`Engañé a mi esposa, no sé qué hacer para que me perdone, estoy arrepentido.'

COMPARTIR
TEMAS
QUERIDA ANA:
Antes que nada quiero felicitarla por su columna. Siempre que tengo oportunidad de leer el periódico, no dejo de leer su columna, también porque ayuda a la gente que le escribe para pedirle sus consejos. Yo no pensé que fuera a escribirle para pedirle un consejo o pedirle ayuda, pero créame que lo necesito. Espero que pueda ayudarme.
Soy un hombre de 38 años, profesionista y aún casado (de casi 10 años de matrimonio), y digo aún porque no sé qué va a pasar con mi matrimonio. Mi esposa, puedo decir, que es una gran mujer, es profesionista, es inteligente, es exitosa tanto en su trabajo como fuera de él, es la mujer que todo hombre quisiera haber tenido a su lado como pareja. Es linda, hermosa y de un gran corazón. Con estas cualidades, ¿cómo puede usted pensar o creer que tengo un problema? Pues así es.
El problema es que fui un hombre "miserable" con ella. Le fallé como esposo, como amigo y como hombre, la humillé de la manera más vil que pueda existir, la pisoteé como si no supiera que es un ser humano, la engañé con una mujer de la calle, y como se dio cuenta, pues no tuve más remedio que confesarle lo que había pasado (aún y cuando no llegué a tener relaciones sexuales con esta mujer porque no pude hacerlo. y me refiero a "no pude"), pero ella, por la confianza que perdió en mí, pues no cree ni una sola palabra de lo que le dije.
Dejé pasar unos días para que se le pasara un poco el enojo y estuviera más tranquila y pensara las cosas. Durante esos días yo hablé con un sacerdote porque creí que necesitaba la palabra de Dios, porque tenía un gran vacío dentro de mi alma, porque hacía unos meses había fallecido mi señora madre y porque no he encontrado un trabajo. (Tal vez fue esa depresión la que me llevó a hacer lo que hice, pero pienso y creo que no hay justificación). Y le platiqué al sacerdote lo que había pasado. De alguna manera me dio un gran alivio dentro de mi alma, pero créame Ana que no sabe cómo me siento ahorita, de cuanto estoy arrepentido de lo que hice, de cómo le fallé a mi esposa, y también a Dios, quien nos unió en el santo sacramento del matrimonio.
Después de esos días que dejé pasar, le pedí a mi esposa perdón por todas las humillaciones que le hice pasar, por todas las mentiras que le había dicho, que no había sabido ser ante todo su amigo, su confidente y por no ser el esposo que ella hubiera querido tener.
Ahora no sé cómo acercarme a ella para platicar y hacerle ver que estoy arrepentido, que estoy dispuesto a cambiar y ser un buen esposo para ella. No sé qué estará pensando ahora ella, no sé si estará pensando en divorciarse de mí, yo he tratado de procurarla, le hablo por teléfono todos los días para saber cómo está o si necesita algo, pero nada más. Siento que me desprecia al verme (y con justa razón). Yo no he tocado el tema de que me perdone y me permita demostrarle que la amo y que lo que pasó fue un error que yo cometí porque somos sereshumanos y que a veces nos equivocamos y que no volverá a suceder. Creo que no tengo cara para verla a los ojos y pienso y creo que no merezco su perdón y que debo dejarla ser feliz con alguien más, ya que conmigo no lo ha sido del todo.
Ana, déme su consejo. ¿Qué hago? ¿Sigo intentando hablar con ella o definitivamente la dejo libre? No sabe cuan arrepentido estoy ahora me he quedado solo.
Si quiere publicar mi carta, tiene mi permiso y le pido que ponga en su columna "Traicionero del corazón". Espero su pronta respuesta y le envío un cordial saludo. Gracias.
TRAICIONERO DEL CORAZON
QUERIDO TRAICIONERO DEL CORAZON:
Está usted muy, muy arrepentido de su falla, se siente profundamente culpable, y eso está afectando su personalidad y tal vez hasta pueda afectar su salud física. El complejo de culpa resquebraja su confianza. Cuando se mira introspectivamente, ve sus imperfecciones y sus errores. Se da cuenta como es y cuáles son sus errores y se ha percatado de su debilidad. Los sentimientos de culpa lo sucedido y obscurecen su futuro. Amigo: Siente que su pasado está manchado por el "pecado" y el futuro es solamente una extensión del pasado. El pecado es desalentador y constantemente le recuerda que no es digno de amor ni de respeto.
Todo eso lo ha expuesto en su carta. Pero ¿qué resulta de todo ello? Se siente inseguro, ha perdido el entusiasmo y se preocupa por usted ("estoy arrepentido y me he quedado solo"), y ha dejado de ocuparse de buscar un empleo, y sobre todo enfrentar con valor y decisión la situación y hacer algo para remediarla. Pero esa no es la única consecuencia de su "pecado". Debido a que ha formado un bloque emocional que le impide enfrentarse a los hechos, solamente le llama a su esposa por teléfono para saber cómo está o si necesita algo. No le ha tocado el tema de que lo perdone y poder demostrarle que cometió un grave error, que está arrepentido y asegurarle, jurarle, que no volverá a suceder. Es perfectamente comprensible que sienta vergüenza de mirarla a los ojos, pero haga a un lado esa vergüenza, ármese de valor y convénzala de que la ama más que a nadie o a nada, que ella es la razón de su vida, de que es un hombre vacío y a la deriva si ella no está a su lado. Pídale que lo perdone. Humíllese. Humillarse por amor no es vergonzoso. No pierda más tiempo, hoy mismo búsquela y mírela a los ojos, con sus ojos llenos de arrepentimiento y de amor, de la invariable voluntad de no engañarla nunca más; que digan que la vida juntos es posible y que esa vida puede volver a estar llena de dicha. Un amor tan grande como el suyo sólo puede ser correspondido con amor y perdón.
ANA