Al ganar pierdo y con las pérdidas llegan ganancias. Las decisiones marcan lo que estamos escogiendo

Opinión
/ 30 junio 2024

Dijo Michael Jordan que no le gustaba perder, pero que se tenía que perder para ganar. Sin hablar de lo deportivo y el ámbito de las competencias, tengo que decir que estoy de acuerdo.

Las pérdidas traen ganancias. Uno de mis maestros, sí les he dicho que he tenido el privilegio de tener maestros muy muy muy sabios ¿verdad? Uno de ellos una vez dijo, “Cada sí que damos implica muchísimos ‘nos’.” Queda clarísimo. Si yo decido comer un platillo en un restaurante, estoy renunciando a comer los demás platillos. Si decido ir a la playa de vacaciones, no podré ir a una gran ciudad. No es verdad que cualquier cosa que se me antoja puedo hacer, y menos todo a la vez. Sí es verdad que los límites naturales de la vida son impuestos por esa misma naturaleza.

Si me caso, no soy soltera. Si tengo hijos, jamás no los tendré. Si deseo ser experta en algo, tendré que pagar los precios que eso implica. Si quiero estar en Saltillo, tendré que salirme de cualquier otro lugar en donde me encuentro. Si voy al cine solo puedo ver una película a la vez. Vivo en el desierto o en el bosque.

En todo nos vemos involucrados en decisiones. Difíciles, fáciles, inevitables, desgarradores, triunfantes... Desde la actitud que tenemos ante levantarnos en la mañana, hasta determinar si queremos permanecer dependientes de máquinas al final de nuestras vidas en esperanza de mejoría o si preferimos soltar.

Hemos tenido vidas que son una secuencia de ganancias con sus respectivos sacrificios, y vidas que a la vez han sido una secuencia de pérdidas con sus respectivas ganancias. Hay dichos populares como, “No hay mal que por bien no venga.” Y aunque no soy creyente de aquello que dice, “Todo pasa por algo,” sí reconozco que el flujo de la vida misma nos lleva de un lado a otro, y que en todo lugar, espacio y tiempo hay cosas que se pueden aprovechar, hay ganancias.

Recuerdo cuando falleció mi abuela. El velorio no fue de voces apagadas y movimientos ceremoniosos. Fue una reunión de anécdotas y de alivio. Con su muerte ganó la liberación de la enfermedad. Ganó el descanso.

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