¿El fin de los narcocorridos?

COMPARTIR
Los narcocorridos, junto con el reggaetón, son los dos géneros musicales de mayor popularidad y crecimiento en México, sin embargo, detrás de los primeros suele haber una economía oculta, es decir, organizaciones criminales y capos que le pagan a los artistas por componer corridos sobre sus hazañas y en los casos más profundos, lavado de dinero a través de estos artistas.
Durante años las autoridades no sólo se hicieron de la vista gorda con respecto a esta economía oculta en los narcocorridos, de hecho, no sólo se toleraba, sino que también se promovía, ya que, en ferias organizadas por decenas de municipios y estados, se contrataba a estos artistas, sus canciones eran tocadas en radiodifusoras públicas y se les dejaba presentarse en todo tipo de espacios, sin restricción alguna.
TE PUEDE INTERESAR: Los drones del narco: la nueva tendencia criminal en México
Sin embargo, la declaratoria del Gobierno de los Estados Unidos en la que seis cárteles mexicanos fueron designados como organizaciones terroristas lo cambió todo, ya que lavar dinero para las mismas y recibir dinero para hacer una canción a modo, pasó al siguiente nivel en la escala de ilegalidad, porque se volvió sinónimo de apoyar al terrorismo.
Por ello, cuando el grupo Los Alegres del Barranco proyectaron en uno de sus conciertos la imagen de Nemesio Oseguera “El Mencho” y acto seguido el gobierno de los Estados Unidos les retiró la visa a sus integrantes, muchos gobiernos en México entendieron que debían de tomar acciones contra los cantantes de narcocorridos.
De forma que los conciertos de los artistas comenzaron a cancelarse o les prohibieron cantar determinadas canciones, como le pasó a Luis R. Conriquez en la Feria del Caballo en Texcoco, derivando en una trifulca entre los fans molestos, que deseaban oír dichas canciones.
Pero quizá lo más grave venga más adelante, que es que se corte su flujo de ingresos, ya que la industria musical es controlada en gran medida por los Estados Unidos, en donde se ubican las compañías que permiten acceder a la música como Spotify, Amazon Music, Apple Music o YouTube, de forma que si el gobierno norteamericano veta a estos artistas y ordena a las compañías sacar su música de sus catálogos, como le pasó hace unos años a Julión Álvarez, y además les retira las visas, impidiendo que den conciertos en la unión americana, podrían los cantantes perder más del 75% de sus ingresos, quedándose solo con la venta de discos físicos y conciertos en México.
TE PUEDE INTERESAR: Con Trump, Estados Unidos está perdiendo su liderazgo global
Es decir, los incentivos que antes potenciaban la generación de narcocorridos han cesado y ahora estos incentivos van en contra de grabar esta música, ya que los artistas que los cantan y que tienen cercanía con las organizaciones criminales están corriendo más riesgos y pueden frenar sus ingresos, lo que va dar pie a la autorregulación, de manera que si estas medidas se vuelven normales, podría generar una tendencia en la disminución de narcocorridos, que pongan en peligro su subsistencia futura y la migración hacia otros géneros y letras.
victorsanval@gmail.com
@victorsanval