No me chinguen y la diferencia entre Margarita y Vicente Fox

Opinión
/ 2 octubre 2015

Tuve la oportunidad de confrontar ayer a un personaje con lo que publiqué ese día sobre él. A grandes rasgos, le dije a Gustavo Madero que tenía que acelerar el final de su ciclo como presidente del PAN y no insistir en ser el próximo coordinador de los diputados del partido, porque hacerlo sería aferrarse a una posición de poder que los panistas no le entregaron en las urnas. Le dije que era hora de hacerse a un lado. De convertirse, simplemente, en un legislador discreto y leal.

Pero Madero piensa distinto. Insistió que los resultados del PAN en la jornada del 7 de junio no pueden calificarse de malos, menos de desastrosos. Rechazó acelerar la entrega de la presidencia y se negó, una, dos, tres veces, a declinar como posible coordinador de la futura bancada blanquiazul.

–Nada más falta que te veamos destapándote en una video columna como candidato presidencial –le dije, rendido.

–No me chinguen; no, para nada; no señor; ni maíz, paloma –respondió como si estuviera saboreando el momento. 

Ya veremos. Tuve oportunidad de conversar también con Margarita Zavala, primer personaje que se destapa para Los Pinos a través de una video columna. El lance me pareció extraordinario, pero me sorprendió la cantidad de dudas que expresa. Pensé que vería a una mujer de ánimo resuelto, con un discurso bien armado que deviniera arenga. Una candidata en marcha, pues.

Pero el discurso de Margarita es de una timidez insostenible para estos tiempos. Le costó incluso enfatizar que buscaría la candidatura por el PAN. No pasó de una reiteración del cansado voltearé a ver a los ciudadanos y recorreré el País para escuchar a la gente.

Pensé inexorablemente en otra entrevista que tuve a los pocos días de la elección intermedia de 1997, cuando Vicente Fox adelantó que quería ser el candidato presidencial del PAN. Y me dio cinco razones que lo acabaron proyectando en forma incontenible: porque así había ganado Guanajuato, sin andarse por las ramas, diciendo que se iba a lanzar; porque había que jalar de la cola a Cuauhtémoc Cárdenas, gran triunfador en aquel 97; para descontrolar al adversario; porque nada ganaba simulando que no quería ser candidato; y porque llegar a la Presidencia no es enchílame otra, no es ahí te voy y que llegues todo atarantado, desgastado, sin un plan, sin una definición.

Quizá Margarita no tenga que recurrir a una experiencia tan lejana, por más exitosa que haya sido. Ahí tiene a El Bronco. Al pan, pan; al vino, vino. El tiempo actual no parece muy generoso con las ambigüedades y los ambiguos. Con los tímidos. Timidez, según la Real Academia, significa temeroso, medroso, encogido, corto de ánimo. En buen romance: todos los atributos necesarios para perder en la política.

MENOS DE 140 La próxima semana desembarcará en México la plana mayor de AT&T. Anunciarán inversiones y paquetes tipo mil minutos por 300 pesos. 

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