Espionaje, cinismo bilateral
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La respuesta del gobierno de EU a la Secretaría de Relaciones Exteriores sobre el espionaje cibernauta global que tocó a México, es que `nosotros no hacemos' ese tipo de actividad
La respuesta del gobierno de Estados Unidos a la Secretaría de Relaciones Exteriores sobre el espionaje cibernauta global que tocó a México, es que "nosotros no hacemos" ese tipo de actividad. Ese "nosotros" raya en lo cínico. El Departamento de Estado puede burlarse de los funcionarios mexicanos y decirles que no espían, pero no pueden ocultar que otras áreas del gobierno de Barack Obama están embarcadas en el proyecto de intervención más amplio en la historia, ante lo cual la respuesta de México ha sido tímida, pusilánime o, por decir los menos, cautelosa y limitada.
Las diapositivas del programa secreto de la Agencia de Seguridad Nacional X-Keyscore, la red de inteligencia digital revelada este miércoles por el diario británico The Guardian, muestran que ese espionaje minó las cuentas los usuarios de teléfonos e internet en México, cuya soberanía fue violada.
El que este sea un asunto de nulo interés ciudadano, no debe impedir que el Congreso exija explicaciones a los secretarios de Gobernación de Relaciones Exteriores, sobre este espionaje trasnacional.
Las diapositivas revelan tres sitios donde el programa intervino los servidores para extraer la información de inteligencia que pensaban relevante. Uno es Nuevo León, aunque no se puede precisar en qué punto de ese estado. Para efectos de argumentación se puede asumir que se trata de Monterrey, donde se ubican los servidores para toda la comunicación con el exterior. Es decir, cualquier comunicación electrónica y telefónica de México al mundo y viceversa, pasa por esos nodos.
El programa permite barrer correos electrónicos, chats, actividad en los medios sociales, y rastrear el historial de navegación de millones de usuarios sin tener una orden judicial. Si a principio de los 90 la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos votó para que las leyes de esa nación tuvieran jurisdicción transfronteriza, el X-Keyscore permitió al gobierno de ese país entrometerse en la vida de millones de extranjeros sin necesidad del trámite de una orden judicial. Es la universalización del Acta Patriota, donde los derechos humanos del mundo están subordinados a los intereses de Washington.
El otro destino de X-Keyscore es Quintana Roo. Tampoco se sabe en qué ciudad en específico interfirieron las comunicaciones. Existe la posibilidad de que sea Cozumel, que desde el sexenio pasado es el punto de entrada de toda la aviación de carga desde Centro y Suramérica, con el propósito de combatir la lucha contra las drogas. En el Cono Sur tienen detectadas redes terroristas que se han ido expandiendo hacia el norte del Hemisferio. Sin embargo, se puede alegar de manera más persuasiva que el programa podría estar más interesado en infiltrar los servidores en Cancún.
Cancún es el punto de entrada de los cubanos: aquellos que ya no pueden llegar a Miami de manera directa y buscan un país de tránsito hacia Estados Unidos, y quienes usan el puente aéreo delincuencial entre La Habana y ese destino. Esa ruta, alimentada por años por exfuncionarios mexicanos y cubanos que operaban con protección institucional, ha permitido a los servicios de espionaje cubanos infiltrar activos de inteligencia en las redes de narcotráfico y tráfico humano. Una de las preocupaciones en Washington desde 2001, es que esas redes sean utilizadas no sólo por las mafias rusas, chinas y coreanas como hasta ahora, sino por organizaciones como Al Qaeda, Hamas y Hezbolá.
La razón por la cual se encuentra el Distrito Federal es la más entendible. En la ciudad de México se encuentran las plataformas de los sistemas de espionaje civil y militar del Estado Mexicano, y las estaciones centrales de los servicios de inteligencia de todos los gobiernos con embajadas en la capital, y que ven la inteligencia como un brazo de la diplomacia. También se encuentran las organizaciones musulmanas que vigilan desde hace varios años con el apoyo táctico del Cisen, que les ha impedido recibir dinero del exterior para sus mezquitas.
¿Qué tanto conocen hoy los servicios de inteligencia estadounidenses de México y los mexicanos? Imposible dimensionarlo. ¿Qué tanto sabe el gobierno mexicano de ese espionaje? Necesitamos conocer. La idea de realizar audiencias en el Congreso en los próximos días para entender la magnitud de lo que hizo Estados Unidos en este país, es una obligación y responsabilidad que deben asumir los legisladores. No impedirá que Estados Unidos siga violando la soberanía nacional, pero sí presionará al Gobierno Mexicano para que exija explicaciones y no acepte argumentos cínicos como hasta ahora le han dado. Si quiere diferenciarse de la administración de Felipe Calderón, esta es su verdadera oportunidad. Si violan derechos de los mexicanos, no puede limitarse sólo a susurrar a la prensa que están enojados.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter: @rivapa