Cita cumplida

Opinión
/ 2 octubre 2015
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Nuevo León hizo ganar a México. Un triunfo contundente: fueron casi un millón de votos para el candidato independiente.

Los electores cumplieron su cita con la historia. Los que votaron de manera distinta servirán de contraste. El Bronco obtuvo votos suficientes ¡para ganarles al PRI y al PAN juntos!

Cualquiera que hubiera osado pronosticar un resultado final así hubiera sido tachado de loco de remate. ¿Acaso la colectividad está desquiciada o no sabe lo que hace? Prueba de que las verdades individuales no necesariamente coinciden con la verdad colectiva.

México gana como quien recibe un pago en efectivo. El sonoro triunfo de El Bronco significa el empoderamiento automático de millones de ciudadanos que hasta el día 6, se sentían títeres de los partidos cuyas elecciones internas se distanciaban cada vez más del ideal democrático.

Tristemente, toda una generación de mexicanos ha crecido con una noción equivocada. Nadie tiene sus derechos electorales completos a menos que sea miembro de un partido. Si en el parque Yellowstone la ausencia de lobos durante 30 años cambió bosques en praderas, no quiero ni imaginar los estragos culturales que ha causado durante un tiempo igual el cártel de los partidos.

Por ello, nuestro orgullo de ser del Norte, del mero San Luisito, llega a niveles nunca vistos. Podemos ufanarnos, sin vanagloria, que en Nuevo León, le pusimos una bomba al sistema de partidos subsidiados que nació junto con el Cofipe en 1990. No lo digo solo por el resultado de la elección, sino por la reacción de cientos y cientos de mexicanos que están tomando a Nuevo León como ejemplo de lo que ellos ya empiezan a fraguar en su mente.

Esa noche, el pueblo salió a festejar a la Macroplaza. Debajo del sombrero, hay un bronco sincero, cantaba el grupo que amenizaba. Mientras, las cadenas internacionales de noticias como CNN, Telemundo, Univisión y otras esparcían la noticia de la revolución en Nuevo León.

Con la fiesta ya avanzada, los demás candidatos a Gobernador se negaban a leer el discurso de concesión. Adivinando sus razones posibles: 1.- La estadística no es una ciencia suficientemente dura. 2.- Esperaban un milagro de sus operadores. 3.- Realmente se creyeron su ligera ventaja en algunas encuestas de salida. 4.- Se siente rico abollar la corona del campeón.

Gustavo Madero, eventualmente leyó los resultados al revés. Según él, el PAN triunfó porque, si quiere gobernar, El Bronco tendrá que acercarse, (entiéndase negociar) con la mayoría de diputados panistas en el Congreso local. No entendí. ¿Querrá Gustavo obtener obra pública para sus seguidores favoritos, o nombrar algún experto en moches como fiscal anticorrupción?

Otro ajusticiado por el sorprendente resultado electoral es Felipe Calderón, archirrival de Madero. Metió la pata donde no debía. Llamó al Bronco, un Chávez en potencia. El Felipe candidato debería exigirle indemnización. Uno de mis videos captó el coraje de los votantes, lleva ya cien mil views.

El mandato es claro. PRI y PAN a las regaderas por seis años. Después del gozo, sigue el reto. ¿Podrá El Bronco construir el Gobierno que la ciudadanía demanda, o intentarán los partidos frenar su galope?

Así como Nuevo León cumplió con su cita con la historia el día 7, ahora el desafío compartido es diseñar un gobierno en extremo participativo y moderno, que aproveche todo el potencial de las redes sociales como instrumento desburocratizador. Tiene que resultar algo que sirva de modelo para todo el País.

Es meta fácilmente explicable y alcanzable. Basta regresar a nuestra esencia, retomar el camino que nunca debió abandonarse. Ya demostramos que sobra con qué. Adelante, pues.

DISCULPA PÚBLICA: A Pedro Novo, por expresiones ofensivas en mi artículo Marranadas Superadas. Lo siento mucho. Fuego, no tan amigo.



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