`Mi novio está molesto conmigo porque ya no estoy dispuesta a prestarle más dinero.'

COMPARTIR
TEMAS
QUERIDA ANA:
Buenos días. Espero que pueda orientarme para tomar una decisión en un problema que tengo, lo que agradeceré tanto.
Tengo un novio con el cual tengo discusiones constantemente y siempre son por el dinero. Él no está acostumbrado a ahorrar o planear para el futuro y yo soy todo lo contrario de él. Pero mi novio piensa que si necesita o quiere comprar algo yo debo proporcionarle el dinero.
Él renunció a su trabajo hace unas semanas, antes de buscar otro o de tener alguna oferta y desde luego yo he terminado pagando sus gastos. Hace algunos meses le presté dinero para comprar un carro usado. Ya me pagó la mitad pero todavía me debe el resto y no tiene para cuándo pagarme. Me ha pedido dinero desde que no tiene empleo y ¡el colmo! Me pidió dinero prestado para comprarme un regalo por mi cumpleaños.
Soy madre soltera y tengo un niño. Una señora me lo cuidaba y yo le pagaba pero renunció hace diez días, entonces mi novio se ofreció para cuidarme al niño hasta que encuentre a otra persona que me lo cuide. Cuando le dije que no le podría pagar la misma cantidad que a una niñera porque él se desayuna, come y cena en la casa, se enojó y me dijo que soy una fijada, una avara y me acusó de nunca haberle ayudado y de no haberlo amado. También me dijo que me estoy aprovechando de su bondad porque yo tengo un trabajo y él no. Está muy enojado porque me pidió más dinero prestado para ponerse "en sociedad" con un amigo de él en un negocito de venta de pastelillos, dulces y sándwiches en las oficinas. Yo me negué y por eso anda furioso.
Por lo que le he dicho y otras cosas más, muchas, se dará usted cuenta de que sí lo he ayudado y lo quiero y de que trato de que prospere, pero es un mal agradecido y no tiene vergüenza cuando debiéndome bastante todavía del carro, aún me pide más dinero.
¿Qué piensa usted y que me aconseja que haga?
LOU
QUERIDA LOU:
Estoy de acuerdo contigo de que tu novio ha hecho de la ingratitud un arte y también le falta vergüenza. Debes mantenerte firme en tu decisión de no prestarle más dinero. Dile que al contrario, esperas que te pague lo que aún te debe, que el banco está cerrado. Ese hombre es un barril sin fondo. Pienso que debes continuar tu vida sin él.
ANA
QUERIDA ANA:
Mi esposo y yo tenemos dos hijos, una niña de cinco años y un niño de tres. Él ha andado batallando con sus trabajos. Ya sabe usted lo difícil que está ahora la situación y no hay muchas oportunidades. Sin embargo, él siempre ha estado dispuesto a hacer cualquier trabajo honrado que se presente para que no nos falte al menos donde vivir, la comida y ropa para los niños, aunque sea de segunda.
Estábamos viviendo en una casita en una parte fea de la ciudad, no estábamos contentos ahí pero no habíamos podido salirnos. Un día una prima vino a buscarme y me dijo que nos rentaba la mitad de su casa que es algo grande para ella y que está en un rumbo bastante bueno, mucho mejor que donde estábamos viviendo. Me dijo de la renta y no me pareció mal. Le dije que iba a consultarlo con mi esposo cuando regresara del trabajo y cuando le dije a él le pareció muy bien, así que aceptamos y nos cambiamos.
Al principio todo fue muy bien. En la parte que ella vive también vive una muchacha joven. Nuestra parte está algo separada de la de ellas pero compartimos la cocina. Yo le pregunté a mi prima si la muchacha no recibiría hombres para dormir y me dijo que no. A la muchacha le gustan las fiestas y ha hecho varias. Eso no nos molestaría a nosotros porque se terminan como a las doce de la noche y no son muy seguidas y no muy ruidosas, pero un día ella invitó a un muchacho a quedarse a dormir, y no solamente a dormir, se ha quedado durante varios días. Y él se sirve de nuestra comida que tenemos en el refrigerador y en la despensa, lo que no habían hecho ni mi prima ni la joven.
Yo le comenté a mi prima que no nos parecía que ese muchacho estuviera en la casa y tampoco que tomara de nuestra comida, pero me dijo que no nos molestáramos, que no era gran cosa y no debería importarnos.
Sí me importa, y mucho, Ana. Me importa que él viva ahí y también que se coma nuestra comida que mi esposo gana con mucho esfuerzo, pero me importa mucho por mis hijos. No quiero que ellos tengan ese ejemplo, que vivan en ese tipo de atmósfera. ¿Estoy equivocada y me estoy comportando demasiado exigente? Dígame la verdad, por favor. Gracias.
VECINA INCOMODA
QUERIDA VECINA INCOMODA:
No estás equivocada. Tú y tu marido son responsables de fijar los estándares de acuerdo a los cuales sus hijos van a vivir. Te sugiero que comiences a buscar los avisos de ocasión del periódico y cuando tu esposo y tú vayan por la calle, fíjense a ver si encuentran alguna casa o departamento disponible para rentar, que esté al alcance de sus posibilidades y de esa manera puedan vivir de la manera que ustedes desean. Dile a tu prima que las actuales condiciones no son como las pactaron.
ANA