corto plazo, el revés de Moscú en Siria podría reducir aún más el margen de compromiso.
Los comentaristas rusos partidarios de la guerra han reaccionado a la caída de Al Asad con desconcierto y rabia, lamentando las vidas de cientos de soldados rusos que murieron apuntalando a un ejército sirio que se desmoronó bajo el asalto rebelde. Las exigencias de la guerra en Ucrania habían reducido la capacidad de Rusia para evitar el colapso.
El domingo, un destacado ultranacionalista ruso, Zakhar Prilepin, llamó a Siria “nuestra catástrofe”.
Muchos de estos comentaristas dijeron que Rusia debía aprender de los errores de Al Asad.
“La conclusión es obvia: es mejor no dejar conflictos congelados”, afirmó Oleg Tsaryov, un exlegislador ucraniano prorruso que ahora escribe sobre la guerra desde el exilio en Rusia. “Si un conflicto está congelado, el enemigo explotará tu momento de debilidad sin dudarlo”, escribió en una respuesta escrita a varias preguntas.
Tsaryov dijo que, para proteger sus intereses, Rusia debe obligar a Ucrania a aceptar un acuerdo de paz que, entre otras cosas, excluya al país de la OTAN y obligue a Ucrania a aceptar la pérdida de las regiones anexionadas por Rusia.
“Los territorios en disputa son causa de conflictos interminables”, dijo.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha dicho recientemente que su país podría aceptar la pérdida temporal de algunos territorios ocupados, pero que nunca consentiría cambios fronterizos permanentes. Las encuestas muestran que la mayoría de los ucranianos apoyan esta opinión.
Algunos comentaristas rusos partidarios de la guerra fueron más lejos que Tsaryov y pidieron a los militares rusos que respondieran al bochorno en Siria con más brutalidad en Ucrania.
Aleksei Pilko, historiador ruso ultranacionalista, escribió el domingo en la aplicación de mensajería Telegram: “Este es precisamente el momento de mostrar una dureza extrema, e incluso crueldad” en Ucrania. Hizo un llamado a que se realizaran asesinatos selectivos de funcionarios ucranianos y más ataques aéreos rusos contra edificios gubernamentales e infraestructuras energéticas ucranianas.
Al igual que Putin, los comentaristas ultranacionalistas rusos han ofrecido pocos detalles sobre cómo un ejército ruso mermado podría lograr una capitulación ucraniana que satisficiera sus exigencias. Pero están unidos en sus llamados al ejército para que intensifique sus ataques.
Que Putin escuche estos u otros argumentos es otro tema.
Vasily Kashin, politólogo de la Escuela Superior de Economía de Moscú, dirigida por el Estado, ha calificado de “ruido mediático” el derroche de fervor nacionalista tras la debacle de Siria.
Dijo que el Kremlin seguiría adelante con la guerra de acuerdo con su plan, y que era poco probable que se distrajera con acontecimientos periféricos que tenían poco o ningún impacto en el campo de batalla.
Ciertamente, Putin ha cultivado durante mucho tiempo una imagen de estratega maestro imperturbable por los altibajos de los acontecimientos cotidianos. Sin embargo, el golpe infligido por el colapso de Al Asad a la reputación global del líder ruso podría obligarle a hacer una demostración de fuerza en Ucrania, dijo Tatiana Stanovaya, politóloga rusa del Carnegie Russia Eurasia Center.
“Podría verse tentado a demostrar que Rusia no está derrotada y que sabe lo que hace”, dijo. “Y eso podría hacer que dudara de lo que está dispuesto a conceder en Ucrania”.
Para mostrarse fuerte, Putin podría poner nuevas condiciones a las conversaciones de paz, o podría intensificar los ataques aéreos, cumpliendo sus frecuentes amenazas. Un funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato para poder discutir información confidencial, dijo el miércoles que Rusia podría atacar Ucrania con otro Oreshnik, un nuevo y potente misil balístico, en los próximos días.
El gobierno ucraniano ha dicho en repetidas ocasiones que las amenazas de Putin de una escalada son una simulación, porque el ejército ruso ya está combatiendo al máximo de su capacidad a medida que su invasión se acerca a su cuarto año.
Para algunos analistas rusos, el debate sobre la posible respuesta de Putin a la caída de Al Asad oculta una lección más importante de los 13 años de guerra civil en Siria: la dificultad de ganar un conflicto prolongado.
La campaña militar rusa para acorralar a los enemigos de Al Asad en enclaves resultó inútil en última instancia, una ilusión de victoria que aún podría resonar en Ucrania.
“En el mundo moderno, una victoria solo es posible en una guerra rápida y corta”, escribió Ruslan Pukhov, un destacado experto militar ruso, en una columna sobre Siria publicada el domingo en el periódico económico ruso Kommersant. “Si no puedes asegurar tu éxito en el ámbito político-militar, al final perderás, hagas lo que hagas”.
Constant Méheut colaboró con reportería desde Kiev, Ucrania, y Eric Schmitt contributed from Washington, D. C.
Anatoly Kurmanaev cubre Rusia y su transformación tras la invasión a Ucrania. c. 2024 The New York Times Company.
Por Anatoly Kurmanaev, The New York Times.