Una victoria que augura reelección

Opinión
/ 1 mayo 2011

El Presidente Barack Obama, además de ser recordado como el primer presidente afroestadounidense, ahora será recordado por haber ordenado el operativo en el cual murió Osama Bin Laden. Esta muerte y el liderazgo demostrado por el mandatario en su extraordinario discurso anunciando la muerte de Osama, seguramente darán a Obama la reelección en los Estados Unidos.

La muerte de Osama Bin Laden no terminará con la posibilidad de futuros ataques terroristas en contra de los Estados Unidos y países europeos. No habrá un cambio importante de la estrategia de esa nación norteamericana ante las dos guerras que mantienen en este momento en Irak y en Afganistán. Y seguramente habrá voces que cuestionarán la veracidad del anuncio del presidente Barack Obama de que, después de casi 10 años de los atentados terroristas del 9/11, por fin Osama está muerto. Pero se tiene que subrayar la importancia que representa para los Estados Unidos, y varios países europeos, la muerte del dirigente de la organización terrorista Al Qaeda en manos de agentes, probablemente fuerzas especiales.

Hoy recuerdo colegas que murieron, y también mi oficina en el Pentágono que desapareció ese 11 de septiembre del 2001.

La preocupación de otro ataque terrorista contra Estados Unidos y otros países no va a disminuir. Algunos expertos señalan que de hecho quizá incrementa la posibilidad de otro ataque ante la muerte de Bin Laden. Osama, de 54 años de edad, era considerado el más importante enemigo de los estadounidenses, no sólo por ser el autor de los atentados terroristas en las Torres Gemelas en Nueva York, en 2001, en el Pentágono y la caída de un avión en Pensilvania, todo ello el 11 de septiembre de 2001; además se le atribuye el ataque a la nave USSCole en el 2000, donde murieron 17 marinos, así como la explosión de bombas en dos embajadas americanas en Africa en 1998, donde murieron más de 200 personas.

Desde la perspectiva política y de seguridad nacional era el objetivo más importante de Estados Unidos, por lo cual resulta increíble que haya podido evadir la ira de la primera potencia mundial por tanto tiempo. Este sin duda es un triunfo de la seguridad nacional de EU.

La muerte de Bin Laden sí cambiará el paradigma del terrorismo mundial, ya que no existe un individuo que pueda reemplazar el carisma, la convocatoria y los fondos que ponía aquél sobre la mesa. La preocupación de Estados Unidos, los europeos, Australia, y otros países tendrá que enfocarse en otras amenazas terroristas, que seguramente no tendrán la misma capacidad de convocatoria que tuvo Al Qaeda.

El Presidente Felipe Calderón, después de esto, necesita un operativo de inteligencia -de la misma contundencia como el de Obama- en contra del enemigo número uno del crimen organizado en México. Así de alta le puso la vara Obama.

 

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