Guía para adquirir El Quijote

Opinión
/ 30 marzo 2016

Si se invita con insistencia a leer El Quijote, principal objetivo de esta columna, lo menos a que está obligado el convocante es a verificar que esté disponible en las librerías de esta ciudad, que no es la de residencia del autor. Por tal razón, en días pasados –el 22 de agosto- se llevó a cabo una investigación sobre la existencia de ejemplares de la inmortal novela en los establecimientos de este giro que hay en Saltillo, incluida una librería de lance o de libros viejos o usados, como más comúnmente se les conoce.

Libros viejos y libros usados no necesariamente son términos equivalentes. Frecuentemente se ven libros de antigua, y hasta de muy antigua impresión –o sea, viejos- que a leguas se observa que jamás se han usado, es decir, leído; bueno ni siquiera abierto, como lo delata el hecho de que aun en librerías de lance conservan el empaque plástico (“emplayado”, le dicen) que suelen colocarles los establecimientos que los venden nuevos.

Sin incluir las de publicaciones técnicas muy especializadas o de libros religiosos, en Saltillo fue posible ubicar cinco librerías. De éstas una de lance, “Libros usados Rodríguez”, por la de Purcel. En la fecha mencionada tenía para venta al público media docena de ejemplares de El Quijote, todos en rústica. Un par de editorial Alfaguara, otro de Aguilar y un par más de otras casas editoras, los cinco en un tomo y su precio doscientos pesos. El sexto ejemplar, en cuatro tomos, de editorial Óptima y 300 pesos su precio.

En la librería local del Fondo de Cultura Económica, (FCE), antes conocida con el nombre de Julio Torri, se tenían disponibles tres ejemplares en rústica de editorial Penguin, 299 pesos su precio. Y catorce juegos de una magnífica edición del propio FCE en 20 pequeños volúmenes, reimpresión hecha en este 2015 de otra de 1999, totalmente agotada, a un muy accesible precio de 285 pesos el juego de veinte tomitos. Esta edición tiene dos ventajas: no está saturada de notas y su tamaño realmente es de bolsillo, ideal para quienes se atemorizan con las dimensiones de El Quijote en un solo tomo y optan por ni siquiera intentar su lectura.

La Librería de Plaza Tec, en la colonia Cumbres, sólo tenía disponible versiones abreviadas para niños, en número de 22 ejemplares a treinta pesos, y un ejemplar en versión asimismo resumida, para jóvenes, a 150 pesos.

En la Librería Iztaccíhuatl, ubicada sobre Venustiano Carranza, tenían en existencia tres ejemplares de El Quijote de editorial Punto de Lectura, en rústica, 229 pesos su precio. Y un par de ejemplares de Alfaguara de precio muy disímbolo: uno a la rústica de 215 pesos y otro en edición de lujo y encuadernación en piel a 2,985 pesos.

La librería local de Sanborns contaba con once ejemplares de una edición especial conmemorativa del IV centenario de la novela, edición de 2004, a 149 pesos el ejemplar y un par de ejemplares de Penguin Random House, de 2006, a un precio de 299 pesos.

También la librería de lance inicialmente mencionada, la del FCE y la de Sanborns, tenían en existencia ediciones abreviadas para niños y jóvenes. En lo personal considero que, quizá salvo en el caso de los infantes, El Quijote debe leerse en su texto íntegro, no abreviado, en libro propio –no de biblioteca pública- y en buen estado, es decir, sin anotaciones de un propietario anterior.

En total, disponibles el pasado 22 de agosto para el público lector de Saltillo, 35 ejemplares de El Quijote con su texto completo, más 6 usados, para sumar 41; con precios desde 149 hasta 2,985 pesos. Si aún no lo tiene, adquiera usted su ejemplar.

(Agradezco a la maestra Eva Flores Rocha la recopilación de datos para la elaboración de este artículo) (9)

jagarciav@yahoo.com.mx

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