¿La torre de Babel o Hasta el fin del Mundo?

Opinión
/ 2 octubre 2015
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Tal y como anticipamos terminó Lo que la Vida me Robó e inició lo que se suponía fuera ser el remedio a tanta violencia y desgarriate que fue Hasta el fin del Mundo.

Nada qué ver. Pareciera que al productor coahuilense Nicandro Díaz se le hubiera olvidado que a finales de los 90 nos brindó historias encantadoras a pesar de ser refritos.

 Pues si bien entre tantas fallas que tuvo algo que dio en el clavo para el éxito popular de Lo que la Vida me Robó fue la eficiencia como pareja protagónica de Angelique Boyer y Sebastián Rulli tras el éxito ya comprobado de Teresa, de 2010, Hasta el fin del Mundo empezó muy mal precisamente al tener a un actor como Pedro Fernández como pareja de la actriz venezolana Marjorie de Sousa, puesto que  la química no funciona entre los protagonistas de la historia como debiera.

 Si a eso le agrega que teniendo a una protagonista venezolana que no se le quita el acento de su país, ¿qué se puede esperar de un argentino como Diego Olivera muy mal elegido como mecánico de barriada? Aquello ya no parece ni siquiera telenovela de Univisión o Telemundo porque si algo tienen aquellas producciones es excelentes maestros de dicción... algo que en Hasta el fin del Mundo brilla por su ausencia.

 Y mejor ahí le dejamos, pero si acentos vamos el acabose lo dio la ex actriz de Azteca, Claudia Alvarez, como la hija pródiga de la acaudalada familia venida en desgracia alrededor de la cual gira la trama quien regresa de España dizque convertida en una chica casi Almodovariana con un acento español que sabemos es pura pantalla desde un principio, pero unido a los demás y las actuaciones del cubano César Evora haciendo de un tendero de barriada pero al que con todos los años que lleva en México nunca ha podido borrar el acento de su país, pues ni cómo ayudarlos.

Es cierto que hay que darles tiempo a los melodramas que recién inician para consolidarse tanto en historia como en el gusto del público, pero qué triste es ver que un producto que originalmente le dio identidad al país particularmente en telenovelas históricas ahora es lo que menos tenga, con todo y con un cantante de música vernácula como Pedro Fernández o actrices de la talla de María Félix que en cine llegó a darle un segundo aire al danzón. Hasta el fin del Mundo lleva desde su título la penitencia porque más parece Torre de Babel que un serial con el que el público se identifique a corto plazo.

Comentarios a: sopeoperas@yahoo.com


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