Twitteros y Cuernavaca, matar de miedo otra vez

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"Llegué a las 11 de la noche del viernes a Cuernavaca y la encontré desolada, sin policías y sin soldados", cuenta el senador del PRD, Graco Ramírez, vecino de la ciudad desde hace 20 años. "Ni un alma, todo cerrado".
El jueves 15 se comenzaron a colocar en Twitter y Facebook mensajes para pedir que la gente no saliera de sus casas, porque a las ocho de la noche del viernes habría una ¡balacera entre narcos!
"Se enfrentarán las bandas rivales en Cuernavaca, por lo que han establecido un toque de queda y han adelantado que este fin de semana será el más sangriento que ha vivido el país", decía uno de los mensajes más reproducidos que, además, alertaba no vestir de negro, "ya que será la forma en que uno y otro bando se distingan para enfrentarse en las calles".
Una versión tan inverosímil no tendrá la menor relevancia, pensé. Me equivoqué. Olvidé la matanza de diciembre, la de Arturo Beltrán Leyva, y su secuela de horror. Y los dos cadáveres colgados en un puente la semana pasada.
Ganó el miedo. Cuernavaca cerró y se encerró. Bares, antros y restaurantes colgaron el letrero de regresamos el lunes.
"La gente tiene mucho miedo, terror, y se siente desamparada de parte del Gobierno", acusa Graco. Con razón: ni el Gobierno municipal ni el estatal hicieron el esfuerzo de combatir el rumor el viernes. Los discursos posteriores no sirvieron de gran cosa. Otra vez, como en Reynosa: un maravilloso instrumento de difusión cae en manos de los irresponsables o, tal vez, de los propios criminales que, por la razón que sea, quieren matar de miedo a los ciudadanos. Por cierto, no pasó nada en Cuernavaca viernes, sábado ni domingo.