Mario Molina renunció a su nacionalidad para investigación que le dio Nobel
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José Sarukhán afirma que el legado del premio Nobel de Química es demostrar la capacidad de los mexicanos en la ciencia y que recuperó su reconocimiento como mexicano
El fallecimiento del doctor Mario Molina el pasado 7 de octubre a causa de un infarto conmocionó a la sociedad mexicana, pero también causó un tremendo impacto entre las personas más allegadas a él, como el doctor José Sarukhán, titular de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), quien apenas 48 horas antes había estado con su colega y entrañable amigo en la reunión que cada mes realizan los integrantes del Consejo de El Colegio Nacional, relató en entrevista con MILENIO.
"Eso fue el lunes, él estaba muy bien, llegó un poco precipitado a la reunión porque había tenido reunión virtual, varias cosas; pero inmediatamente empezó a ponerse al día, a preguntar, a participar. Fue una sorpresa totalmente inesperada obviamente, muy triste, un shock para todo el mundo. Yo había estado hablando con él varios días antes en la semana anterior, fue una tristeza habernos enterado de esa manera", dijo.
A lo largo de los últimos 25 años, José Sarukhán y Mario Molina consolidaron una cercana amistad. Su relación inició con una llamada en 1995, durante su gestión como rector de la UNAM para felicitarlo por la obtención del Premio Nobel de Química en 1995.
"Yo no la había tratado, sabía de él, que estaba en el en MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), cuando lo empecé a tratar fue cuando supimos lo del Premio Nobel. Yo me comuniqué con él para felicitarlo como rector que era y decirle el orgullo que representaba para nosotros que alguien egresado de la Facultad de Química tuviera esta distinción, pero también para preguntarle si él estaría de acuerdo en que yo lo propusiera para recibir el Doctorado Honoris Causa, desde luego dijo que sí con todo gusto", agregó.
–Había renunciado a la nacionalidad mexicana para poder hacer investigación, para tener datos que de otra manera eran datos restringidos a gente con nacionalidad norteamericana. Vino el doctorado y después se reintegra a México y obtuvo la nacionalidad mexicana de regreso.
Yo lo propuse para El Colegio Nacional y desde entonces hemos estado viviendo con muchas cosas, él amablemente me pidió que estuviera en el consejo del Centro Mario Molina y fueron ocasiones para tener mucho contacto y muchos intercambios de ideas y puntos de vista.
En 2016, Mario Molina, José Sarukhán y Julia Carabias, ex secretaria de Medio Ambiente, publicaron el libro El Cambio Climático. Causas, efectos y soluciones, escrito para el público general y no para especialistas en la materia. "A él también le interesaba mucho el cómo transmitir esta información a la gente para que la entendiera, para que le hiciera parte de su estructura mental a estos problemas tan importantes.
Eso también fue una época muy grata, cuando estuvimos planeando y escribiendo un libro que fue publicado por el Fondo de Cultura Económica. Discutíamos mucho, tuvimos muchas reuniones y algunas cosas de El Colegio Nacional también que se hicieron junto con él de manera que sí, hubo una interacción cercana", mencionó. José Sarukhán sostiene que Mario Molina dejó un legado mundial, por la importante investigación que le hizo merecer el Premio Nobel de Química al demostrar la pérdida de la capa de ozono en las zonas polares y que logró que los países se pusieron de acuerdo para revertir ese problema, a través del Protocolo de Montreal.
Pero además, el legado de Mario Molina en México fue demostrar a los mexicanos que también tenemos capacidad para desarrollarnos en el ámbito de la ciencia.
"Para México, específicamente el punto más importante es el ejemplo que él constituye, un modelo de lo que la gente de este país podía hacer, podemos hacer y se ha hecho, y que no necesariamente se está valorando como debiera ser, ni tampoco se está estimulando, y se está solicitando para que sea parte del desarrollo de políticas públicas así como fue a escala global el Protocolo de Montreal", puntualizó.
El otro elemento, es que además de su calidad como profesionista, el orgullo que representó haber sido miembro de la UNAM en sus estudios básicos en la licenciatura, que la UNAM lo distinguió con el Doctorado Honoris Causa justamente un año después de que le dieron el Premio Nobel, fue el gran ser humano, muy sencillo, no tenía lo que algunos pensarían que por este premio era intratable, inaccesible, él era todo lo contrario y yo creo que esto es una característica que hablaba muy bien de él.