Dos Caminos por Andar
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Los Dobles Discursos
Encuestas Imbatibles
Cada día recuerdo una de las sentencias de Josefina Vázquez Mota, cuando conversé con ella en febrero de 2010 -"2012: La Sucesión"-, respondiendo a qué habría sido lo peor para ella en su carrera política. No dudó al responder que la mezquindad, "incluso dentro de mi propio partido". Guardamos ambos unos instantes de silencio, acaso meditando sobre la profundidad de lo dicho. Debo reconocer que en ese momento descubrí en el personaje una autenticidad que no es frecuente en los políticos de primera línea e incluso comencé a valorar la posibilidad de su candidatura como una salida fresca para el panismo arcaico. Sin embargo, sus derroteros fueron los mismos, desde el instante en que se puso en manos de la avanzada de la reconquista, a manos de los catalanes ahora, para intentar ganar las elecciones "a cualquier costo".
Pese a lo anterior ha sido evidente que su despunte espectacular durante la precampaña, ha ido cesando poco a poco al tiempo de que su más inmediato perseguidor en la carrera presidencial, Andrés Manuel López Obrador, sube puntos como si fueran escalones en una resurrección insólita en la vida institucional del país en donde los cartuchos quemados no vuelven a ser disparados. La regla, por lo visto, no es infalible y el unificador perentorio de las izquierdas está haciendo lo suyo a pesar de los cruces internos de los partidos que le postulan.
Es evidente, además, un nuevo viraje entre quienes mueven la parafernalia presidencial -los amigos de las tardeadas, para decirlo sin eufemismos-, y sienten que Doña Josefina no es precisamente una carta que puedan mover tan a su antojo. Y tal circunstancia les ha llevado a hacer sonar las alarmas desde ahora, sobre todo por sus graves pecados, mismos que sólo podrían solventar, no con la justicia y la aplicación de la ley, sino con la injusticia de la impunidad; y para ello, claro, requieren una complicidad a prueba de mil cañonazos. Y ya no ven a la señora Vázquez Mota con la misma mirada del correligionario incondicional sino con la del calculador que especula con su futuro. Es en este punto, acaso, en donde han cambiado las apuestas y los malos vientos.
Tenemos, por tanto, dos perspectivas que van modificándose con el peso de las condicionantes del presente y de los intereses de la "cúpula del poder", en donde Felipe Calderón y sus colaboradores cercanos disponen a su entender los caminos a seguir `para asegurar una continuidad que no deje dudas ni posibilite el linchamiento sexenal contra los predadores del pasado que únicamente quieren disfrutar de cuanto obtuvieron a la sombra de una Presidencia obtusa, a la mitad de nada sería mejor explicar, entre el autoritarismo ramplón y los sueños guajiros de democracia.
Analicemos las dos posibilidades que surgen en torno a la señora Vázquez Mota, independientemente de sus andares y quebrantos personales -da la impresión de haberse cansado demasiado pronto o incluso mareado con la oleada de las adulaciones-:
A).- Desde la oficina presidencial, quienes disponen de la agenda del mandatario en vigor pudieron haberse dado cuenta de que con Josefina en la Primera Magistratura no estarían del todo seguros. Además, a no pocos panistas -dentro de un partido que llegó a caracterizarse durante un tiempo como misógino por acortar las carreras políticas de algunos de sus más valiosos contingentes femeninos, algunos de los cuales debieron situarse fuera para proseguir-, les sigue molestando la idea de estar abanderados por una mujer capaz aunque terriblemente vulnerable. Josefina, a diferencia de otras señoras de la política, es de acendrado femenismo que se refleja en su ansiedad y su angustia inocultable cuando se enfrenta a situaciones de extrema gravedad. No es que las mujeres sean débiles -no nos confundamos- sino que su temperamento suele ser frágil ante los riesgos, sobre todo dentro de la cultura nuestra en la que es frecuente el papel de las mujeres sumisas en demanda de protección machista. No es lo deseable, pero lo tenemos muy a la vista.
Es, precisamente, lo que descubrí en Chihuahua, en 2005, cuando escribí "Ciudad Juárez", al percatarme de que los cargos públicos de mayor trascendencia para resolver los llamados "feminicidios", todos, estaban en manos de mujeres; y fue mayor el impacto cuando yo mismo, acostumbrado a los peores horrores, no pude evitar sentirme terriblemente mal ante la dantesca imagen de los cuerpos destazados por los criminales. Incluso dialogué sobre ello con la entonces procuradora, Patricia González, quien como respuesta me aseguró que pronto integraría a varones a su cuerpo de elite... pero uno a uno fueron cayendo antes de tomas posesión de sus cargos prometidos, como en el caso del abogado Julián Sosa González, de Juárez, cuyo asesinato, en pleno centro de la urbe fronteriza, sacudió profundamente a este columnista. Desde luego, al respecto, como en el caso del hermano de la ex procuradora, no se ha avanzado un ápice.
Se sabe que, en principio, Calderón se inclinaba por apoyar, al estilo Zedillo, al aspirante del PRI, su adversario Enrique Peña, barriéndole la ruta quizá dando seguimiento a los propósitos de la Casa Blanca; pero poco después, cambiaron las señales y volvió a exaltar a su partido como la única solución viable, creyendo, de firme, que los panistas postularían a su nuevo "delfín", Ernesto Cordero. Pero no fue así y debió apoyar, a regañadientes, a Josefina a quien incluso se ha visto comiendo, en restaurantes de lujo, con la primeras dama claro.
De allí que para el mandatario no fuera un problema mayor mirar, de nuevo, hacia otra perspectiva, la del PRI, para tranquilizarse. Y tal se refleja en el manejo inductivo de las encuestas, sobre todo las diarias, cuyos vaivenes comienzan a ser peligrosos por otros motivos.
B).- Para algunos las señales de debilidad evidente de la señora Vázquez Mota aunadas a la crecida, paso a paso-o voto por voto- de López Obrador, obliga a pensar, sin que sea disparatado, en una declinación de la primera a favor del segundo, como cúspide de los ensayos aliancistas de 2010. Con ello sabríamos, a ciencia cierta, los verdaderos designios de los laboratorios montados hace dos años y que tan buenos resultados dieron, sobre todo a quienes optaron, desde el PRI, por las candidaturas del PRD y el PAN mancomunados. Repito: salvo algún caso -el de Hidalgo, en concreto-, las jugadas resultaron exitosas. Y la memoria política no admite rescoldos.
Esta segunda perspectiva, desde luego, puede incluso resultar chocante en la visión actual, pero no es, repito, del todo imposible desde la visión de la "República amorosa" capaz de reunir a los herederos de los Montesco y los Capuleto que tan bien avizoró el genio de Schakespeare en su "Romeo y Julieta". Lo de Andrés y Josefina sería, por tanto, casi natural y digno de una nueva versión de la obra inmortal. Es cosa de apostar y esperar.
Debate
Los intereses cambian a cada momento. Un referente de ello lo tenemos en la amarga experiencia del doctor Zedillo, entre el filo de la traición y el entreguismo para salvar sus propias espaldas como lo ha hecho hasta ahora convertido en el mexicano más influyente el los círculos decisivos de Washington, incluso con mayor presencia a la de Carlos Salinas quien, desde hace años, ha concentrado afanes hacia el interior del país separándose un poco de sus grandes respaldos estadounidenses.
En este sentido, es evidente que los "puentes" erigidos entre la casa presidencial y la de la campaña panista, con los pilares catalanes encabezados por Antonio Solá quienes se sienten tan invencibles como el sofocante "Barsa", el buque insignia de la Independencia de Cataluña, se han deteriorado ante la coyuntura de contar con una candidata cuya dignidad no está en venta, por una parte, pero extremadamente vulnerable, en cuestión de resistencia y emotividad, ante el acoso de las mafias. ¿Cuál sería su reacción, por ejemplo, si sus hijos son amenazados?
No se olvide que ya hay un antecedente frustrante: el de Diego Fernández de Cevallos quien, en 1988, dejó de tener el vigor necesario para cerrar su campaña luego del asesinato de Colosio. Él insiste en que la verdad es otra; que lo dejaron solo los medios. Pero la duda pervive y él no se ha preocupado gran cosa en aclararlo. (Véase "El Gran Simulador"). Dice el refranero popular que el miedo no anda en burro.
Desde luego, en este momento, las fuentes del presidencialismo autoritario, vía Genaro García Luna, tienen corrientes más fuertes que incluso las de las mafias del narcotráfico. Y Josefina lo sabe, además porqué está rodeada de elementos afines a Calderón o contratados por éste. Es el gran desafío para la señora Vázquez Mota.
La Anécdota
Esto de las encuestas en ocasiones provocan risa. Sobre todo conociendo los antecedentes de 2006 cuando envolvieron a López Obrador en el mitote y luego lo redujeron a cenizas parlanchinas. Lo mismo ahora cuando se juega al alcance o al rebase, pero no se sabe si en pos del primer lugar o del segundo. Me parece que la primera en preguntárselo es la señora Vázquez Mota quien difícilmente podrá entender como pueden darse vaivenes tan espectaculares -de casi un empate técnico a veinte puntos de desventaja para luego volver a mejorar su condición y perderla, semana a semana-, en medios informativos no precisamente rigurosos.
Y mientras ello ocurre volvemos a insistir en que dos son los escenarios en donde el Legislativo ni siquiera ponderó alguna revisión: el del dinero sucio dentro de las campañas y el de las encuestas erigidas en rectoras de las campañas electorales. Seguimos atados al mismo punto manipulador.
LAS COSAS, POR LO VISTO, SIGUEN IGUAL EN MATERIA DE ESPIONAJE CIBERNÉTICO. PERO VAN A EMPEORAR.