El Mundial de Carlos Vela
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Recuerdo con mucho agrado el Mundial Sub-17 en el que Carlos Vela y sus compañeros, bien dirigidos por Chucho Ramírez, se coronaron campeones del mundo en Perú 2005. Fue el primer campeonato mundial oficial que ganó México y de gran motivación para las nuevas generaciones.
Y me refiero a nivel juvenil, pues en esa misma categoría se ganó otro Mundial, con Raúl Gutiérrez, un subcampeonato y, por supuesto, la medalla de oro olímpica en Londres 2012.
Esta mentalidad juvenil arrasó con todo tipo de circunstancias que podrían afectarles, como la presión y la tensión que se genera ya en la Selección mayor. Pero a ellos, eso no les inquietó, pues desconocían esa presión.
Cuando ya se es profesional y eres considerado para jugar con el Tri mayor, es cuando vienen los malos manejos, y entonces, los jugadores no están ni a gusto ni contentos con el cómo se manejan las cosas internamente. Sólo algunas de esas quejas salen a la luz.
No solamente Carlos Vela ha manifestado que no le gustan algunas cosas. Él sigue siendo un jugador en activo y le quedan muchos años por delante para seguir brillando a un alto nivel, como lo está haciendo ahora.
La mayoría de los jugadores no se comprometen, por no decir todos. Pero algunos tenemos el carácter como para poder asesorar y orientar a aquellos que no han sido tratados de la manera correcta, como se hace en la mayoría de los países del mundo.
En la Selección hay cosas que difícilmente, los jugadores pueden exteriorizar, porque basta que se manifiesten como para que sean señalados y haya ciertas represalias deportivas, particularmente en futuras convocatorias. Y eso viene de siempre, porque aquellos que hemos estado inquietos y hemos señalado molestia porque los jugadores son tratados como esclavos u objetos, hemos sido incómodos.
Y esto no tiene que ver con sus sueldos, porque la mayoría gana muy bien o lo suficiente como para vivir dignamente. Me refiero a un mejor trato.
No me extraña que Vela no quiera decir qué es lo que no le gusta de la Selección, pero los que hemos estado como jugadores y entrenadores, tanto a nivel de clubes como en la Selección, sabemos de lo que habla.
Hace poco, Javier Aguirre reconoció presiones de algunos dueños de los equipos âprevio al Mundial de Sudáfricaâ para seleccionar a uno u otro jugador para subir sus bonos y así poder venderlos más caros.
Qué bueno que Javier haya comentado estas cosas, para que así se sepa que hay cosas que no gustan, pero que las siguen haciendo.
Yo también recibí sugerencias y presiones de algunos dueños de clubes. El que más fue el dueño de Chivas, quien me sugería no convocar a jugadores, como Cuauhtémoc Blanco, El Bofo Bautista y Oswaldo Sánchez, por ser mayores... y también porque habían tenido problemas con él.
Pero ni accedí ni le hice caso. Por eso se agudizó la presión que él ejercía en la Comisión de Selecciones Nacionales (en la que él estaba) para que se acelerara mi despido del Tri.
No me extraña la inquietud de otros jugadores, que ya están señalando situaciones que no les agrada. Un tema importantísimo es la explotación de la imagen de los jugadores que están en la Selección Nacional; les hacen firmar un contrato en el que se comprometen a vender su imagen y la del Tri.
Aunque son anuncios muy bien pagados, los jugadores que participan en ellos reciben poco dinero, lo cual se me hace muy injusto.
Ya he citado como ejemplo a la selección de España, en la que todo el dinero recabado por concepto de patrocinio es repartido al 50% entre la Federación y los jugadores.
En mi etapa como técnico supe que la recaudación que se esperaba en esos cuatro años previos al Mundial de Sudáfrica era de 100 millones de dólares, únicamente por concepto de patrocinadores oficiales, no de derechos de televisión. Tan sólo en el tiempo en el que yo estuve presente se recabó ese dinero. ¡Imagínense!
Por eso, el nerviosismo que hubo cuando México casi se queda fuera del Mundial de Brasil, pues se perdería muchísimo dinero.
No sé cuánto de ese dinero les dan a los jugadores, pero sería bueno que ellos sepan que tienen que defender sus intereses.
El caso Carlos Vela no ha terminado. Este pudo haber sido el Mundial de Carlos V... aunque también puede serlo, sin jugarlo.
¡Que te lo digo yo!