En la cárcel por defensa propia
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Angel Postigo es el primero en reconocer que fue un gran error buscar los "servicios" de una sexoservidora ese 25 de mayo del 2008, pero nunca imaginó que ese primer error sería el inicio de un calvario que lo llevaría hasta donde está el día de hoy: condenado a 20 años de prisión por un homicidio que no cometió. Esto me lo contó él mismo desde la cárcel, donde lo entrevisté para un documental que se transmitirá el 28 de septiembre a las 5:30 a.m. en Proyecto 40.
El segundo error de Angel fue denunciar casi inmediatamente el asalto que enfrentó por parte de varias personas de la banda que lideraba la mamá de la sexoservidora. Nos cuenta su sorpresa cuando lo detienen las autoridades junto con las personas a las que acusaba del asalto.
Lo golpearon varios hombres cuando intentó escapar del hotel, además le quitaron sus pertenencias. Cuando uno de los asaltantes lo encañonó con un arma de fuego, reaccionó con una técnica de defensa que el mismo Postigo le enseña a sus estudiantes, ya que es un reconocido artista marcial, especialista en artes de defensa filipinas, cinturón negro octavo dan.
Es en estas situaciones cuando un maestro confirma que sus teorías funcionan ante la realidad. Ese pequeño pero certero movimiento fue lo que probablemente le salvó la vida, ya que pudo esquivar una bala. Pero ese proyectil encontró dueño: la mamá de la sexoservidora y líder de la banda.
El tercer error de Postigo fue ser experto en artes marciales. Lo detienen por lesiones y lo acusan de haber disparado el arma. Hay pruebas científicas que usan las autoridades para establecer quién disparó un arma, prueba que se aplicó a todas las personas relacionadas con este incidente. Y todos salieron con un resultado negativo de la prueba de rodizonato de sodio, pero aun así la juez desechó el resultado de esta prueba científica, porque ella aseguraba que por ser artista marcial, seguramente Angel tenía "conocimientos especiales" que le permitían encubrir el uso de un arma de fuego.
Lo increíble es que la juez hace referencia a una revista de artes marciales donde reseñan a Angel y donde se promociona un curso de defensa de armas -curso en el que Angel no participaba-. "Por lo cual, se puede inferir válidamente al igual que la juez, que el acusado tiene conocimiento sobre el manejo de armas de fuego y, por tanto, en todo lo relacionado con las mismas como bien puede ser la manera de detectar quién accionó una arma y cómo ocultar los rastros que deja tal actividad, sobre todo porque se toma especial consideración que el curso va dirigido a policías y militares".
El argumento es tan ilógico que les cito una parte del texto del mismo proceso para que entienda las irregularidades en este caso. Pero, eso sí, esta misma juez liberó a todas las personas que Angel acusaba de asalto y las encontró inocentes de todos los cargos.
La parte más alucinante de este caso es que inicialmente la misma juez condenó a Angel Postigo por lesiones, pero cuando la supuesta víctima regresa al hospital 50 días después y muere, aquélla decide continuar con el proceso y condenar a Angel a 20 años por homicidio.
Seguramente Angel tuvo una mala defensa, también uno puede tildar a las autoridades judiciales de incompetentes o de corruptas. Pero uno considera que Angel Postigo es uno de los pocos individuos que reciben una condena en este país: hay que recordar que solamente 1% de los delitos se denuncian y los "presuntos culpables" reciben una condena. Si ésta es la realidad del sistema de justicia en el país, ¿no sería mejor simplemente cerrar el changarro y reconocer que en México la justicia no existe?
Finalmente, Angel cometió el supremo error de creer que en México uno tiene el derecho a defenderse ante los criminales. Frente al incremento de la violencia en el país, las personas están buscando cómo defenderse ante la criminalidad. Algunos toman cursos de seguridad personal, otros compran armas. Pero el hecho es que aquí la legislación claramente favorece a los criminales, no a las víctimas. He documentado casos donde personas, haciendo uso de un arma o de una técnica de defensa personal, enfrentan a un agresor y acaban en la cárcel o pagando los servicios médicos del asaltante.
Y es que una de las lecciones que uno puede deducir de la trágica experiencia de Angel Postigo, como me lo comentó en el portal "www.noesjusto.mx": Si te asaltan pierdes, si te defiendes y acudes a denunciar, también.
Más información sobre el documental en "www.anamariasalazar.com".
@amsalazar