Usan curas retiros para seducir a los jovencitos

Nacional
/ 15 febrero 2018

Activista de la comunidad LGBT reclutaba menores para sexoservicios en el clero

CDMX.- Desde el anonimato, un hombre de 33 años al que llamaremos “Alexis”, reveló que tras las paredes de las iglesias y seminarios de la Diócesis de Saltillo se esconden historias de abusos sexuales, en donde los retiros espirituales han servido para reclutar víctimas.

El testigo, quien también fue víctima de los abusos, reveló para Aída Badillo, activista defensora de los derechos humanos, detalles de la presunta red de corrupción de menores en la Diócesis de Saltillo. Su acercamiento con esta red de corrupción comenzó a los 13 años en grupos juveniles en la comunidad católica a la que pertenece.

Pero fue a los 14 años cuando asistió a un retiro espiritual, en la época decembrina. El retiro se realizaba en el Seminario Menor, en la ciudad de Saltillo, a donde además acudían jóvenes de todos los municipios del estado, que eran dirigidos por sacerdotes de la diócesis y auspiciados por los mismos presbíteros de sus comunidades.

Aunque debía ser un retiro para el despertar de la vocación sacerdotal, las “bromas” de los guías espirituales con los jóvenes llegaban hasta “darles nalgadas cuando estaban desnudos, bañándose en las regaderas”.

“En el Seminario Diocesano las relaciones entre los mismos seminaristas era algo muy común (…) yo pertenecía a un movimiento nacional que se llamaba Circulo del Espíritu Santo y de la Cruz, hasta los 26 años dejé de ir a ese grupo de la iglesia”, confesó.

Cuando participaba en ese grupo, un sacerdote se le acercó para proponerle sostener relaciones sexuales cuando tenía 17 años, sin embargo admitió haber accedido a las propuestas del presbítero, calificando la experiencia como “extraña” pues sabía que no era correcto, sosteniendo relaciones en varias ocasiones.

“Nuestras reuniones eran para cuestiones del grupo, teníamos reuniones de manera semanal, sin embargo en una ocasión entre sí, entre no, en la oficina se me empezó a acercas más y más, cuando menos lo pensamos estábamos los dos de frente, dijo que no era correcto, me dio un beso y yo se lo respondí y pasó lo que tenía que pasar, en la oficina de la iglesia”, reconoce la víctima.

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Sin embargo, los encuentros con el presbítero pasaron de la oficina de la iglesia a moteles, sin que a nadie le pareciera extraño el acercamiento entre el sacerdote y el adolescente.

“Alexis” consideró que este modelo de atracción a las redes de corrupción continúa hasta la actualidad, sin embargo, los jóvenes que hora acceden lo hacen por un interés económico, pues saben que pueden obtener cierta “solvencia”.

En su testimonio, “Alexis” confirmó que el activista de la Comunidad LGBTI, Carlos Llamas, reclutaba adolescentes que se prostituían para llevarlos a grupos religiosos con el Padre Robert Cougan, responsable de la Pastoral Penitenciara, quien además, dijo, que se ha declarado abiertamente “activo”, para de ahí ser contactados con otros sacerdotes para sostener relaciones sexuales.

“La Iglesia siempre ha sido así, pero como que Vera (el Obispo) vino a traer más libertinaje, era más escondido, era bien raro, pero ahora ya hay más libertinaje, es más el descaro, de un sacerdote”, explicó “Alexis”.

Además, reveló que con el paso de los años sus experiencias sexuales no sólo era con grupos de Diocesanos, sino que se extendieron con Frailes, calificando a los primeros como “promiscuos y libertinos”.

Aunque reconoció que otras órdenes religiosas son más cuidadosas en estos temas, pues se tiene mayor control de sus integrantes y sus colaboradores.

“Alexis” reconoce en la grabación para Badillo que no estaría dispuesto a declarar ante las autoridades, como la Fiscalía General de Justicia, pues teme a la Iglesia Católica, a la que califica como una mafia y reconoce que es muy fuerte.

“La iglesia es un juego de poder, es una mafia, lo poco o mucho que yo viví dentro de la iglesia, supe que es un juego de poder, no les convienes te vas, te desapareces, tienen que silenciarte de cierta manera para no quedar mal ellos, fue lo que pasó con el Padre Gofo, pero él ya se hizo famoso y por eso no lo han podido silenciar por completo”, explicó.

Badillo estimó que pudieran ser más de 60 menores de edad, que quizá fueron víctimas de la red de pederastas en la Diócesis de Saltillo.

La activista hizo un llamado a las víctimas para que hagan sus denuncias ante la Fiscalía General del Estado y así se haga justicia y termine  esta red de pederastia. 

Con información de Milenio

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