Tras la pandemia, se duplica número de trabajadoras sexuales; el 75% es madre soltera

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/ 19 diciembre 2022

Una encuesta también revela que nueve de cada diez ejerce dicho trabajo por motivos económico, actividad donde la discriminación y violencia predomina

Con la llegada de la pandemia por COVID-19 en 2020, se priorizaron los trabajos desde casa, pero se dejó de lado aquellos más vulnerables; agravando los despidos a mujeres y la pérdida de ingresos, abriendo la puerta a que el número de trabajadoras sexuales se duplicara.

Ejercicio que expone a más personas a ser víctimas de violencia, como lo advirtió Elvira Madrid, presidenta de la “Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer”. Tan solo en la Ciudad de México, el número de mujeres que ejercen esta actividad pasó de 7 mil 500 a 15 mil 200 entre 2020 a 2021.

“Cuando llega la pandemia a las primeras que despiden de sus empleos fueron a las mujeres y a donde las mujeres fueron a dar fue al trabajo sexual porque estamos hablando de que 75% de quienes ejercen el trabajo sexual son madres solteras, entonces al no tener para pagar la renta o la alimentación, y que los salarios están muy miserables porque no alcanzan, se metieron a ejercer el trabajo”, explicó Madrid, así lo reportó el medio de comunicación Excelsior.

De acuerdo con la Encuesta sobre Trabajo Sexual del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred), nueve de cada diez trabajadoras sexuales (89.9%) ejercen dicho trabajo por motivos económicos.

Complementando a que el sábado 17 de diciembre fue el Día Internacional por el Fin de la Violencia contra las Trabajadoras Sexuales, por lo que la activista expuso que ocho de cada diez trabajadoras han sufrido algún tipo de violencia y el 73% de los responsables son servidores públicos.

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“La violencia física se refleja primero por parte de la policía porque casi siempre cuando no quieren darles dinero son los golpes, y también por parte de los padrotes cuando ellas ya los quieren dejar, o por parte de la delincuencia organizada. Y pues la violencia no solamente es física sino institucional, porque cuando van a poner una denuncia no se las quieren levantar por el hecho de ser trabajadoras sexuales”, señaló para Excelsior.

A lo que el 78.7% de trabajadoras han sido violentadas por un policía; 30.7% por un juez cívico; 28.3% por hospitales y 24.4% por el Ministerio Público. Mientras que en casos particulares, el 69.2% respondió que fueron violentadas y discriminadas por un cliente; el 51.9% por transeúntes; 45.5% por compañeros de trabajo: 33.3% por vecinos; 29.5% por taxistas y 19.2% por personal de hoteles.

El estudio Indicadores de Violencia de Género en el Mundo Laboral de las Trabajadoras Sexuales en México, encontró al menos 30 condiciones laborales que generan y reproducen violencias; también consideran que las personas que se relacionan con ellas consideran que su labor les resta derechos y las hace más proclives a la violencia.

Entrevistas a trabajadoras sexuales de 15 estados advierten que viven desde golpes y empujones por policías al momento de detenerlas, lesiones intencionales en revisiones médicas, hasta heridas provocadas por su pareja sentimental o clientes.

Aunado a que son víctimas de maltrato verbal, negligencia en atención médica, humillaciones en juzgados cívicos, lugar donde son catalogadas como “de lo peor” al no ser aceptadas.

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Un testimonio asegura que los prejuicios de la población al trabajo sexual es porque “cree que somos sucias e impuras y creen que es un trabajo fácil. Además al estar en la calle, sufrimos más riesgos”.

Elvira Madrid aseguró que otro tipo de violencias que padecen las trabajadoras sexuales es la pérdida de la patria potestad de sus hijas o hijos al dedicarse a esta actividad.

Aunado a la venta ilegal de condones gratuitos, por lo que deben pagar entre 5 a 20 pesos, cobro de cuotas e imposiciones como control sanitario obligatorio.

“Las señoras cuando pasan escupiéndolas o insultando, eso también es un tipo de violencia, ha aumentado muchísimo con sus familiares, también es impresionantes dentro de las familias han tenido mucha violencia de parte de su papá, mamá, hermanos o de parte del marido, de sus hijos también. Creo que la gente como no encuentra soluciones para mejorar su economía, sus necesidades prioritarias, se desquita con la persona que tiene al lado y la persona que sabe que no va a poder decir nada porque se dedica al trabajo sexual y ellas sienten muchas de las nuevas formas de violentar, como que es un pecado, como que esta mal dedicarse al trabajo sexual y lo sufren”, planteó la presidenta de la “Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer”.

Aunado a la violencia que cotidianamente experimentan, también arriesgan su salud, “también es una realidad que han aumentado los casos de VIH e infecciones de transmisión sexual porque muchas veces no saben cómo cuidarse, cómo negociar el uso del condón”.

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