Agenda de pendientes 3: La destrucción del orden civilizado
Agenda saturada de pendientes. Sin duda. Muchas gracias por leerme, señor y señora. Yo me debo a ustedes. Agradezco a ustedes que hagan suyas mis letras e ideas. Igual, cuando usted no está de acuerdo y me lo hace saber, pues es un honor escuchar su opinión y su crítica. Así de sencillo y simple. Ha sido el caso reciente de un profesor, egresado él de la UNAM en psicología y reconocido académico en la ciudad en el ámbito normalista. Es el profesor Raúl. Hombre de izquierda de ideas bien plantadas y férreas. Maestro, el cual me dispensa su amistad.
Hace poco nos sentamos un rato a compartir ideas. Una de él, seminal (idea por lo demás, la cual comparten no pocos lectores y polemistas con su servidor; entre ellos, otro psicólogo, el erudito, el doctor Javier Dávila Tamez): el profesor y académico Raúl dice que cometo un error al meter en un sólo saco a todos los seguidores de Andrés Manuel López Obrador a los cuales no dudo en definirlos como “claques”. Tiene razón el maestro; claro que no, no todos son claques y esa posición de izquierda, de lucha aguerrida, todos la tenemos o la hemos tenido o la seguimos ejerciendo cada quien desde su trinchera. Así como hay un “periodismo cristiano” (lo que eso signifique, lo cual en su momento o siempre, un catorcenario local así se definió y lo sigue haciendo), existe una posición e ideología de izquierda inteligente y bien plantada.
Hay una situación en mi caso: como dijo la filósofa de caderas redondas y voz gangosa, como de becerro a medio morir, la exuberante Shakira (¿o se escribe Sahkira? En fin, es intrascendente para mí. Ruego a mis finos editores, mejores a mí, todo el tiempo, que pongan en “negritas” el nombre correcto de semejante musa), en una de sus tonadas: siempre supe que es mejor, cuando hay que hablar de dos, iniciar por uno mismo. Tiene razón. Entonces, hablo por mí mismo: si AMLO hace algo bien, lo voy a escribir, perpetuamente. Si el PAN, partido que huele a incienso, mirra y mortaja, hace algo bien, siempre lo he escrito.
Y abro paréntesis: aquí militaba un hombre entero y derecho, el cual sangró en batalla junto a su servidor, cuando el poder bestial y omnipresente del clan Moreira (doce años, nada más) era ubicuo: hablo del mismísimo jefe Reyes Flores Hurtado, hoy en las filas de Morena, el cual no me cansaré de escribirlo, debe de ser o debería ser el candidato a Gobernador. Cuando hay necesidad de citar los aciertos del PRI (Miguel Ángel Riquelme, Eduardo Olmos, José María Fraustro Siller, Manolo Jiménez...) lo he hecho. ¿Yerros? pues caramba, ese y no otro es mi trabajo. Y dos muy elocuentes: la poca o nula inteligencia de que han hecho gala dos secretarios de Estado: ¿Roberto, Rafael, Ricardo Bernal? Imagínese, es tan gris el papel del lagunero secretario de la Morgue Estatal de Salud que ni siquiera sé su nombre completo. El otro, es claro, Francisco Saracho. Incompetentes.
Tiene razón mi maestro don Raúl, cometo un error al meter en un sólo saco a la corte de claques de AMLO. Respeto su posición pétrea de hombre de izquierda con ideas que hoy siguen vigentes. Pero, caballero, usted es de izquierda y con inteligencia, pero ¿qué podemos decir de prófugos del PRI o del PRD, como lo es toda la familia Monreal? ¿Quiere usted saber cómo se destruye todo un Estado y dos o tres ciudades bellas y declaradas patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO? Pues caray, invite usted a dar una conferencia sobre dicho tópico a David Monreal, a Ricardo Monreal y a todos sus alcaldes morenistas de la entidad para que le expongan cómo han destruido un estado tan bello. Sí, aquí los vecinos de Zacatecas.
ESQUINA-BAJAN
Punto uno: Hay muchas ollas en la lumbre, hay muchos pendientes. Y todo, todo requiere atención. No hay mañana. El hidalgo saltillense, el trotamundos (acaba de ir a Panamá), melómano y fino empresario, quien debería de estar asesorando a todo mundo oficial en ramas como la salud, economía, educación, etcétera, el saltillense (ya hay pocos nativos) don Javier Salinas, me puntualiza lo siguiente: no hay en la entidad un “Blue Monday”, no, hay un “Blue Year”. Le creo.
Punto dos: Con tiempo, mucho tiempo, el columnista y académico, el más ácido y letal que ha dado esta tierra en lustros, Luis Carlos Plata, lo dijo: es amenazante ya la involución del ser humano. No hay evolución, sino involución. El filósofo Zygmunt Bauman, al cual Plata, Gerardo Blanco Guerra y su servidor seguimos harto, dice que es una “implosión”. Es decir, el desmoronamiento, la destrucción del orden civilizado.
¡Pero por Dios! Claro, la gente quiere más a un pinche perro tieso y maltratado que a un ser humano. El pasado 7 de febrero y mediante ese maravilloso artilugio de engaño y manipulación (redes sociales en internet), se convocó con gran eco para una marcha y manifestación por la muerte (le dicen “asesinato”, cosa jurídicamente imposible) de un perro apodado “Ghost”. Pues bien, las crónicas dicen que hubo “pancartas y coros cristianos” partiendo de una iglesia y clamaron contra el “maltrato animal”. ¡Puf, de locos!
LETRAS MINÚSCULAS
Punto tres: Pero... nadie se conmueve ni marcha ni protesta por lo siguiente: de cada 100 nacimientos en Coahuila, 16 son por abusos sexuales a niñas y adolescentes... La gente ama a su perro, no a un ser humano. En fin.