2024: Los amigos de Xóchitl y de Claudia. ¿Quiénes Influyen en las candidatas?

Opinión
/ 3 diciembre 2023

El ambientalismo social es una teoría que afirma que todo aquello que nos circunda de alguna manera nos condiciona. Coloquialmente tendríamos que interpretar como que “el que se junta con lobos a aullar se enseña”.

Hay códigos, formas, lenguaje, estilo, comportamientos que crea un microcosmos al que llamamos cultura. Véalo con su grupo cercano y sobre todo revise cuál es el parecido que tiene con la gente de su lugar de trabajo, sus pares o el grupo de referencia o de identidad al que pertenece. Por supuesto, hay cierto condicionamiento.

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En ese sentido, no sólo es importante preguntarnos sobre quiénes son los candidatos-candidatas, su preparación académica, su historia en el servicio público, su ideología –cuánto se parece a la de usted–, el partido o partidos a los que representa –su trayecto histórico–, el primer círculo en el que se mueve –su equipo de trabajo–, sino también quiénes le rodean, quiénes le hablan al oído, quiénes se sientan con ella-él a la mesa, porque el dicho es muy ilustrativo: “dime con quien andas y te diré quién eres”. Habíamos dicho que el entorno nos condiciona, y esta es una buena clave de interpretación.

Los amigos son un soporte y perviven en el área de lo privado. En este caso hablemos de lo público y con quienes se les ve a las candidatas –“dime con quién andas”–. Le invito a que vaya haciendo un análisis en este sentido, porque también es determinante para saber qué debemos esperar en el futuro inmediato con cualquiera de las dos, más el bateador designado emecista que seguramente surgirá esta semana, a ver si no acaba retractándose.

Primero, porque mucha gente que les rodea –a Claudia y a Xóchitl– son personajes reconocidos que en otro tiempo ya han tenido participación buscando escaños o siendo asesores en campañas o en el servicio público. Nadie está dispuesto o dispuesta y bajo ningún motivo se buscarán perfiles de expertos –académicos o investigadores en diferentes carteras–, sino los mismos todólogos de siempre, otra vez. Aquí viene una vez más la misma pregunta: ¿cuáles son los menos malos? No me refiero a las candidatas y candidatos, sino a la gente que los rodea, en el entendido de que “quien con niños se acuesta amanece mojado”.

El problema son los cartuchos quemados, que no sueltan, que no dejan, que siguen queriendo vivir del erario, que repiten sus mismas formas de comportamiento y que seguramente condicionarán las campañas ahora y después, las formas de gobernar; como si hubiesen tenido éxito cuando les tocó pedir el voto o cuando gobernaron. A lo mejor será importante que alguien le diga a Claudia y Xóchitl que “a vino nuevo, odres nuevos”.

Digo vino nuevo porque de alguna manera las candidatas, para poder tener más certeza y credibilidad, requieren de buscar odres nuevos, porque se requiere gente nueva y expertos en las distintas áreas, al menos en temas de campañas –liderazgo, marketing, discurso, movimiento de masas, entre otras–, y muestren frescura, disruptividad, ilusión, esperanza y ganas de hacer las cosas. No es un tema de la vieja o la nueva política, sino de credibilidad, innovación y confiabilidad del electorado.

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Ahora es la campaña, mañana la clave de interpretación sobre lo que le espera a México en los próximos seis años –2024-2030– se encontrará en el gabinete que, quiéralo o no, tendrá que ver con quienes ahora están dentro de su equipo de campaña. No llamarán a un SNI 3 a trabajar con ellas o él, aunque eso sería lo ideal, estarán llamando a los del círculo cercano. No integrarán su gabinete presidencial con los mejores profesionistas que hay en nuestro país en las diferentes áreas, llamarán a quienes les rodearon en la campaña.

Por supuesto, quienes rodean hoy a los (pre) candidatos no lo hacen porque son buenas personas y buscan “un México mejor”. No se requiere ser mago, andan ahí porque –en los tiempos del mercado– buscan su recompensa, lo cual es lógico y hasta normal. Y, por tanto, una vez que se instalen como virtuales ganadores o ganadoras de la Presidencia, inevitablemente tendrán que cobrar factura. Si en el momento presente ya se andan repartiendo puestos, en vez de meterse de lleno al apoyo de las “precampañas”, qué se espera una vez que se determinen.

¿Quién está detrás o a un lado de Claudia y de Xóchitl? No me refiero solamente a Andrés Manuel, Mario Delgado o los precandidatos de Morena que hoy son fundamentales en el equipo de Sheinbaum. Ni tampoco me refiero a Claudio X. González, Aguilar Camín, Marko Cortés, Vicente Fox, Felipe Calderón, los presidentes del PRI-PAN y PRD o los precandidatos del Frente en el equipo de Xóchitl –aunque no deja de ser importante que sepa que ellos están ahí–, hablo de todos aquellos que mañana les ayudarán –a cualquiera de las dos y a quien designe MC– y tendrán el futuro, su futuro y mi futuro en sus manos.

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Al momento los porcentajes sobre las preferencias de voto son muy marcados entre una y otra, y se debe justo a que quienes les rodean no han hecho adecuadamente su trabajo y, por supuesto, “con esos amigos para qué quiere enemigos”. Sobre todo, que muchos de ellos vienen de experiencias donde no les ha quedado claro que la trampa, el oportunismo, el ataque, la mentira, las fake news y el doble discurso, los ciudadanos lo tenemos más que reconocido y ya estamos hasta el hartazgo de esas prácticas.

Y tropicalizando el tema: ¿Qué opinión le merece el recién anunciado gobierno ciudadano e incluyente de Coahuila? ¿Ya lo revisó? ¿Le parece que sea tan “ciudadano” cómo dicen que es? Así las cosas.

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