Recursos de programa contra embarazo adolescente son gastados en llevar carros al taller y lavandería
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Varias dependencias de Gobierno malgastan el dinero dedicado a prevenir el embarazo de adolescentes en México, de acuerdo a un estudio del Instituto Simone de Beauvoir, Fundar, y la organización Controla tu Gobierno
Por Manu Ureste (@ManuVPC) para Animal Político
El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) gastó en 2016 casi la mitad de su presupuesto destinado a elaborar políticas públicas para la prevención del embarazo adolescente en el mantenimiento y renta de vehículos, vales para gasolina, y en servicios de jardinería, limpieza y vigilancia, entre otros rubros.
Lo anterior, a pesar de que México tiene la tasa de embarazos juveniles más alta de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), y a pesar de que en enero de 2015 el presidente Peña Nieto implementó la Estrategia Nacional para Prevenir el Embarazo en Adolescentes como una acción “prioritaria”.
Así lo documentó una investigación conjunta realizada entre el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB), Fundar, y la organización Controla tu Gobierno, en la que además de analizar el gasto del Instituto Nacional de Salud Pública, también reveló deficiencias en cómo INMUJERES y el Consejo Nacional de Población (CONAPO) invirtieron recursos públicos para prevenir el embarazo juvenil.
Más de 500 mil pesos para cuidar jardines y vigilancia En 2016, el Instituto Nacional de Salud Pública tuvo un presupuesto asignado de 5 millones 154 mil pesos para llevar a cabo acciones dirigidas a reducir los embarazos de jóvenes de entre 15 y 19 años, y a erradicar los embarazos de las menores de 15.
De esos 5 millones, el INSP gastó 2 millones 133 mil pesos, el 41% de los recursos, en otras cosas que nada tenían que ver con los objetivos de la Estrategia Nacional para Prevenir el Embarazo en Adolescentes.
Por ejemplo, el INSP gastó 422 mil 034 pesos en el mantenimiento de vehículos; 375 mil 654 pesos en “servicios de energía eléctrica”; y 337 mil 544 pesos en “Servicios de Jardinería y Fumigación”.
Asimismo, gastó 266 mil pesos 026 en servicios de lavandería, limpieza e higiene; 249 mil 300 pesos en vigilancia; 69 mil 811 pesos en uniformes; y 19 mil 151 pesos en vales para gasolina.
Además, hay partidos como “otros productos químicos”, por 338 mil 590 pesos, en los que el INSP no detalló en qué invirtió ni con qué finalidad.
“Ese es el tipo de preguntas que las autoridades no nos respondieron. Es decir, gastar más de 300 mil pesos en productos químicos como hidrógeno no sabemos en qué contribuyó en la reducción de los embarazos adolescentes en México”, dijo en entrevista con Animal Político Brando Flores, director de la investigación por parte del Instituto Simone de Beauvoir.
374 mil pesos para pagar los teléfonos de funcionarios En 2015, el presupuesto del INSP para prevenir el embarazo juvenil fue un poco mayor: 8 millones de pesos.
De ese total, casi la mitad del dinero, 3 millones 911 mil pesos, también se dedicaron a partidas que no tienen nada que ver con la prevención del embarazo.
Por ejemplo, ese año los funcionarios gastaron 350 mil 560 pesos en “vehículos terrestres, aéreos, marítimos y fluviales, destinados a servicios administrativos”; 347 mil 640 pesos en servicios de telefonía; 126 mil 446 pesos en servicios de agua; y 100 mil pesos en vales para gasolina.
Y el resto del dinero presupuestado tampoco llegó de manera directa a las jóvenes adolescentes, ya que gastaron 3 millones 016 mil pesos, el 37.7%, en la contratación de empresas y personas físicas para que dieran diferentes “asesorías” al INSP. Mientras que un millón 073 mil pesos se invirtió en realizar “congreso y convenciones”.
El investigador Brando Flores resaltó que aunque tal vez ocho millones de presupuesto no sean tanto dinero como lo que gastan otros programas sociales como la Cruzada contra el Hambre, esta investigación “es relevante en la medida de que tan poco dinero se haya ocupado tan mal y con tantas deficiencias administrativas”.
INMUJERES no presentó documentos que justifiquen el gasto de 5 millones INMUJERES, otra de las dependencias de gobierno encargadas de elaborar políticas públicas en el marco de la Estrategia Nacional para prevenir embarazos adolescentes, gastó en 2016 un total de 5 millones 473 mil pesos.
De acuerdo con la respuesta a las solicitudes de información pública realizadas por las organizaciones civiles autoras de la investigación, INMUJERES indicó que se gastó ese dinero entre asesorías, estudios, la realización de un foro nacional sobre la prevención de embarazos adolescentes, y la realización de un video relacionado con la problemática, que costó 900 mil pesos.
Sin embargo, la dependencia no presentó ni documentos ni los probatorios que demuestren que el dinero se invirtió adecuadamente por parte de los funcionarios, y si se cumplieron los objetivos establecidos.
Y CONAPO no aclara en cómo se gastó 7 millones El Consejo Nacional de Población (CONAPO) respondió también vía transparencia que en 2016 contó con un presupuesto de 7 millones 452 mil pesos para contratar en medios de comunicación campañas de “Prevención del embarazo no deseado”.
Sin embargo, CONAPO gastó casi el total de ese dinero (6 millones 952 mil pesos) en contratar campañas con “medios complementarios” y en “diseño, producción, post-producción”, sin que en su respuesta especificara quién o qué son “medios complementarios”, ni en qué consiste el gasto en diseño y producción.
También gastó 500 mil pesos en “post-estudios”, sin tampoco aclararar en qué consistió esa partida.
Asimismo, la campaña en medios de CONAPO para la “Prevención del embarazo no deseado” estaba dirigida a hombres y mujeres de 13 a 24 años de edad; rangos de edad que dejan fuera a los menores de 10, 11 y 12 años, los cuales son prioritarios para la Estrategia Nacional que lanzó Peña Nieto. Mientras que invirtió cero pesos en difundir la campaña a través de radios comunitarias, que son las que tienen más capacidad de llegar a zonas más marginadas y remotas del país, particularmente a adolescentes y jóvenes de poblaciones rurales o indígenas.